domingo, 29 de abril de 2012

¡¡¡200 entradas!!!


¡Y ya estamos en la entrada 200! Con ya 56 seguidores, a punto de superar las 45.000 visitas y conseguir un récord más que increíble en la historia de este blog: llegar casi a las 10.000 visitas en sólo un mes. Todo esto supone otro motivo de celebración hoy domingo, 29 de abril de 2012. Y de ello se va a encargar (como ya lo hizo en la celebración de las 50 entradas el año pasado), Neil Patrick Harris, interpretando a un genial personaje conocido como "Dr.Horrible" (miniserie creada por Joss Whedon, creador de "Buffy Cazavampiros", "Ángel" y director de la recientemente estrenada película "Los Vengadores") protagonizada por muchos personajes conocidos como Nathan Fillion (protagonista junto a Stana Katic de la serie "Castle", que además participó en varios episodios de Buffy), Simon Helberg (de "Big Bang Theory")  y Felicia Day (conocida principalmente por su papel en la serie de Buffy). La miniserie es además un musical, así que os dejaré con una de sus canciones, "Brand New Day", interpretada por el "Dr.Horrible".

Y ya que estamos, he aquí un reto. Veamos si conseguís hacer lo que hace él con los dedos de sus manos al principio de la canción. ¡Suerte!


miércoles, 25 de abril de 2012

Poderes (VII)

Aprovecho esta entrada para autofelicitarme el día de mi santo, San Marcos. Espero que os esté gustando la historia.

- ¿Pero qué co...?
- Puedo explicarlo, de verdad. Estoy seguro de que existe una perfecta explicación científica y racional...
- ¡Estabas volando! ¿Cómo...? ¿Qué...? ¿Desde cuándo explica eso la ciencia?
- Créeme, Héctor. Te lo diría, pero es mejor que no lo sepas.
-  Déjate de tonterías, y dime qué me he perdido últimamente.
- Ya te he dicho que...
- Por favor, Ryan. Dime la verdad. Porque no recuerdo haberme pasado tanto con el vodka de anoche.
- Como quieras, primo. Pero que conste que te lo advertí.

Le conté todo lo que me había pasado hasta entonces, aunque preferí no decir nada de Dave.

- ¿En serio, tío?  ¿Tu mano izquierdo ardió en llamas, atravesaste una pared,  volaste por toda la ciudad y enviaste un coche al espacio de un estornudo?

Mi primo estuvo unos instantes sin hablar, incluso llegué a pensar que tal vez no me creyera. Claro que sería bastante absurdo, teniendo en cuenta que hacía sólo unos momentos me había visto levitando sobre mi cama.

- Héctor, ¿estás bien?-le pregunté-.
- ¿Que si estoy bien?-dijo, elevando el tono de voz y con una sonrisa de oreja a oreja-. ¡Tengo un primo superhéroe!

Nunca lo había visto tan contento.

- ¡Esto es GENIAL! ¿Lo sabe Rachel?
- No, todavía no se lo he dicho.
- ¿Y por qué no?
- Porque como aspirante a "superhéroe" que tú dices que soy pronto empezaré a tener enemigos, enemigos de los de verdad. Y no quería ponerla en peligro.
- Ah, ¿y a mí sí?
- Te recuerdo que has sido tú quien ha insistido en sonsacármelo.
- Bueno, es igual. No perdamos más el tiempo, tenemos muchas cosas por hacer.
- ¿Cómo dices?
- Me autoproclamo tu ayudante personal. Haremos una página web, y pondremos anuncios, y lo más importante...

Estaba haciendo esa pausa a propósito.

- ¡Te haremos un traje a medida!
- Ah, no. Por ahí sí que no paso. Mi responsabilidad es ayudar a la gente, no hacerlo vestido con ridículos trajes ajustados.
- Bueno, si lo prefieres te buscaremos un nombre primero.
- Héctor, en serio, no...
- ¡Ya está! ¡El rayo Ryan! Es pegadizo.
- Yo sí que me volveré pegadizo si no dejas de decir tonterías. No quiero hacerlo público, Héctor. ¿Es que acaso no has pensado en que tus ideas podrían transformarse fácilmente en una inagotable fuente de trampas, y en un constantes peligros para todos los que me rodean?

Lo miré, y lo vi algo entristecido.

- Escucha, haremos una cosa. Te demostraré lo que puedo hacer, pero una vez lo haga déjalo estar, ¿de acuerdo? No quiero que nadie te haga daño.

Lo aceptó. Nunca fui demasiado duro con él, ni siquiera en las situaciones en las que habría hecho falta. Para muchos, yo era su único amigo, ya que las cosas a nivel social no le iban demasiado bien, lo cual le había afectado bastante. Sobre todo desde que se enamoró de la prima de Rachel, Alice.

- Y dime-me decía mientras yo encendía la cocina para calentar una olla de agua hasta que hirviera-. ¿Dónde está Rachel ahora? Hace ya casi doce horas que no os veis, y eso es como veinte años para una pareja normal.
- Ja, ja. Muy gracioso, primo. Rachel se ha ido al JFK a recoger a su prima Alice. No llegará hasta la tarde.
- Vaya, así que ya se sacó el carnet de conducir-dijo, ignorando el comentario de Alice, como si no le importara en absoluto-.
-  Lo habría seguido intentando, pero al parecer las autoescuelas en todo el estado están advertidas sobre mí por esa estúpida equivocación que cometí en el primer examen. Colapsar el puente de Brooklyn durante unas horas, ¿a quién no le ha pasado alguna vez?
- El agua ya hierve-me dijo Héctor-. Veamos si eres inmune al calor.
- Por supuesto que lo soy-dije justo antes de meter la mano de golpe-. Ya te he contado lo del par...
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡QQQQQQQQQQUUUUUUUUUUEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Hasta en Nueva Jersey debieron de oír aquel grito.

- ¡¡¡Jooder, qué dolor!!!
- No te ofendas,tío, pero menudo timo de superhéroe.
- Cállate-dije, consternado-.

Intenté acelerarme hasta la supervelocidad y traté de hacerme invisible, e incluso corrí hacia la pared hasta chocarme contra ella. Y todo sin éxito.

¿Qué me había pasado?  Sólo unas horas antes me creía el rey del mundo y de un momento a otro todo había desaparecido.

- Tal vez fueran temporales.

Aquello hubiese sonado bastante convincente, si no hubiera sido por el hecho de que...

- Todavía vuelo-dije-.
- Como el mayor experto en superhéroes, superpoderes y demás, creo que es posible que en tu primera exposición o encuentro o simplemente aparición repentina de todos esos poderes que dices que tenías se te dieron un montón de ellos de forma temporal, y conforme pasaban las primeras horas conservaste sólo aquellos a los que tu cuerpo se adaptó mejor. O aquellos que más te gustaban.

Vaya con mi primo. Eso sí que es un experto, y lo demás son tonterías.

- ¿Aquellos?-pregunté, extrañado-.
- Por eso sigues sintiendo la mano-dijo mi primo, señalándola-.

La miré, y vi que la horrible herida causada por la quemadura iba desapareciendo poco a poco. Se estaba regenerando por sí sola.

- Curación instantánea-dijo, interesado-. ¡Mola!

Probablemente estéis pensando: "Vaya, pues sí que han tardado poco estos dos en creerse lo de los poderes sobrenaturales, casi como si se lo esperaran, como si fuera lo más normal del mundo y hubieran estado esperándolo toda su vida". Qué queréis que os diga. La imaginación es un arma muy poderosa, como bien descubriréis si llegáis al final de esta historia.

_________________________________________________

Imaginad a dos locos adolescentes volando por los cielos de Manhattan a una velocidad de vértigo. Ahora, imaginaos a uno de ellos diciendo lo siguiente.

- ¡Creo que voy a vomitar!

El escepticismo tiene sus ventajas, y hasta que se invente un neuralizador como el que tienen en "Men in Black", esa es la mejor de nuestras bazas. Siempre y cuando no hagas demasiadas estupideces, no tienen por qué descubrirte aunque tengas unas habilidades ligeramente distintas a las del resto de la humanidad.

- Oh, vamos, no seas quejica. Tampoco es para tanto-dije mientras sobrevolábamos la azotea del edificio "Metlife"-.

Pues eso, ligeramente.

Giré hacia el sudoeste, dirección la Estatua de la Libertad. Era genial, sentía el viento como si fuera éste el que me impulsara por los cielos, sentía su fuerza, su poder, su vitalidad... en todo mi ser.  Bajaba hasta casi rozar el agua y luego subía de nuevo, varias docenas de metros por encima de ella. Y entonces desapareció.

"Por suerte", estábamos sobre la cabeza de la estatua. Héctor gritó, presa del pánico, mientras trataba de agarrarse a algo. Intenté con todas mis fuerzas remontar el vuelo, y como siempre en el último segundo lo hice (más que nada para aumentar la tensión). Y justo a tiempo para evitar quedarme sin mi primo español.

- ¡Nunca más! ¡Suéltame en cuanto puedas, tío! No pienso volver a.... ¡¡¡ahhhhhh!!!

Tranquilos, cuando lo dejé caer de nuevo estaba todo controlado. Tan sólo quería gastarle una broma. Por extraño que parezca no se lo tomó demasiado bien, pero me perdonó en cuanto le dije que a cambio le presentaría a Lea Michele. Y puede que hasta a Dianna Agron, dependiendo de cómo se comportase en el camino de vuelta. Suerte que la Estatua llevaba cerrada más de un año.

De vuelta a mi tranquilo apartamento del East Village, dejé a mi primo medio muerto descansando allí y salí en dirección al Hospital de Bellevue, en Chelsea, donde esperé que Dave estuviera.

Había mucha gente, pero me las apañé para acercarme al mostrador y preguntar.

- Buenas tardes. Verá, he venido a ver a un amigo, Dave...

Caí en la cuenta de que no me sabía su apellido, lo cual provocó que el recepcionista y las veinte o treinta personas que tenía detrás haciendo cola empezaran a mirarme raro.

- Dave...
- Saltzman.

Me giré, y allí estaba ella. Nadia.

- Dave Saltzman.

Al principio tuve miedo de que me gritara o me pegara o algo por el estilo, y lo que hizo me sorprendió enormemente.

Me abrazó. Lo cual me hizo pensar que las cosas no habrían salido tan mal.

- Fuiste tú quien llamó  a la ambulancia, ¿no?
- Sí, fui yo. Es lo mínimo que podía hacer después de lo que le pasó a Dave, y a todos vosotros por mi culpa. Os metí de bruces en una trampa dirigida sólo a mí.
- Eres una buena persona, Ryan-dijo mientras me soltaba-. Me caes muy bien, y sé que tus intenciones son buenas, pero...
- ¿Cómo está Dave?-la interrumpí-.
- Va tirando. Perdió mucha sangre, pero por suerte la ambulancia llegó a tiempo. Le salvaste la vida, Ryan.
- Ya, después de casi quitársela.
- El otro día... Me pasé, Ryan. Te insulté y te eché la culpa de todo, cuando sabía que la culpa era sólo nuestra.
- ¿Pero qué dices? Fui yo quien os conduje...
- Tú no nos condujiste a ningún sitio, Ryan. Nosotros te seguimos. Y cualquiera de nosotros lo volvería a hacer si algún otro estuviera en peligro. Cuando eres como nosotros, tarde o temprano te das cuenta de que SÓLO nos tenemos entre nosotros.
-  ¿Puedo hacerte una pregunta, Nadia? Sólo por curiosidad.
- Siempre y cuando no sea demasiado íntima, sí.
- ¿Por qué sigues separándonos del resto de la humanidad? Quiero decir, seguimos siendo humanos: comemos, dormimos, queremos... ¿En qué somos tan diferentes del resto de personas?
- Con el tiempo lo verás.

domingo, 22 de abril de 2012

Leona Lewis: Happy


Para este domingo me he decidido por la canción "Happy", de la cantante británica Leona Lewis. La canción es muy bonita y el videoclip impactante, y fue lo que me llevó a escribir mi primera historia de amor ("Enamorados", os dejo el link por si no la habéis leído) y mi última corta hasta la fecha. Fue como una especie de "venganza" a esta canción, y la historia que me llevó a escribir el resto de las que encontréis en este blog.

Espero como siempre que disfrutéis de la canción y, si no la habéis leído y os apetece, le echéis un vistazo a la historia. Por temas de copyright y demás el videoclip oficial ha sido bloqueado en España, así que os dejo con un vídeo de la canción.






domingo, 15 de abril de 2012

I can't go on, I'll go on: Everything I own// ¡¡¡40.000 visitas!!!

Superar las 40.000 visitas es sin duda motivo de celebración, y es por ello que he decidido que la canción protagonista de este domingo sea "Everything I own". La canción original fue escrita, como podréis ver en el enlace, por el cantante David Gates, perteneciente al grupo californiano "Bread".

 La primera vez que la escuché fue en la película "School Rock Band", muy divertida y cuyos protagonistas aparecen en este vídeo interpretando esta canción. Espero que disfrutéis la canción y como siempre, que tengáis una buena semana.  Os dejo con "I can't go on, I'll go on" (el nombre del grupo protagonista en la película) y su "Everything I own" (en el que si os fijáis podréis ver más de una cara conocida).


martes, 10 de abril de 2012

Poderes (VI)

- Perdona, ¿qué?
- Cody, Zack. ¿Preparados?
- Afirmativo, Nadi.
- ¡Entonces, en marcha!

El coche arrancó y giró a la izquierda en el primer cruce. Hasta ahí todo normal. Lo bueno vino cuando las ruedas dejaron de tocar el asfalto.

Estábamos volando, literalmente (tal y como lo hubiera dicho Robin Scherbatsky) en dirección a  Broadway.

- ¿Te apetece una visita turística por la ciudad, Ry?

No sabía qué me sorprendía más, si lo rápido que Nadia había encontrado la confianza como para llamarme Ry (algo que entonces sólo Rachel hacía), o el hecho de que estuviéramos volando a varios metros sobre la calle.

Nunca había tenido demasiado vértigo, pero estábamos empezando a coger velocidad y para colmo, las calles (que en Chelsea estaban prácticamente vacías) tenían cada vez más tráfico. Y el coche se elevaba aún más. Debíamos de estar a unos ocho o diez metros sobre el suelo.

- Interpretaré ese silencio como un sí- dijo Nadia-. ¡Agárrate fuerte!

Y lo hice, pero aquello no evitó que empezara a marearme un poco. Nadia aceleró el coche subiendo en dirección norte, a lo largo de la Quinta Avenida. Levanté la vista, y pude apreciar, aún desde tan lejos, las cegadoras luces de Times Square.


- ¡Lo mejor es ver la cara que ponen!-dijo Nadia, riendo-.

Era increíble. Sobrevolábamos Times Square a una velocidad de vértigo, pasando tan cerca de algunos de los carteles que pensaba que íbamos a chocar.

- ¡Cambio de rumbo, chicos!-habló de nuevo-. Vayamos a la cima.

Ni siquiera me molesté en preguntar, tan sólo esperé sobrevivir a ello.

Y entonces Nadia aceleró, hasta tal velocidad que me resultaba imposible imaginar que pudieran tener unos reflejos tan rápidos como para esquivarlo todo. Y mucho menos la imponente fachada de uno de los edificios más altos del mundo. No pude evitar sofocar un grito en el instante en que realmente parecía que nos íbamos a chocar.

- Oh, vamos-dijo Zack-. Relájate un poco. Tampoco es para tanto.

¿Que no era para tanto? Estábamos en un coche volador, ascendiendo de forma paralela a la fachada del edificio,y a una velocidad cada vez mayor. Ni siquiera parecía que fuésemos a parar.

Por suerte, lo hicimos.

- Cody-dijo Nadia-, ayúdame a pararlo aquí. Y qué-dijo, una vez estábamos parados en lo alto del edificio,a  sólo unos 405 metros sobre el suelo. ¿Qué tal la primera experiencia? ¿A que mola más nuestra forma de ver la vida?
- ¡¡Estáis todos locos!!-dije, con toda la sinceridad del mundo-. Una cosa es que queráis pasar de la gente, pero otra muy distinta es que la pongáis en peligro. ¿Tenéis idea de lo que podría haber pasado?
- Sólo nos divertíamos, tío-dijo Dave-. Nada más.
- Ya, y un cuerno. Ni siquiera sois conscientes de ello, y si no puedo haceros cambiar de idea  lo mejor será que me vaya-dije, haciendo amago de abrir la puerta de mi lado del coche-.
- Hay casi medio kilómetro de caída hasta el suelo, genio-dijo Nadia-. Y si te caes no tendrás más que unos pocos segundos antes de estrellarte contra el suelo.


De verdad que pensé en ello. Contemplé las luces de muchos de los rascacielos de la ciudad, la vasta oscuridad que envolvía gran parte de Central Park. Y también los coches, y las personas que se movían  a cientos de metros por debajo de mí. Bajé la ventanilla, y sentí un frío viento, casi gélido, azotándome la cara.  Y fue entonces cuando lo oí.

- ¡Socorro!-era una voz de mujer-. ¡Por favor, que alguien me ayude!

Contemplé el rostro expectante de mis "nuevos amigos". Abrí la puerta, y apoyé mis dos pies en su borde. No lo dudé ni por un segundo.

- ¡¡¡No!!!

Y me dejé caer.

Al principió sentí miedo, pero poco a poco cogía confianza y con cada metro, me sentía más seguro. Hubo un instante en el que tan sólo me dejaba llevar, y entonces sucedió.

Extendí mis brazos, y empecé a planear como un pájaro. En dirección a donde había escuchado los gritos.

No me había sentido mejor en toda mi vida. Volaba cual superhéroe de cómic por encima de las azoteas de los edificios, sintiendo la fuerza del viento en todo mi ser.

Llegué a  aquella zona en sólo unos segundos. Sólo unos instantes después oí un coche justo detrás de mí. Me habían seguido.

- Y crees que nosotros somos lo locos-dijo Cody-. Mira quién fue a hablar.
- No teníais por qué venir si no os interesa ayudar a la gente.
- A quien venimos a ayudar es a ti, señor volador-dijo Nadia-. Tienes demasiado confianza en ti mismo para ser novato, y nos gustaría que siguieras vivo mañana.
- Shhh...-dije, para hacerla callar-. Es aquí al lado.

Me asomé por un callejón, y vi a un hombre con la cara tapada y amenazando a una mujer rubia.

- Ya está, nena. Puedes irte.
- Lo...Lo siento-dijo la chica, llorando-. Pero me dijo... Me dijo que si no lo hacía me mataría. Lo siento...-dijo mientras se alejaba corriendo.

El tío se destapó la cara, y pensé que me estaban tomando el pelo. Era el atracador al que había detenido aquella misma mañana, hacía sólo unas horas.

- No sé cómo ni por qué, pero algo me decía que bastaba con que amenazara a un sólo inocente para que volviéramos a vernos.
- Pues después de la última vez, no entiendo por qué tenías tantas ganas.
- Verás, chaval. Resulta que tengo unos cuantos amigos. Amigos peligrosos.

En aquel momento, fuimos rodeados por unos quince o veinte de esos "amigos", provistos de toda clase de armas. El hombre se acercó más a mí, y no sé si debido a la oscuridad de la noche o a algún otro motivo me pareció mucho más siniestro que en mi primer encuentro con él.

- No sé quién eres. Ni lo sé, ni me importa. Ni siquiera esas estúpidas habilidades que crees tener. Tan sólo tuviste suerte, nada más. Pero me hiciste quedar en ridículo, y eso lo vas a pagar.

Observó a Nadia, Zack, Dave y Cody durante unos instantes y luego siguió hablando.

- Vaya, si veo que tú también tienes amigos. Una pena que no me vaya eso de dejar testigos. Lo siento chicos, no es nada personal..

El tío hizo una señal a aquellos que nos rodeaban, y añadió:

- ¿Unas últimas palabras?
- Bonito discurso.

Y se lanzaron a por nosotros. Dave trataba de introducirse en la mente de mi atracador favorito, pero le costaba demasiado. Zack llegó incluso a mover objetos como bicicletas e incluso motos, y golpeaba a los enemigos con sus propias armas, algo a lo que ayudaba Cody. Nadia se transformaba en algunos de ellos para confundirlos aún más. Teníamos unos reflejos alucinantes, y todo parecía ir de maravilla hasta que sucedió aquello.

Nos giramos al oír un gemido ahogado de Dave, cuyo pecho había sido atravesado por una especie de cuchillo.

- ¡¡¡Hijo de puta!!!

Ni siquiera le hicieron falta poderes para dejar inconsciente  al hombre de un sólo hostión. Nadia se agachó junto a Dave.

Todos corrimos hacia él, consternados, tratando de asimilar lo que estaba pasando.

- Dave...-decía Nadia-. Dave, por favor, aguanta...

Una gran mancha roja empezó a manchar su camisa, y su rostro se tornaba pálido con rapidez.

- Tal vez si lo llevamos a un hospital...
- ¡¡¡Tú!!!-me dijo-. ¡¡¡Eres un capullo!!!¡¡¡Todo esto es por tu culpa, por tu  infinita y estúpida necesidad de hacerte el héroe!!!

Media isla estaría escuchando sus gritos.

- ¡¡¡Lárgate!!!
- Pero todavía puedo...
- ¡¡¡He dicho que te largues!!!-dijo, mostrándome una última vez esa cara, llena de rabia, tristeza y desesperación-.

No me lo pensé dos veces. Me di la vuelta y empecé a andar en dirección contraria.

- Dave-decía Nadia, llorando-. Por favor, no me dejes. Saldremos de esta juntos, te lo prometo. Dave...

Los dejé atrás rápidamente, no sin antes llamar a una ambulancia desde la primer cabina que me encontré. Me volvía  casa, y me tumbé en mi cama, todavía sin creerme lo que había pasado. Si Dave moría, si no salía de aquella... No sabía si podría perdonármelo algún día.

Me dormí, aun siendo consciente de que en dos o tres horas los rayos de sol invadirían mi habitación.

Cuando desperté, ya había amanecido. Fui  a desperezarme y me di cuenta de que no tenía nada sobre lo que hacerlo. Alcé la vista hacia el hueco en el que unos días atrás se encontraba la puerta de mi habitación, y entonces vi a mi primo. En su cara se veía la misma expresión que en el momento en que averiguó que Lea Michele era amiga mía.

Y es que no todos los días ves a tu primo levitando a metro y medio sobre su cama.

domingo, 8 de abril de 2012

Will Smith: Men in black


A apenas mes y medio del estreno en cines de la tercera parte de esta divertida y curiosa saga, me he decidido por la canción interpretada por el cantante y actor Will Smith, perteneciente a la banda sonora de la película "Men in black". Como siempre, espero que os guste y que tengáis una buena semana.

domingo, 1 de abril de 2012

La dama y el vagabundo: Bella Notte


No tenía muy claro que canción poner hoy, pero quería alguna que tuviera algo que ver con Italia (ya que mi hermana Laura está de viaje allí ahora). Finalmente, me he decidido por una canción perteneciente a la banda sonora de la película de Disney "La dama y el vagabundo": "Bella Notte". Os dejaré con un  fragmento de la película en el que cantan dicha canción. Como siempre, espero que os guste y que tengáis una buena semana.

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)