martes, 31 de enero de 2012

Poderes (III)

Hoy es el cumpleaños de mi padre, así que antes de seguir con la historia le dedico esta entrada. ¡Espero que te guste!


- No me lo puedo creer. Se le ha vuelto a olvidar. ¿Cómo puede ser que todavía no haya llegado?
- Dale tiempo, cielo. Ya sabes que, aunque tu novio tiene muchas cualidades, la puntualidad no es una de ellas.
- Ya lo sé, pero es que... No sé. Sé que me quiere, pero a veces tengo la sensación de que no formo parte de sus prioridades, como si le importaran más muchas otras cosas antes que yo.


Me abroché bien el abrigo, pues hacía frío, mientras esperaba a que mi prima Alice hablara.


- ¿No estarás pensando en...?
- ¡No! No, jamás haría eso. Ryan es lo que más amo en mi vida, nunca le dejaría escapar.
- De todas  formas, no te preocupes. Seguro que a estas alturas ya estará al llegar. Ya verás como...


De pronto, empecé a escuchar una especie de música.


- ¿Qué es eso?-preguntó Alice, que lo oía a través del móvil-.


Me giré, y vi a un coro formado por al menos quince o veinte personas cantando y avanzando desde la esquina noroeste de Central Park, al ritmo de...


- ¿Stand by me? ¿Qué es lo que está pasando ahí, Rachel?


Durante unos instantes me pregunté lo mismo, y entonces lo vi a él.


- Alice, luego te llamo.
- ¡Sí, por favor!- le dio tiempo a decir a Alice antes de que le colgara-.


Y allí estaba, Ryan Chase. Mi novio. Bailando y cantando "Stand by me" acompañado de otros muchos que le seguían el ritmo.


"When the night has come
and the land is dark
And the moon is the only light we see
No, I won’t be afraid. 
No, I won’t be afraid
Just as long as you stand, stand by me”


No lo podía creer. Estaba cantándome una canción de amor, acompañado de un coro, y cada vez se acercaban más.


Era como un sueño, no podía creer que estuviera pasando algo tan maravilloso. Me sentía lo más feliz que me había sentido nunca hasta la fecha, pero aquello no evitó que estuviera a punto de morir de vergüenza.


“And darling, darling stand by me
Oh, now, now, stand by me
Stand by me, stand by me”


Estaba en las escaleras enfrente de la Apple Store (de donde, curiosamente, todavía no me habían echado). La gente a mi alrededor miraba con atención, y multitud de turistas hacían fotos y grababan vídeos, y no pude más que quedarme embobada mirando lo que estaba ocurriendo. Eso sí, con una sonrisa de oreja a oreja.


“If the sky that we look upon
should tumble and fall
and the mountain should crumble to the sea.
I won’t cry, I won’t cry
No, I won’t shed a tear
just as long as you stand, stand by me”


Parecía como si la manzana entera se hubiera detenido para contemplar aquel extraño espectáculo.


“And Darling, darling stand by me
Oh, stand by me,
stand by me, stand by me, stand by me”


La verdad es que no lo hacían nada mal, todos iban bailando a un ritmo casi perfecto y exacto. Ryan iba el primero, sonriendo y mirándome a los ojos. A cada lado suyo por detrás debía de haber unos siete u ocho de esos coristas .


“Whenever you’re in trouble won’t you stand by me
Oh, now, now, stand by me
Oh, stand by me, stand by me, stand by me”


Habían cruzado la carretera y ya sólo estaban a un par de metros de mí. Ryan me alcanzó, me cogió ambas manos y me miró a los ojos, sonriendo. Y pronunció la última estrofa.


“Darling, darling, stand by me 
stand by me
Oh, stand by me, stand by me, stand by me ".


No sabía cómo reaccionar, y menos con todas aquellas docenas de personas mirándonos. Pero, tras un par de segundos sumergida en su bella mirada, se me aclararon las ideas.


Lo acerqué hacia mí y lo besé. Él me correspondió continuando el beso, entre vítores y aplausos de todos los que se encontraban a nuestro alrededor. Cuando finalmente despegamos nuestros labios, él me dijo:


- Sé que he llegado tarde, y sé que no tendrías por qué perdonarme después de tantas veces, pero te pido por favor que me des la oportunidad de demostrarte que eres lo más importante para mí. Te quiero,Rachel Hart,  y siempre te querré.


- Lo sé, Ry. Cuando me enamoré de ti, me enamoré también de tus pequeños defectos. Te quiero con todo mi corazón.


A cierta gente le habrá sobrepasado tanta cursilada, así que hago una pequeña pausa para que podáis ir a por algo salado y luego continuaré con la historia. 


¿Ya? Pues sigamos.


- Entonces…, ¿vamos de compras?
- Vamos de compras-le dije, sonriendo-.


Nos cogimos de la mano y echamos a andar en dirección norte, donde se encontraban varias de las mayores y más lujosas tiendas del mundo. A nuestras espaldas, dejamos a un montón de gente todavía ensimismada con lo que acababa de ver.


http://www.youtube.com/watch?v=Vbg7YoXiKn0

domingo, 29 de enero de 2012

John Lennon: Imagine

Mañana es el día de la paz, algo que en mi opinión nunca se le ha dado demasiado bien a la humanidad en general, pero que ha progresado mucho, y cada vez más,y en ocasiones a pasos agigantados.

Sé que no es muy original, pero la canción que he pensado para hoy es "Imagine", de John Lennon. Es sin duda la más representativa de las canciones, y más cuando escuchas su letra. En mi reciente viaje a Nueva York pude visitar, entre otras muchas cosas, el rincón de Central Park dedicado a él.

Somos muchos en este mundo, y cada vez seremos más y será más complicado ponernos de acuerdo, pero canciones como esta alimentan la esperanza de que algún día podamos, por difícil o imposible que parezca en la actualidad, vivir en un mundo como el que John Lennon nos describe en su canción, "Imagine". Imaginemos, pues.

jueves, 26 de enero de 2012

Poderes (II)

Sábado, 15 de diciembre de 2012.

Aquel día me desperté de un exagerado buen humor, incluso preocupante. Sólo faltaban unos días para el baile, y quería tenerlo todo bien preparado.  De ahí que hubiera quedado tan sólo un par de horas más tarde con el amor de mi vida, la persona a la que más quería en el mundo.

Me levanté y busqué algo de ropa para ponerme. Fui al baño para lavarme la cara y darme una ducha. Luego, me puse la ropa y me peiné rápidamente. Me preparé un rápido aunque nutritivo desayuno y me lavé los dientes.

Cogí mi cartera, mi móvil y un abrigo y salí fuera. Habíamos quedado para ir por separado porque Héctor llegaría aquel día, aunque no sabíamos la hora exacta.

Ah, y por cierto...

Mi nombre es Rachel.
_______________

- Señor-decía una chica alta, delgada y pelirroja, de ojos marrones-.
- ¿Sí?-respondió ese tal "señor", sin que pudiera llegar a verlo-.
-  He localizado al chico. Creo que sé dónde está.
- ¿Y?
- Vive en la ciudad de Nueva York. En el East Village, creo.
- Vaya, qué cómodo. Así que ni siquiera tenemos que traérnoslo de otro lugar, tiene su hogar a unas pocas calles del punto de inicio. Sólo faltan seis días, Jill. Seis días, y el mundo tal y como lo conocemos dejará de existir.

El hombre avanzó unos pasos, y justo en el momento en que volvió a hablar pude observar su rostro, que sonreía con una escalofriante malicia.

- ¿No es emocionante?

Me desperté sobresaltado, pues en aquella última frase tuve la sensación de que el hombre me había mirado directamente a los ojos.

Siempre he sido bastante escéptico, pero aún así un sueño tan real justo después de que me llegaran aquellos malditos poderes...

Pero el susto que me llevé al darme la vuelta en la cama fue mucho peor.

- ¿¡Héctor?!-casi me caigo de ella-.
- ¡Hola, primo!¿Cómo te va? He oído que sigues con Rachel, ¿alguna novedad en particular?
- Pues según a lo que te refieras por novedad.
- ¿Habéis...?
- ¡¡No!!-contesté rápidamente.
- Vale, tío, tranquilízate. Tan sólo era una pregunta.
- Sí, claro, perdona. Es que he tenido un sueño bastante agitado.

Todavía no me lo podía quitar de la cabeza. Era todo tan real... Y los ojos de aquel hombre...

- Oye, tío-me decía Héctor-. ¿Podría hacerte una pregunta, sólo por curiosidad?
- Siempre que no sea demasiado íntima, sí.

Estábamos sentados en la cocina. Yo, mientras tanto, vigilaba el reloj para no llegar tarde a mi cita con Rachel.


- ¿Qué narices ha pasado con la puerta de tu cuarto?


Desvié de nuevo la mirada hacia el reloj, pensando en algo.

- Un... accidente. Sí, eso. Un accidente. Mejor no preguntes.
- Muy bien, como quieras. Y entonces, ¿has quedado con Rachel?
- Sí, dentro de un par de horas.
- Otra vez.
- Sí.
- Y para ir de compras.
- ¡Sí! ¿Y qué pasa?
- ¿Es que no te das cuenta, Ry? ¡Te estás convirtiendo en una tía!
- ¡Serás idiota!
- Lo que me extraña es que todavía no te hayas empezado a maquillar. ¿O sí que lo has hecho? Porque la verdad es que te vendría bien, con esa cara de zombie recién levantado que tienes ahora...

Le tiré un panecillo a la cara, y esquivé el que él me lanzó para salir rápidamente de la cocina.

- Lo siento, primo, pero llego tarde a mi cita. Ya nos veremos más tarde.

Me despedí de él, cogí todo lo necesario para salir y me fui en dirección  al lugar donde había quedado con Rachel: FAO, Quinta Avenida. Y habría llegado de no ser por aquel inoportuno inconveniente.

- ¡Tío, dame la pasta!
- ¡No tengo nada, te lo juro!

Estaban en un callejón a pocas calles de Central Park, y  a plena luz del día, lo cual me extrañó mucho. Casi tanto como el hecho de que pudiera oírlos aún estando a más de cinco calles de distancia.

- Dámela o te arrepentirás, chaval.

Llegué justo cuando sacaba la navaja.

- ¡No, por favor!
- Déjalo.

Ambos se giraron hacia mí.

- Y hazlo deprisa, por favor. He quedado con mi novia y no quiero llegar tarde, así que si he de darte una paliza que sea ya.
- ¿Pero quién te crees que eres, capullo? ¿Es que quieres morir?

Nunca había sido demasiado valiente, pero mis recién aparecidos poderes me animaron lo suficiente como para hacerlo. Era como si ellos mismos tuvieran la necesidad de ser utilizados.

- Como quieras, tío. Pero que conste que te he avisado.
- ¿Pero qué...?

Apenas le había dado tiempo a mover la mano en la que tenía la navaja, y ya se la había quitado, inmovilizado y tirado al suelo. Si es que soy un as.

- ¿Sabías que una vez mandé un coche al espacio con sólo un estornudo?
- ¿Pero quién...? ¿Y cómo?¿Quién demonios eres?
- Mi nombre es Ryan, Ryan Chase.

Quedó guay, aunque habría sonado mejor con algo de música épica y un relámpago de fondo, tipo "¡chan, chan...!". Bueno, ya me entendéis.

Saqué mi móvil, y llamé con él a la policía. Le hice una señal al que había estado a punto de ser atracado y le dije:

- Todo tuyo. La poli llegará en unos minutos.

Volví a guardarme el móvil en el bolsillo, y eché a andar en dirección a donde había quedado con Rachel. Dejando a aquel hombre salvado de un atraco por una especie de superhéroe adolescente.

Me pregunté que habría pasado con el más bien cobarde Ryan Chase, que de un día a otro había pasado a ser el que se tapaba con un cojín para no ver en la tele una escena de terror mientras su novia se la contaba a enfrentarse a un peligroso delicuente (casi) sin pestañear. Cómo molo.

Vi la hora que era y me sorprendí al darme cuenta de que me había desviado algo más de lo previsto.

- Oh, mierda-dije-.

Llegaba ya media hora tarde, y ni siquiera la hipervelocidad podría ayudarme. Así que puse en marcha algo que llevaba tiempo preparando, pensado para otra ocasión, pero que me ayudaría  a justificar mi retraso ante Rachel, y rogarle que me perdonara. Hay que ver lo estresante que es esto de tener poderes.

domingo, 22 de enero de 2012

Simple Plan: Welcome to my life

La canción que he decidido para hoy es "Welcome to my life", del grupo canadiense Simple plan. Me gusta mucho esta canción ya que inconscientemente, incluso antes de saber que la banda era canadiense, la identifico con mi primer viaje solo a Canadá. De hecho, mis primeros minutos.

Han pasado casi cuatro años desde entonces, pero recuerdo a la perfección mi llegada al aeropuerto de Toronto. Yo había viajado en un avión distinto al de mis compañeros españoles (a los cuales no conocía todavía), y dos de los tres monitores que pasarían el mes con nosotros me llevaron a la casa donde me alojaría durante las siguientes cuatro semanas.

Yo estaba casi dormido tras el viaje, así que no recuerdo mucho más que una parada en una gasolinera. En el momento en que salimos de ella, encendieron la radio y allí estaba: "Welcome to my life". La primera canción que escuché en Canadá, y casi el primer recuerdo que tengo de ella. Una de las mejores experiencias de toda mi vida.

Tras todo este rollo personal, espero que como siempre os guste la canción y disfrutéis con ella.


domingo, 15 de enero de 2012

Jason Mraz: I'm yours

El pasado viernes 13 fue el cumpleaños de mi madre, así que he decidido dedicarle una canción que sé que le encanta: "I'm yours", de Jason Mraz.

¡Espero que os guste!

domingo, 8 de enero de 2012

Lene Marlin: Sitting down here

Con las vacaciones de Navidad tocando ya a su fin, he escogido para hoy una canción de la cantautora noruega Lene Marlin, "Sitting down here".  Esperando que os guste, os dejo con el videoclip oficial de la canción.

viernes, 6 de enero de 2012

Poderes (I)

A continuación os dejo con un fragmento de la siguiente historia con la que continuaré, "Poderes", y de paso os deseo unos muy felices Reyes.

- Esto tiene menos sentido que el final de House.
- Oh,vamos, Ry-me decía Rachel-. Simplemente es que te has equivocado al despejar. ¿Ves?-dijo, mientras me cogía mi boli y rehacía el paso donde yo me había equivocado-. X=17. No es tan difícil. Y admite que lo de House tampoco fue para tanto. Un poco inesperado lo de House y Wilson, sí, y aunque no saliera Trece...
- Rech, aquello fue imperdonable, admítelo. Podrían haberla sacado al menos una última vez.
- Ya lo hicieron, ¿recuerdas? Cuando volvía con su novia al hospital para despedirse definitivamente de todo el equipo, y en especial de House.
- Creo que me salté esa parte.

Ambos reímos. Nuestras dos caras estaban a sólo unos centímetros de distancia, y desde ahí podía oler su hechizante y embriagador perfume. Nos habíamos quedado los últimos en clase, el timbre había sonado hacía rato.

- Rachel-le dije-.
- ¿Sí?-me preguntó ella, mirándome con sus preciosos y profundos ojos verdes-.
- Te quiero.
- Y yo a ti, cariño.

Sonrió, mostrando sus limpios y perfectos dientes, y se acercó a mí para besarme.  Y entonces tuvimos que interrumpirlo, a raíz del tono de llamada del móvil de Rachel, con su canción "Welcome to my life".

- Perdona-dijo, tras separar nuestros labios-. Es que había quedado en llamar a mis padres para aclararles el plan de esta tarde.
- Bueno, yo había pensado...-dije, acercándome a ella lentamente-. En una romántica velada con peli de zombies incluída. Digamos... ¿Resident Evil 5?

 Rachel sonrió, y me dijo:

- Me parece un buen plan.

Abandonamos el instituto, y nos fuimos directos hacia el cine más cercano. La sala no era muy grande, pero apenas había gente ya que aquella película llevaba mucho tiempo en cartelera.

- ¡Alice, corre! ¡Y cuidado con el zombie de la moto!

Tras la película, Rachel y yo salimos a pasear por Washington Square Park, conversando sobre hasta qué punto era posible que un zombie montara en moto. Ambos vivíamos muy cerca de allí, en unos pequeños apartamentos del East Village. De ahí la razón de que nos conociéramos desde siempre, pues llevábamos viviendo uno al lado del otro toda la vida.

Nos sentamos en un banco, el uno junto al otro. Ella estaba a mi derecha. Ambos llevábamos guantes, y ella un gorro de lana para protegernos del frío. Apenas llegaríamos a los cinco o siete grados.

- ¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí juntos?-preguntó Rachel, rompiendo el silencio-. Quiero decir, cuando éramos pequeños.

Y cómo olvidarlo. Mis padres salieron con los suyos  a pasear, llevándonos  a nosotros en brazos, y en un momento dado yo pedí un helado y me lo compraron. Rachel también quería uno, pero no logró convencer a sus padres. Entonces, yo le di mi helado, y creo que fue a partir de aquel momento cuando empezamos a ser amigos. Y entonces resultó que Rachel era alérgica a los en el helado minúsculos frutos secos, y acabaron llevándola a urgencias en una ambulancia. Un pequeño fallo sin importancia.

- Desde luego. Nunca imaginé que unos cacahuetes pudieran llegar a ser tan peligrosos.
- Teníamos apenas cuatro años, normal que desconociéramos todo eso, ¿no?

Yo asentí, y ella apoyó su cabeza sobre mi hombro.

- ¿No huele a... quemado?-preguntó Rachel, con curiosidad-.

Yo me giré hacia el otro lado, y me llevé una sorpresa considerable al ver mi mano izquierda envuelta en una bola de fuego. Y sin sentir nada en absoluto.

Me concentré todo lo que pude para intentar apagarlo como John Smith, "El número cuatro", lo habría hecho. Pero no ocurría nada. Pensé en lo bien que estaría tener algo de agua para apagarlo...

Y entonces empezó a diluviar. Rachel y yo nos levantamos corriendo, en busca de algún lugar donde guarecernos.

- ¡Caray!-dijo Rachel-. ¡Menudo tormentón! No recuerdo haber visto nubes en el cielo.
- Ni yo, no sé de dónde habrá podido venir. Y, por cierto,ahora que me acuerdo, Rachel...-ella giró su mirada hacia la mía-. He pensado que, para el baile...
- ¡Vaya! ¿Hay un baile? ¿En serio?¿Y vas a ir?
- Oh, vamos, Rech-le dije, golpeándole suavemente con el codo izquierdo-. Sabes que esto no se me da nada bien.
- Eso es irrelevante, Ry. Si quieres que vaya al baile contigo, habrás de pedírmelo, como todo el mundo-dijo, en tono burlón-.
- Está bien-dije-. Rachel Hart-me arrodillé ante ella-.  ¿Te apetecería ir conmigo al baile de fin de curso?
- No está  mal.
- ¿Y entonces,me concederás el gran honor de acompañarme en tal festividad?

Se acercó  a mí y me besó, como pocas veces me había besado. Y luego, cuando yo todavía estaba ensimismado por la sorpresa, ella me dijo:

- ¿Y tú que crees, tonto del bote?

 Volvimos a casa después de pasear otro poco más. Nos detuvimos frente al portal del edificio donde vivíamos.

- Bueno-dijo Rachel-. Aquí estamos. De nuevo en casa.
- He pensado... que podríamos ir  mañana a buscar algún vestido para ti y algún traje para mí, ¿no?
- Claro. ¿A qué hora te apetece?
- Mi primo Héctor llega temprano, así que tampoco me importaría madrugar un poco. ¿Qué tal sobre las nueve y media enfrente de la FAO de la Quinta Avenida? Podríamos quedar directamente allí, y recorrernos unas cuantas tiendas para ver si encontramos algo.
- Me parece genial, Ry. A las nueve y media, enfrente de la FAO. Allí estaré.
- Muy bien, pues entonces... ¿Nos vemos mañana?
- Nos vemos mañana. Buenas noches, cariño.
- Buenas noches, Rech-dije, mientras nos dábamos un corto beso de buenas noches-.

Y ambos subimos al tercer piso, donde puerta con puerta se situaban nuestros respectivos apartamentos.

domingo, 1 de enero de 2012

Kate York: New Year/¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO 2012!!!

Recién estrenado el nuevo año, pensando en una canción que poner me he acordado de la película recientemente estrenada "Noche de fin de año" (que tengo, por cierto, muchas ganas de ir  a ver), y he buscado entre su banda sonora la canción que más me gustara. La elegida ha sido "New Year" (¿a que no os lo esperabais?).

 Esperando que os guste, y que disfrutéis o hayáis disfrutado como nunca en esta Nochevieja.

¡¡¡¡FELIZ 2012!!!!

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)