domingo, 31 de julio de 2011

Taylor Swift: Love Story


En esta ocasión le toca a Taylor Swift, con su "Love Story" (perteneciente este a su segundo álbum, "Fearless" (2008)). Esperando que estéis pasando un buen verano, os dejo con el videoclip:

domingo, 24 de julio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XXIII)

Lunes, 1 de agosto (cuarta parte)

- ¿¿¿¡¡¡Milla Jovovich???!!!-repetí, para asegurarme de que se me había escuchado.
- En efecto, esa soy yo-dijo, aunque algo asustada por mi al parecer demasiado exagerada reacción-.
- ¡No me lo puedo creer!Soy tu mayor fan, me he visto todas tus películas y me encantan. Bueno-dije, recapacitando-. Excepto "Zoolander",aquella no me gustó tanto. Pero el resto de tus películas son auténticas obras de arte, en serio.
- Vaya, gracias-dijo Milla-. La verdad es que hacía tiempo que no me sentía tan halagada.
- Bueno, a lo que vamos-empezó a hablar Zoey-. ¿Que haces tú aquí? Quiero decir, en Vancouver y salvándonos de unos voraces zombis disparando con la metralleta de un helicóptero que ha aparecido de la nada.
- Es una larga historia, ehm...
- Zoey, mi nombre es Zoey. El del fan loco Richard y el niño Justin.
- ¡Yo no soy un niñ...!-se oyó a Justin, justo antes de que yo le impidiera seguir hablando-.
- Es una larga historia, Zoey. Será mejor que os lo cuente por el camino. Subid al helicóptero.
- Espera, ¿de camino a donde?-preguntó Zoey.
- A la Harbour Centre Tower de Vancouver.

Así que subimos al helicóptero sin hacer más preguntas. Conforme el aparato se elevaba pude observar, no muy lejos, la Isla de Vancouver.

La había visto alguna vez en fotos y con el "Street View", pero había cambiado algo desde entonces. De hecho, si comparamos Los Ángeles con Vancouver, mi lugar de procedencia estaba intacto.

Conforme nos íbamos acercando, pude ver que la mitad de los edificios se encontraban medio derruidos y en llamas. En medio de Burrard Street, una de las principales calles en plena Downtown, se encontraba estrellado un enorme avión de pasajeros, el cual parecía haberse llevado por delante medio "Hotel Vancouver". Y eso por no hablar de las docenas de incendios que ardían por toda la ciudad. En pocas palabras: un desastre.

Me pregunté por qué estaba la ciudad como diez veces más en ruinas que Los Ángeles.

Algo asustado, vi como a sólo unas docenas de metros por debajo de nosotros miles, sino millones de muertos vivientes vagaban por las calles, en un eterno e insaciable deseo de comer carne fresca.

- Ya estamos-dijo Milla-.

En efecto, en unos pocos instantes aterrizamos en el ático uno de los únicos edificios intactos que quedaban en la ciudad: la Harbour Centre Tower. Milla apagó el motor y se bajó del aparato, haciéndonos una señal para que hiciéramos lo mismo.

Entramos por una puerta, y la seguimos escaleras abajo hasta que abrió otra. Pasamos detrás de Milla, y descubrimos que estábamos en el mirador de la torre. El lugar estaba desierto, con polvo por todas partes y nadie más por allí.

- Bienvenidos a mi humilde morada-nos dijo-.El mirador de la Harbour Centre Tower.

Milla nos ofreció comida y agua. Nos sentamos en el suelo, de cara al mirador, y entonces empezó a contarnos su historia.

- Hace unos tres meses, vine aquí de vacaciones con mi marido y mi hija. En cuanto llegó la epidemia buscamos un sitio donde ocultarnos y nos unimos a un pequeño grupo de supervivientes, encerrándonos posteriormente en la torre, ya cerrada hacía tiempo.

Pero a las pocas semanas empezamos a oír como unas transmisiones, de origen desconocido, que hablaban sobre una ciudad de supervivientes, o algo por el estilo. Intentamos averiguar su procedencia, pero nos fue imposible.

- Espera un momento-dijo Zoey-. ¿No es aquí?
- ¿El qué?-preguntó Milla, extrañada-.
- También oí esas transmisiones, pero en mi caso me guiaban a Vancouver. Decían que la ciudad de supervivientes estaba aquí.
- Pues siento decepcionarte Zoey, pero ahora mismo los únicos supervivientes en toda la ciudad nos encontramos en la Harbour Centre Tower. No hay nadie más.
- ¿Pero no dijiste que te uniste junto con tu marido y tu hija a un grupo de supervivientes?-dije-. ¿Dónde están todos entonces?
- Los secuestraron-dijo, entristecida-, hace hoy dieciséis días. Se los llevaron a todos, y por alguna razón que todavía desconozco me dejaron aquí.Me dejaron inconsciente. Lo último que recuerdo son unos haces de luz azul, y para cuando recuperé el conocimiento tan solo quedaba yo.

- ¿Qué?-dijo Zoey-. ¿Unos haces de luz azules?
- Eso he dicho.¿Por qué?
- Porque entonces existe una alta probabilidad de que sean los mismos soldados que nos atacaron a Richard y a mí, cuando estábamos en Los Ángeles, hace sólo unos días.

Milla hizo una mueca de extrañeza, y no era para menos. ¿Acaso tenía ella también algún tipo de relación con lo soldados, o con Zoey?

Desde la torre podíamos contemplar prácticamente toda la ciudad, y el puerto a pocas calles de allí.

- ¿Y cómo...?-pregunté, por curiosidad-.¿Cómo sabías que estábamos en peligro? ¿Y más importante, desde cuando sabes pilotar helicópteros y disparar ametralladoras?
- Todos los días hago un pequeño recorrido por los alrededores de la ciudad. Esta mañana oí jaleo a la altura de la frontera, y supuse que los zombis habían dado con algo vivo. Y lo del helicóptero... Bueno, dejémoslo en una especie de hobby-dijo, sonriendo-.

Pero al poco tiempo la tristeza volvió a su rostro.

Milla nos enseñó un mapa donde, en tiempos atrás, lo visitantes de Vancouver pegaban pegatinas rojas en sus respectivos lugares de procedencia.

- Los encontraremos, Milla-dije, agarrándola por el brazo-. Encontraremos a tu marido y a tu hija, te lo prometo.

Ella se giró.

- No es tan fácil ¿Qué piensas que llevo intentando los últimos dieciséis días, ehm...?
- Richard.
- Desconozco a dónde se los llevaron,Richard-dijo, casi sollozando.Y es que ni siquiera tengo por donde empezar.
- Tal vez pueda cambiar eso.

Los tres me miraron estupefactos.

- ¿Tienes algún aparato para captar transmisiones?-le pregunté-.
- La radio que utilizamos para intentar escucharlas,pero no creo que consigas nada. Ninguno de nosotros lo consiguió.
- No puede ser tan difícil-dije, mientras cogía la radio que Milla me dio-.

"Aquí Aracdia. Emitiendo desde sssss Norte sssss Oeste. Buscando supervivientes ssssssss. Aquí estáis a salvo, no hay infección sssss".

- Suena a todas horas, pero no se llega a escuchar bien. Está rota.
- Te sorprendería lo sencilla que es una radio por dentro. Un vistazo por dentro y seguro que podré arreglarla.
- De acuerdo, aunque yo no me haría ilusiones. Tuvimos incluso técnicos y...
- Hecho.
- ¿Qué? ¿En serio?
- Es una especie de superdotado, Milla. De esos que saben de todo-aclaró Zoey.
- Vaya, que oportuno-dijo Milla-.
- Ahora podremos escucharlo bien-dije-.

"Aquí Aracdia. Emitiendo desde las coordenadas 39º 31' 41.30'' Norte, 72º 07' 44.22'' Oeste. Buscando supervivientes. Aquí estáis a salvo, no hay infección, tenemos alimentos y cobijo para daros. Os estamos esperando".

Nos quedamos todos pensativos, aunque en realidad yo estaba calculando el origen de la emisión.

- Se encuentra a unos doscientos kilómetros al este de Nueva York, en el Océano Atlántico.
- ¿Lo ves?-dijo Zoey-. Como una enciclopedia andante. O Google.
- ¿Pero no dijiste que escuchaste en las transmisiones que la ciudad de supervivientes estaba aquí?-preguntó Justin-.
- Sí, lo hice, Justin. Pero sin embargo no existe tal ciudad. Tú mismo lo has visto.
- ¿Y qué hacemos entonces?-dijo Justin-. ¿Nos vamos de fiesta a la gran manzana?
- En efecto, dije yo-mañana al alba partiremos-. Esta noche necesitamos descansar.

Milla asintió y nos enseñó un sitio propicio para dormir. Aunque antes jugamos alguna que otra partida al Risk. ¿Qué? ¿Acaso os parece raro? Si supierais la cantidad de cosas que la gente se deja por ahí...

- Ataco desde África del Norte a Europa Occidental-dijo Zoey-.
- Los íberos no caeremos tan fácilmente, moriremos luchand...-dijo Justin, sin terminar la frase cuando se dio cuenta de que había sacado la puntuación más baja posible-.
- Y con esto consigo mi objetivo-dijo-. Destruir al ejército verde, es decir al de Justin. Gano la partida.

Recogimos el juego y nos dispusimos a dormir. Milla bajó las persianas del mirador, y me acurruqué en uno de los sofás que había allí, haciéndome el dormido. Sin saber que todavía podía oírles, Zoey y Milla comenzaron a hablar.

- Y ese chico, Richard, y tú, ¿sois...?-preguntó Milla-.
- Estamos en ello. Lo intentamos, pero siempre hay algo que nos lo impide.
- Si hay algo que nunca sobra en esta vida, Zoey,es el tiempo. Sea por un accidente, un asesinato, un ataque alienígena o zombis, la gente siempre termina muriendo, y con frecuencia antes de lo que cree.
- ¿Y qué quieres decir con eso?
- Carpe diem. Aprovecha el tiempo, y sed felices mientras podáis. Además-añadió sonriendo-, se nota que os gustáis.

Pude ver por el rabillo del ojo que Zoey se había sonrojado.

- ¿Debería hacerlo ahora?-preguntó Zoey-.
- Sí, si es lo que te dice tu corazón.
- Quiero hacerlo, aunque Richard está dormido y no quisiera desper...
- Richard no está durmiendo, Zoey-me delató Milla-. Tan sólo se hace el dormido.

Milla, esa matazombis traidora levantó las persianas de nuevo para que pudiéramos ver los últimos rayos de sol iluminando las ruinas meses atrás conocidas como "Vancouver".

Zoey se acercó a mí, y yo me levanté, avergonzado. Pensaba que quizás se habría enfadado, pero una sonrisa en su rostro me permitió adivinar lo contrario.

- Zoey, yo...
- No, escucha. Richard, te quiero, y quiero que tú y yo estemos juntos.

Un sonoro "¡¡Harry, los dementores!!" de Justin, que hablaba en sueños, nos distrajo durante unos segundos.

- Zoey, yo también te quiero-confesé-. Y quiero estar a tu lado. Y lo de la otra noche, en la azotea del hotel...
- Sustituyámoslo por este otro momento, ¿te parece?

Acercó su cara a la mía, y yo acerqué la mía a la suya. Nuestros labios estaban a punto de tocarse, incluso podía respirar su aliento.

Y entonces ocurrió. Me sentí ingrávido. En el instante en que nuestros labios se tocaron, sentí como si el mundo entero se hubiera detenido a nuestro alrededor. Fue increíble. Nos besamos durante unos instantes, y cuando separamos nuestros labios yo le dije "Te quiero". Y ella me dijo lo mismo.

- Caray-dijo Milla-. No está nada mal. Hasta parece que lo hayáis estado practicando y todo.

Zoey y yo nos reímos, y volvimos a besarnos suavemente.

Nos dormimos el uno junto al otro, abrazados. Llegado un momento me desperté, y decidí que me apetecía escribir en mi diario.

Tequila : Salta

Hace aproximadamente un año me enteré de que Jose, mi profesor de gimnasia en el colegio, había fallecido de cáncer. Al principio no me lo podía creer. En apenas tres años, mi familia perdió dos buenas amigas y a mi abuelo paterno, por no hablar de una amiga que perdió a su madre hace apenas año y medio.

Podría pensarse que en esta ocasión lo mejor es una canción triste, lenta. Pero recuerdo algo que vi en un episodio de la serie "Entre Fantasmas", en el cual se expresaba algo que a mí me pareció una gran verdad.

Es normal sentir una pena y dolor insoportable cuando un ser querido muere, pero por otra parte te das cuenta de que si el fallecido pudiera observarnos querría que disfrutáramos al máximo de la vida, que hiciéramos lo posible por ser felices incluso después de algo así.

Podemos estar tristes y deprimidos de por vida por la pérdida de un ser querido, pero hay opciones mejores. Por ejemplo: celebrar que lo conocimos, y todos los momentos que pasamos con él. Celebrar haber tenido la suerte de tenerlo en tu vida. ¿Qué os parece?

Puede que resulte algo raro, pero dedico esta canción a todos aquellos que hayan perdido a alguien alguna vez. Y se trata, nada más y nada menos, de "Salta", la famosa canción del grupo Tequila. ¿Saltáis conmigo?

lunes, 18 de julio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XXII)

Lunes, 1 de agosto (tercera parte)

- ¡Allí!¿Lo ves? La frontera con Canadá está a solo un par de kilómetros-dije, emocionado-.

Y tenía motivos,pues estábamos a punto de conseguirlo.

- ¿Y qué se supone que haremos en cuanto lleguemos?-dijo Justin-.Quiero decir, tendréis un plan, ¿no?
- Buscaremos pistas sobre las señales que escuché-dijo Zoey-sin adentrarnos demasiado en la ciudad. Con un poco de suerte, en unas pocas horas estaremos definitivamente a salvo de cualquier amenaza mutante.

Obviamente, no tuvimos esa suerte. De lo contrario habría sido demasiado fácil, ¿no creéis?

-Ya está, ahí delante lo tenemos. Giramos, y en un par de cruces...-dije-.
-Oh, no-dijo Zoey, que era la que conducía-.

Y con razón. De un momento a otro, nos vimos rodeados por cientos de zombis.
Pero no eran como en Los Ángeles.

Para empezar, sabían perfectamente que éramos humanos, y empezaron a acercarse al coche a una velocidad bastante alarmante. Zoey aceleró, y atropelló a unos cuantos en dirección a la frontera.Y fue entonces cuando nos dimos cuenta.

Estaba cerrada, pero con un inmenso muro que ni de coña podríamos atravesar con el coche. Y era tarde para buscar otro camino.

Y, para colmo, el coche se detuvo.

- ¡¡¿Qué!!??¡Vuelve a arrancar, maldito cacharro de mier...!

En aquel momento, un zombi rompió una de las ventanas traseras, e intentó morder a Justin. Por suerte, es un crío con reflejos. De un tiro, lo devolvió al asfalto.

- No es por nada-decía-. Pero sería mejor si tuviéramos algún plan secundario, ya sabéis, para salir de esta con vida.
- Yo sí lo tengo-dije-. Pero es un poco complicado.
- ¡Sea lo que sea, dilo ya!-gritó Zoey-.
- Está bien, iremos al edificio más cercano, aquel de atrás-dije, señalando un edificio casi en ruinas donde imaginé, en tiempos atrás, fue usado como puesto de control de la guardia fronteriza-. Subiremos a su azotea y veremos desde allí hay algún modo de pasar el muro.
- Me parece una locura, pero aún así la mejor opción-dijo Zoey-.¿Y cómo lo haremos?
- Iremos corriendo los tres juntos, ¿de acuerdo? Subiremos por la escalerilla de incendios hasta la azotea y buscaremos algún modo de cruzar al otro lado. ¿Alguna pregunta?
- ¿Y si nos arrinconan arriba y no hay modo alguno de cruzar?
- No hay necesidad de ponerse tan negativo, Justin. Tú solo corre y sube al edificio.

Los tres corrimos. El plan era sencillo, siempre y cuando ninguno de los cientos de zombis que nos rodeaban en aquel momento se acercase demasiado.

El problema era que aquellos zombis eran diferentes. No eran tontos, y mucho menos lentos.

Íbamos corriendo los tres. Zoey primero, abriendo paso con la escopeta de su padre. Justin en medio y yo cubriendo la retaguardia. Un montón de muertos vivientes caían fulminados a nuestro alrededor, pero muchos montones más empezaban a acercarse peligrosamente.

Y llegamos, justo a tiempo. Zoey alcanzó la escalera y la bajó, tras lo cual subió a Justin a ella y lo siguió. De un salto, agarré la escalera y Zoey, con todas sus fuerzas, me agarró la mano y me subió arriba.

- Caray-me dijo, una vez estábamos a salvo, al menos temporalmente-. No te lo tomes a mal, Richard. Pero podrías plantearte adelgazar un poco un día de estos.

Siempre con ese humor tan oportuno. Los tres llegamos finalmente hasta la azotea del edificio. Sorprendente e inesperadamente, alguien o algo (depende de cómo lo veáis) nos esperaba allí.

- No puede ser-dije, impresionado-.

Eran perros, perros mutantes. Y llevaban una cadena rota colgando del collar, lo cual quería decir que alguien los había tenido atados a saber cuánto tiempo y los había soltado. Eso, añadido a su desesperada necesidad de devorar carne humana... En resumen, no eran los típicos cachorritos con los que alguien querría ponerse a jugar.

Y no tenían pinta de estar de buen humor.

Pero para cuando quisimos retroceder era imposible, pues más de esos perros nos cortaron el paso. Debían de ser unos catorce o quince, en total. Y nos tenían acorralados.No nos daría tiempo a disparar más que una o dos veces, antes de que uno de ellos se abalanzara sobre alguno de nosotros y terminara el juego.

- ¿Sabéis?-dijo Justin-. En circunstancias como estas echo de menos uno de mis exámenes de mates.
- ¿Y ahora qué, Richard? ¡Nos tienen acorralados!-dijo Zoey, ignorando a Justin-. Jamás lograremos salir de aquí con vida.
- No lo sé, pero francamente estoy anonadado. Estos bichos parecen sacados también de una de las películas de "Resident Evil". En cualquier caso, no tenemos más que esperar y ver si alguien aparece en el último instante y nos rescata, como en la película-dije, medio en broma medio en serio-.

Zoey y Justin se miraron, llegando a una clara conclusión: estoy como un cencerro.

Los perros mutantes se lanzaron al ataque,pero algo sucedió.

En aquel momento, y como si de una de esas entretenidas aunque físicamente incorrectas películas de acción se tratara, un helicóptero apareció de la nada y ametralló a todos los perros.

Al principio pensaba que después iría a por nosotros, pero en lugar de eso aterrizó a pocos metros. De él salió una figura humana.

Llevaba un traje de las fuerzas aéreas, y la cara tapada con una especie de máscara. Bajó del helicóptero con toda tranquilidad, y anduvo unos pocos pasos con sus botas, también del ejército, hacia nosotros. Ninguno nos atrevíamos a decir nada, al menos hasta que esa figura se quitó la máscara, revelando su rostro y por tanto su identidad.

- ¿¿¿¡¡¡Milla Jovovich!!!???-grité, alucinando en colores-.

domingo, 17 de julio de 2011

El Canto del Loco: Quiero aprender de ti



La canción de hoy, "Quiero aprender de ti", pertenece al álbum recopilatorio sacado por el Canto del Loco, "Radio La Colifata presenta a El Canto del Loco" a finales de 2009. En él podemos encontrar además versiones de canciones tan conocidas como "Besos", "Peter Pan" o "Volverá". Os dejo con el videoclip y espero, como siempre, que lo disfrutéis:

viernes, 15 de julio de 2011

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 2)


Hoy, 15 de julio de 2011 y después de diez años y siete películas, se estrena la que será la última entrega de la saga de "Harry Potter".

Y es que cuando estrenaron la primera película yo apenas tendría unos nueve años y ahora que llega la última acabo de terminar mi primer año en la universidad. Yo no había oído hablar de los libros antes, pero en cuanto vi "Harry Potter y la Piedra Filosofal", tuve que leerme el libro, y después de ese vinieron los siguientes seis.

Harry Potter es sin duda mi saga de libros favorita, y sus películas se encuentran todas entre mis preferidas. Una trama impresionante y que culmina tras varios años de magia con la batalla final entre Lord Voldemort y Harry Potter, que decidirá el destino tanto del mundo mágico como del muggle ya que, según la profecía: "sólo uno de los dos podrá vivir mientras el otro siga con vida".

Os dejo con un trailer de esta última película y un vídeo de la evolución de Harry, Ron y Hermione desde la primera película a la última estrenada. ¡Espero que los disfrutéis!





¡Travesura realizada! :)

jueves, 14 de julio de 2011

Cambio de planes

He decidido a partir de ahora centrarme en una de mis historias, "Diario de un superviviente", en vez de ir escribiendo varias a la vez. Probablemente me cueste más escribirlo, pero seguramente será más fácil para vosotros seguir cada historia.

Imagino que para finales de verano, u octubre como tarde, podré acabar "Diario de un superviviente", y luego me centraré también en alguna otra, posiblemente en "Un nuevo comienzo" o "El fenómeno del amor" (la cual me costará menos tiempo terminar, pues no estoy tan lejos del final como en otras).

De todas formas, si a alguno de vosotros le interesa mucho que continúe alguna otra historia, que me lo haga saber. :)

martes, 12 de julio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XXI)

Lunes, 1 de agosto (segunda parte)

Llegamos al hostal sobre las cinco de la tarde. Registramos el lugar y nos establecimos allí. Jugamos un par de partidas al Monopoly, y nos dispusimos a cenar.

- ¿Sabéis?-nos decía Justin-. Esto de ser un superviviente no está tan mal. Puedes hacer lo que quieras y coger lo que te apetezca, gratis. Y lo mejor de todo: no hay exámenes.
- Pues menudos profesores tenías si prefieres un apocalipsis zombi a uno de sus exámenes-dijo Zoey-.
- Si tú supieras...

Justin, como el día anterior, se cansó pronto y se durmió sobre las once.

- Es curioso-empezó a decir Zoey-. Hace apenas unos tres meses, mis mayores preocupaciones eran con quién iría al baile, si alcanzaría la nota suficiente para que alguna universidad me aceptase, y si tendría o no trabajo al acabar. Y ahora, todo eso no vale para nada.
- Zoey...
- No te das cuenta de lo que es realmente importante en tu vida hasta que te quedas sin ello, y la cantidad de banalidades por las que me preocupaba...
- Es humano.
- ¿El qué?
- Preocuparse, es humano. Nuestro cerebro necesita un motivo por el que estar alerta y funcionar. Y si no los hay, los inventa, o se conforma con cualquier cosa.
- Supongo que tienes razón-admitió, cabizbaja-.
- Tal vez no pueda ayudarte en lo de las notas o la universidad, pero hay algo...-dije, mientras me levantaba-. Señorita Zoey...
- Pierson, Zoey Pierson. ¿Pero adónde quieres ir a parar?
- Señorita Zoey Pierson-dije, al tiempo que me inclinaba, haciendo una especie de reverencia-. ¿Querría concederme este baile?

La mirada que vi en el rostro de Zoey fue similar, durante un par de instantes, a la que puso cuando huíamos del "Némesis" de la cocina del hotel y descubrí que había olvidado poner el móvil en silencio. Cosas que pasan.

Pero después,para mi sorpresa...

- Encantada, señor Richards. Pero sólo un baile.
- Hecho.

Había visto algunos vídeos de bailes en youtube, pero al parecer no los suficientes ya que...

- ¡¡Auu!!¡Me has pisado!
- Lo siento, es que no soy tan experto en baile como tú.
- No soy una experta, pero al menos sé más que tú. Tienes que procurar seguir mis pasos. Verás, uno, dos, tres...

La había cogido por la cintura, y nos encontrábamos bailando una especie de vals, aunque algo cutre.

- ¿Y si te elevo en el aire?-pregunté,retóricamente-.
- ¿Qué? No...

Pero lo hice. Agarré su cintura con las dos manos y la levanté todo lo que pude. Mi intención era dar una vuelta completa y volver a dejarla en el suelo cual grácil cisne, pero la fuerza de la gravedad hizo de las suyas y un tropiezo mío provocó que los dos cayéramos al suelo,riendo.

- ¡Idiota!-dijo, riéndose-. No me puedo creer que...

Nos dimos cuenta de que nuestras caras estaban, de nuevo, a sólo unos centímetros de distancia.

- Crees que deberíamos...-dije-.
- Sí-dijo ella-.

Acercamos nuestras caras. Nuestros labios casi se rozaban, cuando de pronto...

- ¿Hay un lugar por aquí donde pueda hacer mis cosas? Ya sabéis, necesidades mayores.
- Gracias por llamar, Justin-dije, mientras me levantaba-. Y por ser tan preciso-Zoey hizo lo mismo-.
- ¡Ah! Ya lo entiendo, he interrumpido algo importante.
- Qué chico más avispado, Richard-dijo Zoey-¿No crees?
- Bueno, es igual, sólo quería...
- Está allí al final, Justin. La primera y única puerta a la izquierda, no tiene pérdida.

Así que Justin fue a encargarse de sus asuntos, y Zoey y yo ocupamos nuestros respectivos puestos. Ella vigilaría hasta las cuatro, y me despertaría a mí entonces para hacer mi ronda. Decidimos que aquello sería lo mejor, ya que bajar la guardia durante un apocalipsis zombi no suele ser buena idea.

Aún así, me pregunto qué hubiera pasado si nos hubiéramos llegado a besar. Sinceramente, me apetecía mucho.

Pero quiero, y quería a Zoey. Y si ella prefería ir despacio no me importaba. Tenerla a mi lado era lo más importante, y me bastaba con que me dirigiera una sonrisa de vez en cuando. Lo sé, soy fácil.

Qué le voy a hacer.

domingo, 10 de julio de 2011

Bruno Mars: Just the way you are


Este domingo le toca a Bruno Mars con su "Just the way you are". Cantante estadounidense aunque de ascendencia puertorriqueña y filipina, Bruno Mars sacó su primer álbum (de nombre "Doo-Wops & Hooligans") en 2010 y en él incluyó la siguiente canción, "Just the way you are". Espero, como siempre, que os guste:

sábado, 9 de julio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XX)

Lunes, 1 de agosto de 2011

Querido diario,

Soy Richard otra vez. Por fin hemos conseguido llegar a Vancouver.

Son las once y media de la noche, aproximadamente. Estamos guarecidos en la "Harbour Centre Tower",cerca como su nombre indica del puerto, y en compañía de una nueva incorporación a nuestro pequeño (aunque cada vez menos) grupo de supervivientes.Y no diré su nombre hasta más tarde, más que nada para mantener la intriga y eso. Siento no haber escrito ayer, pero es que nos costó algo más de lo que pensábamos cruzar la frontera con Canadá.

El sábado llegamos a Twin Falls, tal y como teníamos previsto. Dormimos en una especie de albergue en medio de la nada. Comimos un poco y logramos que Justin, el crío al que "adoptamos" el día anterior, se durmiera.

- Y dime-dijo Zoey-. ¿Qué planes hay para mañana? ¿Crees que podríamos llegar ya a Vancouver?
- Podríamos, pero lo haríamos de noche o demasiado tarde como para averiguar la procedencia de esas extrañas señales que escuchaste. ¿Por cierto, no las has vuelto a oír?
- No, no desde que dejamos Los Ángeles.
- Bueno, pero aun así sigue siendo nuestra mejor opción.
- Coincido contigo. ¿Y sobre qué hora del lunes crees que podríamos llegar allí?
- Supongo que sobre las doce del mediodía, teniendo en cuenta el tráfico y tal.

Zoey sonrió, y yo también lo hice. Y es que en situaciones como la nuestra aprendes a reírte de cualquier cosa.

La miré a los ojos. Esos preciosos ojos de color marrón y mirada penetrante. La quería, pero hasta entonces no me había fijado en lo guapa que era. Quiero decir, en todos los sentidos. Y su sonrisa...

- ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara?-me preguntó, sonriendo-.
- No, no, qué va, yo sólo...-respondí, cortado-. Yo sólo... admiraba la perfección de tus facciones-improvisé-.
- Ehm,vaya... Gracias..., supongo-dijo, sorprendida aunque agradecida-.

Tras aquello, establecimos los turnos de vigilancia (yo de una a cuatro, y Zoey de cuatro a ocho).

Al día siguiente,es decir ayer, domingo 31 de julio, Zoey nos despertó a Justin y a mí sobre las ocho y continuamos el viaje.

La verdad es que el camino no se hizo excesivamente largo. Quiero decir, para haber recorrido cientos de kilómetros sin apenas parar (exceptuando aquella vez que Justin nos obligó a hacerlo en medio del desierto, debido en gran parte a sus necesidades fisiológicas).

Estamos en verano, y hemos atravesado distancias enormes totalmente desérticas bajo un sol de unos 45 grados, y hace días que no teníamos agua corriente donde paramos para lavarnos o ducharnos, así que empezábamos a desprender cierto olor harto desagradable...

Pero aquello no fue nada comparado con la fatídica intervención de Justin.

- ¿Sois novios?

Ambos nos quedamos de piedra. Zoey, que era la que conducía entonces, miró a otro lado, y yo simulé hacer lo mismo.

- O sea, que sí-dijo, convencido-.

Tras aquello, la jornada del 31 de julio transcurrió sin más incidentes.Al menos hasta que llegamos a aquel pueblo, a unos cuatrocientos kilómetros de Vancouver.

- Dios mío-dijo Zoey-.

Por aquel entonces yo iba conduciendo y pronto reparé en aquello.

- Justin, ni se te ocurra mirar.
- ¿Qué? ¿Por qué? Ni que tuviera cinco años, no creo que sea nada para...

Dejó de hablar en cuanto vio lo que instantes antes nos había llamado la atención a Zoey y a mí.
Docenas, sino cientos de cadáveres yacían tirados por las calles.

- Joder..., necesito... Por favor, parad un momento. Tengo que...

Paré el coche.Justin salió corriendo y vomitó en el arcén.

- No son zombis-dije, tras unos segundos de extrema concentración-. Casi todos ellos son humanos, lo cual quiere decir que ni siquiera estaban infectados cuando los mataron.
- Richard, dime cómo...-decía, con voz entrecortada y con pintas de estar a punto de romper a llorar-. Dime cómo alguien ha sido capaz de semejante barbaridad.
- Zoey, siempre ha habido gente mala en el mundo. Y, en situaciones tan extremas como la que el mundo empezó a vivir hace unos meses, esa gente se aprovecha todavía más de las buenas personas.
- Ya, pero yo...-de pronto, Zoey se dio cuenta de que estaba pisando una especie de peluche, un conejo rosa. Lo cogió, y tras mirarlo durante unos instantes dijo, al tiempo que se resbalaban algunas lágrimas por sus mejillas y girándose hacia mí_ Richard, prométeme que saldremos de esta. Que llegaremos a Vancouver sanos y salvos Justin, tú y yo, que viviremos en esa ciudad de supervivientes felices para siempre y jamás tendremos que volver a preocuparnos por nada que tenga que ver con zombis.
- Te lo prometo, Zoey-dije, acercándome a ella y levantándole la barbilla suavemente, para que me mirara a los ojos-. Y créeme, yo siempre cumplo mis promesas.

Zoey sonrió, y ambos acercamos nuestras caras.

- ¡Ya está! -se oyó a Justin-.¡Podemos irnos!
- Será mejor que lo dejemos, ehm... Ya sabes, para otro momento...-dijo Zoey-.
- Sí, claro, ya... ya lo intentaremos en otra ocasión.
- ¡Eh, chicos! ¡Vamos, que yo todavía no tengo edad de conducir! Lo haría de todas formas, pero es que si nos paran...

Me alegró ver que Justin también tenía su sentido del humor. Algo imprescindible si quieres formar parte de nuestro grupo de supervivientes.

- Hay un hostal, a unos ciento cincuenta kilómetros de aquí, según el mapa. ¿Te parece que paremos allí y descansemos un poco?-le dije a Zoey-. Y mañana al mediodía llegaremos a Vancouver.
- Claro,me parece una genial idea.

Así que los tres subimos de nuevo al coche y pasamos de largo aquel pueblo de pesadilla. Cada vez más cerca de nuestro destino.

domingo, 3 de julio de 2011

Maldita Nerea: "Tu mirada me hace grande"


Para este domingo he escogido la canción "Tu mirada me hace grande", del grupo murciano "Maldita Nerea". Han sacado cinco discos desde que empezaron en 2003 como "Cuarto creciente", "Maldita maqueta" o "Es un secreto...No se lo digas a nadie" (al cual pertenece la canción de hoy). Se la dedico a mi madre, fan número uno de la ciudad de Madrid. Os dejo con un vídeo de la canción:

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)