martes, 8 de febrero de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (VI)

Viernes, 29 de julio del año 2011

Querido diario:

Qué decir qué suerte he tenido en encontrar a Zoey, es tan simpática, dulce... e increíblemente sexy. Sólo pensar en que ella pudiera marcharse, me entra tal depresión... No imagino lo que sería volver a estar aquí, sólo y marginado, sin alguien tan guay como Zoey. ¿He mencionado ya lo sexy que es? La verdad es que no se me ocurre qué más decir, sólo que intentaré ser con ella todo lo buena que pueda ser. Quiero decir, bueno. Porque soy un tío, sí. Eso es lo que soy.

Vale, está bien. No soy Richard. Soy Zoey. Pero aún así, me gustaría escribir lo que he hecho hoy. Hace tiempo que no escribo en un diario, y me hace mucha ilusión hacerlo. Son las cuatro de la mañana. Mi últimamente bastante habitual insomnio (principalmente, por eso de haber estado unos tres meses escapando de la muerte por los pelos) ha hecho que me despierte, y no me puedo volver a dormir. Richard está dormido, y no creo que le importe que escriba aquí un poco mientras él está en el país de los sueños. Y si no, que hubiera buscado un sitio mejor para esconderlo.

La verdad es que, aunque me cueste admitirlo, aquí estoy muy bien. Al principio desconfiaba de Richard, como del resto del mundo (toda precaución es poca en un mundo lleno de zombis), pero hoy me ha demostrado, sin duda, lo contrario. Creo que ahora viene la parte en la que describo aquello que me ha pasado a lo largo del día, ¿no? Pues allá va.

Resulta que serían sobre las diez de la mañana, cuando mis ojos por fin se abrieron. Me di cuenta de que había dormido de un tirón (cosa bastante rara en mí),y me desorienté un poco al darme cuenta de que me había despertado en un lugar diferente de donde me dormí. Pensé que, si tanto tiempo había estado dormida y Richard seguía allí, es que no había huido con sus cosas ni nada de eso. Aunque, por otro lado, habría sido bastante complicado huir con la pantalla gigante y todo lo que allí tenía a cuestas.

Me levanté despacio, pues de otra forma podría haberme mareado (ya me había pasado otras veces). Me dirigí hacia donde supuse estaría Richard, al salón, pero no había nadie allí. Aquello me sorpendió negativamente. ¿Y si aquel lugar no era tan seguro como Richard le había dicho?¿Y si se había colado alguno de esos numerosos bichos mutantes que pululaban por todo el mundo? Cogí una silla, y me dirigí a la cocina. Se oían ruidos allí.

Cuando estaba a punto de llegar, oí que alguien o algo se acercaba a mí, avancé un par de pasos y arremetí con todas mis fuerzas. Y acerté de pleno, pero con un pequeño fallo de cálculo. No era ningún bicho mutante, sino Richard. Y el pobre estaba en el suelo, muriéndose de dolor. Al lado de un plato, roto, con restos de lo que parecía bacon y huevos repartidos por el suelo.

- ¡Dios mío, Richard! ¡Lo siento! Pensaba que eras uno de esos asquerosos mutantes.
- Te...había...hecho...el...desayuno.

Parecía como si le costara horrores respirar, y no digamos hablar. Menuda paliza que le había dado al pobre. Me sentía fatal elevado a fatal. No solo no se había ido, sino que además me había hecho el desayuno. Y yo desconfiando de él.

Después de un rato, conseguí que Richard se encontrara mejor e hice yo el desayuno. Caray, si es que este tío tiene de todo. Volví a hacer los huevos con bacon, pero esta vez para dos. Y se los llevé a Richard, que estaba sentado a la mesa del "salón".

- De verdad que lo siento, Richard, yo...
- No, no. Es igual. Supongo que es normal que aún no confies en mí del todo-
- Eso no es verdad, sólo creo que...
- Necesito hacer una cosa, Zoey, y quiero preguntarte si me ayudarías con ello.
- Depende, ¿de qué se trata?
- Vamos a dar una vuelta por la ciudad.
- ¿Qué?¿Estás loco? Ni de coña, yo de aquí no me muevo.
- Pero si nos lo pasaremos genial, y además será el único modo de que...-Richard hizo una pausa, mirando por la ventana-.
- ¿De qué?- pregunté-.
- De que confies en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)