sábado, 30 de abril de 2011

AMIGOS EN MADRID (IV)

Así que llegó el viernes. Miguel había tenido toda una semana repleta de clases y responsabilidades familiares para olvidar los nervios, pero aún así sus amigos se las arreglaron para ayudarlo.

- Escúchame, ¿vale, Miguel? Yo soy chica, ergo YO sé lo que gusta a una chica. Y sobre todo a una como Amy. Hazme caso,en serio. Todo cuanto debes hacer es mostrarte seguro de ti mismo, hacerle saber que eres más feliz porque ella está allí, hacerle preguntas sobre ella para saber que te interesa más allá de su físico, y asegurarte de que la miras a los ojos cuando uno de los dos esté hablando. Ah, y sonríe, no hay nada que nos guste más a las chicas que ver a un tío sonreír. Créeme, sé de lo que hablo.

- ¿En serio, Sara?-decía Alejandro-. Parece que eres toda una experta, debes haber tenido muchas citas...

Un incómodo silencio reinó en el ambiente. Carlos le dio un codazo a Álex y le dijo algo al oído. Este desvió la mirada, avergonzado. Era nuevo en el grupo, y como tal no sabía aún todo lo que había pasado entre ellos en sus largos años de amistad. Ni siquiera la única y terrible experiencia amorosa de Sara, hacía tan sólo un par de años. Ella también desvió la mirada durante unos instantes. Luego se volvió hacia Miguel y continuó hablando.

- Ves arreglado, pero tampoco te pases. Y sobre todo recuerda lo siguiente: como una "especie de cita" que es, los dos estaréis nerviosos, no sólo tú. Así que relájate, haz lo que te he dicho y todo irá bien.

Esperando que su mejor amiga tuviera razón, Miguel se presentó allí a la una, hora a la que había quedado con Amy. A pesar de los consejos de Sara, estaba realmente nervioso. A las 13:00, a Miguel casi le da un infarto. Había llegado la hora.

Levantó la mirada, y allí estaba. Increíblemente puntual, y tan sonriente como el día en que la conoció. En cuanto la vio venir desde lejos, la saludó con una mano, y ella hizo lo mismo.

En cuanto llegó, ella habló primero.

- ¡Hola, Miguel! ¿Qué tal?
- Oh, muy bien gracias. Ehm.. aquí estoy.¿Y tú?
- Oh, gracias. Genial. Sí, todo... genial.
- Me alegro.

Tras unos breves aunque al mismo tiempo eternos segundos de silencio, Miguel se envalentonó y habló.

- ¿Te apetecería que fuésemos... no sé, a dar una vuelta?
- Me encantaría-dijo ella, sonriendo-.

viernes, 29 de abril de 2011

El fenómeno del amor. Capítulo VII : La salida (3ª Parte)

Will salió corriendo tras Alice, aún sabiendo que probablemente no la alcanzaría. Mientras, sin saber nada de lo que estaba pasando, su amigo Bradley llegó ante la puerta de su casa.

Al ver que estaba entreabierta, se extrañó, pero se limitó a pasar y cerrarla tras de sí. ¿Donde estaría Will? Echó un vistazo por el piso de abajo, y no había nadie. Pero algo captó su atención.

"Patatas", pensó para sí.

Megan logró llegar hasta el destino de su amiga, pero demasiado tarde. Su coche se había ido. Al ver que aquella era la casa donde vivía Will, pensó que sería buena idea pasar y hablar con él. Esperando que aquello no fuera más que un malentendido, corrió hacia allí y llamó a la puerta.

Al abrir, Bradley tuvo una reacción increíblemente idéntica a la que tuvo cuando vio a Megan por primera vez.

- ¡Oh! Hola, Bradley, ¿has visto a Will? Es que necesito hablar con él. Verás, sé que te parecerá un poco raro. Créeme, al principio su relación me parecía una locura, pero conforme iba avanzando, yo... No sé, no encuentro en Will al típico tío que se lía con una famosa sólo por el dinero. Seguramente será un malentendido, pero en cualquier caso necesito hablar con él, Bradley. ¿Bradley? ¿Bradley, me estás...?

Pero Bradley se desmayó.

- ¡Oh, venga ya!-se lamentó Megan, mientras se agachaba para intentar levantarlo.

Y, justo en aquel momento, Will volvía de su fracasado intento de hacer volver a Alice. Cuando entró, la sorpresa fue considerable. No todos los días ves a una famosa intentando reanimar a un amigo tuyo a base de bofetadas en el suelo del recibidor de tu casa.

- ¡Oh, Will! Por fin estás aquí. He intentado hablar con tu amigo,pero se ha desmayado y no sé si...
- Tranquilo, se le pasará. Le ocurre a menudo. Por cierto, ¿qué haces aquí?
- Yo... He venido por lo de Alice, y esa foto... ¿Realmente lo hiciste tú?
- ¡No, claro que no! Ya se lo he dicho a Alice, no sabía nada hasta que ella me lo ha dicho.
- ¿Me lo prometes?-pocas veces se había visto tanta seriedad en el rostro de Megan Yelnats.
- Te lo prometo. Quiero a Alice, y jamás le haría algo así.
- ¿Pero entonces, quién podría haber...?

Bradley empezaba a despertar, cuando se dio cuenta de que Megan seguía allí, que no era un sueño. Entonces volvió a desmayarse.

- Llevémoslo a mi habitación-le dijo Will a Megan-.Allí podremos hablar con más intimidad.

Megan aprobó la idea, y entre ella y Will lo subieron a su cuarto. Apoyaron a Bradley en la cama, y comenzaron a hablar.

jueves, 28 de abril de 2011

Desde el lago (XXI)

http://youtu.be/dZxcVEDbujM

- Señoras y señores,desde el profesorado y dirección del R.S Swarley de la Columbia Británica quisiéramos darle la palabra a uno de nuestros alumnos más destacados, Sam Sturman,quien se ha ofrecido como voluntario en esta ocasión para redactar y leer el discurso de graduación.

- A por ellos, campeón-me dijo Jake, mientras yo me replanteaba el significado de "voluntario"-.
- Tú puedes, Sam-me decían Rachel y Riley-.

Con tan sólo una mirada, Remy me hizo entender que me apoyaba igualmente. Había tenido poco tiempo de preparar el discurso, pero con la ayuda de mis amigos lo había conseguido. Mientras no incluyese la extraña,arriesgada y sin duda imprudente propuesta de Jake de empezarlo con una ronda de chistes, todo iría bien. Además, había menores presentes.

Subí al escenario donde estaban los profesores y el director. Estaba nervioso pues, tanto entonces como ahora, hablar en público siempre me ha horrorizado. Sin embargo, pequeños aspectos como tener a mi novia y a mis mejores amigos en primera fila, dándome todo su apoyo, mejoró mucho la situación.

Me fijé en que, a pesar de la gran nevada de la noche anterior, la graduación estaba siendo llevada a cabo tal y como estaba prevista, al aire libre. En las primeras filas de sillas, unas pocas hileras de alumnos ocupaban sus asientos. En las últimas, los padres, familiares, amigos y conocidos de los alumnos se agolpaban armados hasta los dientes con cámaras de foto, vídeo y demás.

Todos los graduados llevábamos una toga de color rojo y blanco, con un gorro rojo. Parecía increíble que, con una tela tan fina, apenas notásemos los aproximadamente 0 grados a los que debíamos estar. La gente ni se inmutaba por ello, y no me extraña. La ocasión era demasiado especial como para hacerlo.

- En primer lugar,-empecé-me gustaría agradecer a mis compañeros y profesores por pensar que yo sería el más adecuado para elaborar el discurso de graduación. Aunque,sinceramente, he de confesar que lo he estado pensando todo en las últimas horas, y que si no fuera por la ayuda de mis amigos no habría podido acabarlo a tiempo.

"¿Saben? Muchos dicen que el verano que nos espera será el mejor de nuestras vidas.Que una vez haya terminado, nada volverá a ser igual. Y tienen razón, pero no en el sentido que ellos creen.

Muchos querrán aprovechar estas vacaciones como si fueran las últimas de verdad,aunque yo no lo creo así en absoluto. Algunos piensan en el fin del instituto como el de una etapa,y la agobiante proximidad de nuestra vida como adultos, que nos espera a la vuelta de la esquina.

Pero prueben a mirarlo como un comienzo, algo a los que nos enfrentamos muy bien preparados gracias a este instituto y a todos los que en él trabajan. Algo que nos permitirá ser felices aprendiendo a hacer lo que más nos guste, siempre y cuando no sea demasiado violento, claro."

Unas pequeñas risillas se oyeron entre el público, y tuve la sensación de que el discurso estaba realmente gustando.

"Todos nosotros,pues, como alumnos de este instituto que tanto nos ha enseñado hemos aprendido infinidad de cosas, la mayoría de los cuales nos serán útiles a lo largo de nuestra vida, aunque en un principio no lo parecieran.

Terminar el instituto no es el fin. En mi opinión, se parece más bien a una indicación que nos dice que hemos superado con éxito nuestra primera etapa en la vida, y que nos enfrentamos a la siguiente, nuestra etapa como adultos, mejor preparados que nunca. Es como el pistoletazo de salida que nos dice que estamos listos para perseguir nuestros sueños.

Yo mismo he admitido infinidad de veces que me aterra el hecho de dejar el instituto,y posiblemente el pueblo en el que he vivido durante tanto tiempo, pero es lo que voy a hacer. A todos nos asustan los cambios, es humano, pero lo sobre humano está en afrontarlos lo mejor que podamos. En amoldarlos a nuestra vida y pensar que no siempre son malos. Que, muchas veces, nos hacen mejores a nosotros mismos. Conocemos nueva gente, lugares, culturas y formas de pensar, y enriquecemos nuestro saber a nivel personal."

Pensé si me habría quedado demasiado largo el discurso, pero no detecté indicios de aburrimiento en las proximidades. Así que proseguí.

"Puede que no debiera hacerlo, pero les contaré algo acerca de mi vida personal. Hace unos cinco años y medio, una chica llamada Remy Stacey me salvó la vida en el lago que hay justo enfrente del instituto. Yo ya me había fijado en ella antes, pero ella empezó a hacerlo entonces y así fue como nos hicimos amigos. La verdad es que estuve, y estoy enamorado de esa chica desde el día en que la vi por primera vez.

Fuimos mejores amigos durante más de cinco años, y nunca tuve el valor de decirle que la quería como algo más. Digamos que, en un caso como aquel, recomiendo la sinceridad desde el primer momento. Aunque, en el fondo, la razón por la que no lo hice fue la misma por la que muchos de nosotros nos quedamos sin saber qué hacer en circunstancias similares: el miedo a los cambios. Sentir algo que no sentía antes de conocerla a ella, y el miedo a que la verdad provocara el peor cambio en mi vida: que desapareciese de ella.

Te debo la vida, Remy. Y no sólo por lo del lago, sino por tu su sola presencia,cada vez que estás a mi lado, desde que nos conocemos. Me has cambiado la vida, y ha sido el mejor cambio que alguien como yo podría desear.Te quiero, Remy. Y siempre te querré."

(Una especie de "ooohhhhhh" se propagó por el lugar, y pude ver que Remy se sonrojaba un poco.)

"Bueno, y qué más puedo decir. Os deseo a todos, queridos compañeros, lo mejor en vuestras vidas. Tened en cuenta lo que he dicho, y sobre todo, aseguraos bien de una cosa : nunca, y cuando digo nunca quiero decir nunca jamás, dejéis de perseguir vuestros sueños,por lejanos o imposibles que parezcan, porque sólo así lograréis alcanzarlos. Os deseo mucha suerte,y con esto me despido. Hasta siempre, R.S Swarley de la Columbia Británica."

Me alegró el hecho de que aquel discurso verdaderamente hubiera gustado, pues una enorme ola recorrió el lugar de primera a última fila.

Cuando bajé del escenario, vi que todos se quitaban los gorros de sus togas,y cogían sus diplomas, y decidí apuntarme. Los lanzamos todos, en dirección al cielo. Docenas de gorros y diplomas volaban por los aires, mientras los alumnos se abrazaban, lloraban y reían. Yo, por mi parte, me acerqué a mi grupo. Jake, Riley, Rachel, Remy y yo nos abrazamos todos a la vez (no era tan fácil como lo parecía en un principio). No había estado tan feliz en mi vida. Tenía todo lo que alguien puediera desear en cuanto a amistad y amor, y toda una vida por delante para ser feliz con ello.

Por antinatural o extraño que parezca, la pura verdad es que instantes después de aquello algunos alumnos empezaron a bailar a lo "High School Musical" (la última canción de todas), y uno a uno todos nos fuimos apuntando hasta que hubo docenas de bailarines y cantantes por todo el lugar.

La coreografía y el ritmo no eran del todo buenos, pero aquello nos daba igual. Para nosotros fue perfecto, todos allí bailando, cantando y riendo, lanzando de nuevo gorros al aire, e incluso cantando en el escenario. Aunque resultó algo inesperado, algunos profesores, a los que apenas habíamos visto sonreír en todo el curso, se apuntaron a la juerga. Para que luego digan que las improvisaciones no son buenas.

Pidiendo a nuestros respectivos padres que nos hicieran fotos para inmortalizar la ocasión, nos hicimos fotos de pareja y de grupo: Rachel y Riley, Jake y Riley, Jake y Rachel, Remy y Jake, Remy y Rachel,Remy y Riley, yo con Rachel, Riley y Jake por separado y por supuesto... Jake con nuestro profesor de Física (vale, admito que aún hoy esta foto me sigue dando ciertos escalofríos).

Remy y yo nos hicimos una foto, los dos sonriendo y con un fondo de estudiantes, profesores y demás acoplados (en el buen sentido) que se iban apuntando a la fiesta. Cuando nos aseguraron que la foto había salido bien, ella me miró.

- Has estado genial, Sam.
- ¿En serio lo crees?
- ¡Claro! Mira si no a tu alrededor. Les has encantado, ¿no te parece?
- Bueno, supongo que tienes razón. Aunque no habría podido hacerlo sin vuestra ayuda.
- Estoy segura de que sí. Ojalá tenga algún día una seguridad en mí misma como la que tú tienes.
- ¿Seguridad? Si tú lo dices...

Ella rió, y miró hacia arriba. Yo hice lo mismo.

¿Una rama de muérdago justo sobre nosotros? Me parecía increíble y me preguntaba cómo podía estar pasando algo así fuera de una película o libro de esos tan perfectamente románticos.

Yo le sonreí, y ella me sonrió. Acercamos nuestras caras sin decir nada, pero entonces me entró la curiosidad.

- Ehm... Escucha, Remy. Antes de nada, me gustaría saber algo acerca de mí. Algo..., algo que llevo tiempo queriendo saber y que espero que no te comprometa demasiado.
- Adelante-dijo ella, interesada-.
- Muy bien, ehm... ¿Crees que...? A ver cómo lo digo... ¿Crees que beso bien? Porque siempre he tenido mis dudas de cómo hacerlo y no sabía si...

Pero no me dio tiempo a terminar la frase, pues Remy se lanzó a besarme, con lo que prácticamente me obligó a contraatacar. Separamos nuestros labios, y pude sentir su dulce aliento cuando me dijo:

- Besas de cine, Sam Sturman.
- Vaya-dije, sorprendido y agradecido-. Gracias.

Y volvimos a besarnos. No sé cuánto tiempo estuvimos haciéndolo, pero al cabo de un rato fuimos cordial y amablemente interrumpidos por una voz que nos dijo:

- Tortolitos-reconocí a Jake, aún sin haberlo visto todavía-. Riley y Rachel reclaman vuestra presencia para una foto de grupo. Se ve que no soy tan guay como para sustituiros a los dos en ella. En fin, qué se le va a hacer.

Remy y yo reímos, mientras seguíamos a Jake hacia donde nos estaban esperando Rachel y Riley.

- Que conste que al final me he planchado el pelo, ¿eh?-decía Riley-.
- Estoy realmente orgullosa de ti, cariño. Igual a la próxima consigo que lo hagas voluntariamente-le contestaba Rachel-.
- Pues anda que yo... No me digáis que no estoy sexy con esta toga-dijo Jake-.
- Pues a mí me ha gustado más la del lector del discurso-dijo Remy-.
- Os quiero, chicos-dije yo-.

- Una sonrisa a la cámara en tres, dos, uno... ¡ya! Y el disparador se activó.

Felices, e inmensamente contentos por estar todos allí reunidos, empezamos juntos la nueva etapa. Porque, con alguien a tu lado, las cosas son siempre más fáciles.

martes, 26 de abril de 2011

Tom y Nicole; la gran aventura (VII)

- No lo entiendo, Tom- decía Nicole-. Llevo horas con esto y sigo sin encontrarle ningún sentido.
- Podría ayudarte si quieres, pero probablemente te retrasaría.
- No, es igual. No te preocupes. Con tu apoyo moral me vale-dijo, sonriendo-.
- Me alegro, aunque... Bueno, tal vez sería mejor que hicieras un descanso, así rendirías más. Mientras, podría echarle yo un vistazo, a ver si se me ocurre algo, y entonces te aviso.

En el fondo, Nicole no quería renunciar a ello, era algo tan emocionante... Pero, finalmente, el cansancio pudo con ella y aceptó la propuesta de su amigo.

- Duerme un rato-le dijo Tom a Nicole-. Te avisaré si descubro algo.

En aquel momento, se oyó un ruido. Alguien estaba tocando a la puerta. Nicole fue a abrir.

- Qué raro-decía-. Pensaba que al ser fin de semana harían la revisión más tarde. Escóndete, por si acaso.

Tom hizo caso a su amiga. Cuando Nicole abrió la puerta, ambos sintieron como un viento gélido que se propagó por toda la habitación. Nicole se quedó paralizada en el momento en que terminó de abrirla, y aquel hombre plantado en el umbral de la puerta habló.

- Hola, Wildfire.

lunes, 25 de abril de 2011

Desde el lago (XX)


("Aprovecho esta vigésima entrada de "Sin título" para auto-felicitarme hoy 25 de abril, día de mi santo, "San Marcos". Que disfrutéis el baile.")
____________________________________________________________________________________

Así que Remy y yo seguimos a Riley hasta el instituto. Incluso desde fuera podía oírse la música, que en aquel momento protagonizaba Katy Perry con su "Firework".

Conforme íbamos avanzando por los pasillos hacia el salón de actos (donde era el baile), me fijé en la gran cantidad de decorados que había puestos. Aquello me hizo pensar que, sin duda alguna, los responsables se lo habían currado. Y no en vano.

A mitad camino, Riley se detuvo para abrir una taquilla. Y me sorprendí al ver lo que sacó de ella: mi traje. Sí, el que se suponía que estaba en el armario de mi habitación, muerto de asco. ¿Cómo lo habrían hecho?

No me hizo falta preguntarle demasiado acerca de aquello. Fui a los servicios y me cambié allí. Cuando salí, Remy se dirigió hacia mí.

- No está mal-dijo, ajustando mi corbata-. Pero quizás si arreglamos esto... Ya está, así perfecto.
- Eh, chicos...-decía Riley, sin duda agobiado-.
- Sí, ya vamos-dijimos Remy y yo-.

Llegamos al salón y, aunque ya me lo esperaba, nadie se sorprendió de ver que estábamos juntos. Eché un vistazo por la sala para ver si veía a Jake (de quien no sabía nada desde lo del restaurante), y lo acabé encontrando buceando en un plato de lo que parecían gambas. Y casi literalmente. La verdad es que me dio algo de pena porque parecía ser el único en todo el lugar sin pareja, pero daba la impresión de que a él aquello le importaba más bien poco (de hecho, no lo veía tan contento desde que acepté en lo del paintball).

Había gente por todas partes: profesores, padres, parejas de alumnos... e incluso vi a Willow, la hermana pequeña de Remy, quien me saludó con cierta complicidad. Como si ella supiera también de qué iba todo aquello.

Alcé la vista y distinguí a Rachel, subida al escenario y con un micrófono en la mano. En cuanto nos vio, dijo:

- ¡Vaya, menos mal! Ya empezaba a pensar que no vendríais. Veréis, yo...-dijo, dirigiéndose al público. La gente dejó de hablar para escucharla-. Me gustaría que la banda tocase una canción para mis dos amigos, Remy y Sam. Querría dedicarles...-dudó, como si lo hubiera olvidado-. "You're still the one", de Shania Twain-dijo, sonriendo y mirando hacia nosotros-. Espero que os guste.

La música comenzó a sonar.

(http://www.youtube.com/watch?v=m1VWYxgE3_4)

Hasta el momento estaba bastante tranquilo teniendo en cuenta la situación, pero el hecho de que la música comenzase a sonar, y tener al menos a tres cuartas partes del instituto mirándonos... Aquello pudo conmigo.

Sin embargo, Remy pareció notarlo. Se acercó a mí y me dijo:

- No te preocupes, Sam. No te pongas nervioso. No es la primera vez que bailamos juntos, ¿no?
- Sí si hablamos de un baile en pareja.
- ¿Y qué me dices de aquella coreografía que tú y yo montamos de esa canción de Green Day..., Holiday, ¿no?
- Ah,sí-dije, riendo-. Ahora lo recuerdo.

Y no mentía. Cómo olvidar aquellas maravillosas tardes de verano grabando vídeos de los más absurdos con coreografías peores aún.

"When I first saw you"-sonaba la música-.

- Si hay algo en lo que nadie te supera, Sam Sturman, es bailando. Simplemente déjate llevar, y muestra el bailarín que tienes dentro.

"I saw love"-.

Y lo más sorprendente de todo es que lo hice. La miré a los ojos, aquellos preciosos ojos que incitaban una paz y seguridad, confianza en uno mismo... Y amor. Sobre todo, amor.

"And the first time you touched me I felt love"-.

Cogí su mano derecha con mi izquierda, mientras yo ponía mi otra mano a la altura de su cintura y ella apoyaba su otra mano sobre mi hombro derecho.

"And after all this time..."

Y en tan sólo un par de segundos, los miles de inolvidables momentos vividos a su lado desde el día en que la había conocido pasaron ante mí, fugazmente pero con una gran intensidad. Estaba viviendo la noche más feliz de mi vida,y el nerviosismo dejó paso a la felicidad y la inmensa alegría por todo aquello. Ella me sonrió. Dio un paso hacia atrás y luego yo otro hacia delante.

"You're still the one I love".

Y bailamos. No sé durante cuánto tiempo, pues perdí la noción(quién no lo habría hecho en mi situación). Pero fue maravilloso, fantástico. La cantante de la banda cantaba (qué cosas, ¿verdad?) la canción mientras sus compañeros la ayudaban con diversos instrumentos. Las otras parejas nos aplaudían y se iban incorporando al baile. No obstante, al final del todo volvieron a dejarnos solos.

"I'm so glad we made it".

El gran final se aproximaba, aunque habríamos estado allí bailando para siempre. Llegado el momento, la dejé caer suavemente sujetándola con ambas manos. La dejé así un par de segundos y luego la incorporé. Nos quedamos el uno al lado del otro, y nos inclinamos ante nuestros espectadores, quienes comenzaron a aplaudir como nunca lo habían hecho. Remy y yo nos pusimos uno enfrente del otro. Nos sonreímos una vez más, y acercamos nuestras caras.

"Look how far we've come my baby".

Y nos besamos. Si ya había perdido la noción del tiempo con el baile, no podéis imaginaros con el beso. Fue algo mágico, un beso dulce, romántico, casi perfecto... No, totalmente perfecto. Fue como si el mundo se hubiera parado a nuestro alrededor, como si el tejido mismo del tiempo hubiera decidido detenerse para hacer que fuera eterno, que jamás terminara.

Finalmente, ambos separamos lentamente nuestros labios. Sonreímos de nuevo.

- Ey, chicos-nos dijo uno de los fotógrafos-. ¿Os importa que os haga una foto de pareja, para el anuario?
- Claro-dijimos los dos, casi al unísono-.

Y estuvimos encantados de dejar que aquel potentísimo flash nos dejara casi ciegos, inmortalizando aquel momento.

Buscamos a Rachel y Riley y les dimos las gracias por todo, y les pedimos a ellos y a Jake que nos acompañaran para hacernos una foto de grupo. En los siguientes bailes a lo largo de la noche, Jake tuvo el indescriptible honor de bailar con Willow, quien aceptó encantada. Bailamos, cantamos y nos divertimos como nunca.

Fue una noche inolvidable.

domingo, 24 de abril de 2011

Eric Idle: Always look on the bright side of life

La verdad es que no he tenido que pensármelo mucho para este domingo. Como Semana Santa que es,¿qué mejor canción que "Always look on the bright side of life"?

La canción es cantada en la película "La vida de Brian" (1979) por el humorista y músico británico Eric Idle, al final de la misma. Eric fue miembro del grupo de actuación humorístico inglés "Monty Python" creadores de "La vida de Brian", entre otras películas.

Os dejo el vídeo con la letra para que podáis seguirla .Por mi parte,haced caso de la canción y disfrutad de la vida:

>

sábado, 23 de abril de 2011

FELIZ DÍA DEL FLASHFORWARD



Queridos lectores, como bien sabréis si alguna vez habéis visto algún episodio de la serie "Flashforward",hay dos días clave en la misma: el 6 de octubre (día del desvanecimiento global) y 29 de abril (día en que, teóricamente, las visiones que vimos se cumplirán).

A pesar de que hoy no es ninguno de esos días, quería hacer una entrada con la suficiente antelación como para que alguien la vea antes de la fecha en cuestión (que, en realidad, sería el 30 de abril en Europa debido a la diferencia horaria).

En principio, 7.000 millones de personas se desmayan el 6 de octubre a las ocho de la tarde (horario europeo), viendo su futuro unos siete meses después, el 29 (o 30 en nuestro caso) de abril, a las 7:14 horario europeo.

Así pues, tanto si "Flashforward" os gusta como si no, y teniendo en cuenta la cantidad de fans locos que hay por ahí intentando imitar lo que ven en la tele, yo de vosotros procuraría estar tumbado a esa hora, y en un lugar seguro. Nunca se sabe.

Dejando de lado mi parte catastrofista, os dejo con el trailer que el canal "Cuatro" emitió días antes de su estreno:

viernes, 22 de abril de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XVI)

Sábado, 30 de julio de 2011

Querido diario: Hola, soy Zoey de nuevo. Son las 7:45 de la mañana. Parece mentira que hayan pasado tantas cosas en sólo unos días... Es curioso, ya casi ni siquiera recuerdo aquellas tristes semanas recorriendo en solitario, sin más compañía que una moto y una mochila, medio Estados Unidos. Y con millones de zombis sueltos por ahí.

Estoy muy contenta por que hayamos logrado escapar los dos, sanos y salvos, aunque me inquieta la posibilidad de que vuelvan a encontrarnos. Sería bastante improbable repetir la suerte que tuvimos en nuestra huida de Los Ángeles.

A decir verdad, lamento no haberle contado todo a Richard desde el principio. Pero pensaba que, si lo hacía, podría haberme echado como el blanco de unos soldados asesinos y anónimos que soy, y que seré hasta que me pillen.

Pero ahora estoy aquí, con él, y con eso me vale.

Pienso con tristeza en aquel atardecer en la terraza del hotel en Los Ángeles, aquel beso que no llegamos a darnos. Fui una cobarde pues, aunque quería hacerlo, en el fondo sabía que no estaba preparada. No aún.

Hace tres meses, mi familia entera murió. En un abrir y cerrar de ojos, había perdido todo lo que amaba , y ni siquiera estuve allí con ellos para ayudarles. O por lo menos morir a su lado.

Después de aquello... Bueno, digamos que no estoy segura de estar preparada para una relación así. Quiero a Richard, de verdad, y estoy segura de que el amor que siento por él es tan real como la vida misma, como que dos más dos son cuatro. Pero si lo hiciera, si me arriesgara y pasara algo, y perdiera todo lo que amo de nuevo, yo... No sé si podría volver a superarlo... Y mucho menos sola.

Despertaré a Richard en una media hora y prepararemos todo para irnos. Según lo que acordamos anoche, hoy intentaremos recorrer algo más de distancia. Nos dirigiremos al nordeste y daremos un rodeo en las proximidades de Salt Lake City.Cambiaremos entonces de rumbo hacia el noroeste, e iremos en esa dirección el mayor tiempo que nos sea posible, parando probablemente a la altura de Twin Falls. Ya se verá.

Bueno, creo que eso es todo lo que podría contar por el momento. Ya veré mañana.
En fin, buenos días y hasta la próxima.

miércoles, 20 de abril de 2011

Desde el lago (XIX)

Y era cierto, lo vi en su mirada. Remy tenía muchas habilidades, pero mentir nunca había sido una de ellas.

- El otro día...-me dijo, mirándome- estuve viendo unas fotos, y entonces lo comprendí. Me he pasado años buscando y deseando algo que tengo delante desde hace mucho tiempo, pero no me había dado cuenta hasta ahora.

Yo estaba eufórico, pero no sabía cómo reaccionar. Tanto tiempo esperando aquel momento, y ahora que estaba allí me había quedado en blanco.

- Te doy una pista-me dijo Remy-. Mira hacia arriba.

Y lo hice, confuso, hasta que vi aquello sobre nosotros, justo sobre nuestras cabezas. Una rama de muérdago.

Se me hizo un nudo en la garganta, y me quedé medio paralizado. No sabía qué hacer. Se suponía que debía besarla, pero ¿y si ella se arrepentía en el último instante? Estropearía un momento tan mágico... Pero, por otro lado, si no lo hacía tal vez ella pensara que no me gustaba, y se arrepentiría de todo. ¿Para qué me habían servido tantas películas románticas si ni siquiera sabia cómo reaccionar en una situación así?

La miré. Pude apreciar una pequeña sonrisa en su rostro, y me dio la sensación de que lo había hecho aposta.

- ¿Estás disfrutando con esto, verdad?-le dije.
- Como nunca-dijo ella, sin dejar de sonreír.

Y entonces la vi. Aquella mirada que, de una extraña e irracional forma, te indicaba, sin saber cómo, que el otro estaba preparado.

Nos acercamos. Yo estaba nervioso, aunque lo curioso es que me iba relajando cada vez más. Aproximamos nuestras caras, y viví, sin duda, el mejor de mis momentos como adolescente.

Nos besamos. Lo hicimos lentamente, sin prisas y con dulzura. El mundo entero se había parado,sólo estábamos ella y yo, allí. Separamos nuestros labios, y un pequeño copo de nieve cayó del cielo. Por encima de nosotros, miles, no, millones de copos de nieve empezaron pintar el parque de blanco. Una nevada como aquella a finales de junio, casi julio. Por una vez, el cambio climático había hecho algo bueno.

Nos volvimos a besar, tiernamente y sin importarnos que nos estuviera nevando encima. Fue maravilloso.

Ninguno de los dos teníamos ganas de volver al mundo, hubiéramos querido seguir allí durante mucho más tiempo, que aquel beso no terminara nunca. Separamos nuestros labios, nos miramos sonriendo y nos dijimos el uno al otro, al unísono:

- Te quiero.
- Eh, tortolitos-dijo una voz masculina, que reconocí al instante como la de Riley-. No es por interrumpir ni nada de eso, pero en cuanto terminéis con los cariñitos,¿podríais...? ¿Podríais ir al baile? Rachel me ha enviado, dice que tiene una sorpresa para vosotros.

Afirmamos los dos. Nos cogimos de la mano y fuimos detrás de él.

- Os agradecería que os dierais prisa. Rachel me ha dicho que si no os llevaba enseguida ella, bueno... me haría algo muy, pero que muy doloroso.

Riendo, ambos seguimos a Riley hacia el instituto, a tan sólo unos pocos minutos de allí.

lunes, 18 de abril de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XV)



Viernes, 29 de julio del año 2011 (2ª Parte)

Querido diario: soy Richard otra vez. Perdona el no haberte descrito con detalle mis recientes batallitas, y perdonadme también vosotros, los que lo estáis leyendo dado que sin duda será una obra muy famosa en el futuro.

Me disculpo por no describir todo lo que me ha pasado hoy al pie de la letra, pero es que esquivar la muerte quita bastante tiempo para escribir. Además, para eso están los narradores omniscientes.

Os ruego que perdonéis al que yo contraté. Ha cometido equivocaciones, lo sé (¿quién podría atravesar un garaje entero y matar zombis, así como conectar una máquina en la más absoluta oscuridad?) Obviamente, nadie. Pero la luz del amanecer se filtraba por algunos ventanales, permitiéndonos a mí y a Zoey ver lo mínimo para poder hacer todo lo que hicimos y escapar. Ah, y otra cosa: nos costó mucho hacerlo. Nos libramos de mucho por los pelos, sí, pero tardamos horas en salir de allí, no media hora.

En cualquier caso, creo que deberíamos darle otra oportunidad. Seguro que mejorará.


En otro orden de cosas, Zoey y yo estamos en un motel, calculo que a unos quinientos kilómetros de Los Ángeles. Probablemente os parecerá poca distancia para las 5 horas y 32 minutos de viaje, pero es lo que tiene conducir por carreteras secundarias. Cruzar ciudades como San Francisco, Portland o Seattle no habría sido una buena idea. Según mis recientes cálculos y con la ayuda de un mapa que me he encontrado en la recepción del motel, estamos en el remoto y desierto lugar (entre otras cosas, porque estamos en medio de un desierto, cuyos sin duda alguna estúpidos primeros habitantes le pusieron el nombre de "Nevada", a saber por qué)de Hawthorne.
Puede que os parezca raro lo de aventurarse en un desierto y tal, pero las zonas pobladas son bastante más peligrosas. Sobre todo desde lo de los zombis.

Son las 22:47. Han pasado ya unas horas desde que llegamos al motel, y unas dos desde que Zoey se ha dormido. La volví a despertar en cuanto llegamos. Aparcamos el coche, le pusimos gasolina, nos cargamos a un zombi vestido de tirolés y nos apalancamos en una habitación, sellando puertas y ventanas.

- ¿Qué es eso?- me dijo, mientras rebuscaba en mi bolsa de emergencia-.
- Comida y agua para unos dos días. Tendremos que coger más de la máquina de la entrada.
- No, me refiero a eso otro-dijo, señalando de nuevo la bolsa. Richard descubrió a qué se refería.
- Oh, ya, bueno... Cuando estábamos en Los Ángeles me fijé en que no lo perdías de vista y... lo cogí.
- Oh, dios mío, Richard. No sabes cuánto te lo agradezco. Lo encontré en el salón de mi casa, en la repisa de la chimenea, ya sabes, el día en que... Bueno,el día en que huí. Era un regalo para mi décimo-octavo cumpleaños.

No hay duda de que me he alegrado mucho por ella, hacerla feliz me hace feliz a mí. Pero, aún así, no puedo evitar pensar en la otra noche en la azotea, cuando estuvimos a punto de besarnos. La quiero, y creo que podré soportarlo si ella no quiere ir más allá de la amistad. Nunca le gusté a ninguna chica más que para fines interesados, al menos hasta que llegó Zoey. Ella me dijo que sería cuestión de tiempo, aunque no pienso presionarla.

En cualquier caso, el tiempo lo aclarará todo.

Estaré unas cinco o seis horas más despierto hasta terminar mi turno de vigilancia, y luego despertaré a Zoey para que ella me releve. Probablemente intente estrangularme por no despertarle a la hora que me ha dicho, pero es que necesita descansar mucho más que yo. Yo llevo semanas durmiendo unas once horas al día. Ella lleva unos tres meses sin dormir.

Me he fijado en que había un periódico junto al mapa en recepción. Probablemente, el último periódico impreso, cuyo portada rezaba:

"La muerte camina"

"La infección vírica originaria de Los Ángeles llega a Nevada. La situación es crítica. Según los datos obtenidos, el virus se ha propagado ya a multitud de países en Europa y Asia y los investigadores siguen sin encontrar remedio alguno. Se recomienda a la población que se refugien en sus casas y permanezcan allí bajo extrema precaución".

"Jueves, a 14 de abril de 2011"

¿Podrían ser más plagiadores? Ese titular ya está cogido por el periódico de Raccoon City en la película de "Resident Evil 2: Apocalipsis". Además, en medio de un apocalipsis zombi con la muerte acechándote a cada esquina, ¿no creeis que la gente tendría cosas más importantes que hacer que pararse a leer el periódico? Menuda estupidez. Aquel periódico era un asco. Excepto el sudoku samurai, claro,que ha sido bastante entretenido.

Por cierto, le he dado permiso a Zoey para escribir en mi diario, pero con la condición de que ninguno de los dos lea lo que ha puesto el otro.

De todas formas, he pensado que debería cambiar el título de mi diario. Al principio era "Diario de un superviviente",pero como las circunstancias han cambiado he decidido sustituirlo por "Diario de dos supervivientes". Original, ¿verdad?

_____________________________________________________________________________________

("A continuación, os adjunto una foto que yo mismo hice en mi visita de hace tres veranos a Raccoon City, también conocida como Toronto")

domingo, 17 de abril de 2011

Estopa: Hemicraneal

Estopa surgió en 1999 y está formado por los dos hermanos de procedencia catalana David y José Manuel Muñoz Calvo. Tienen un total de siete discos (el último de ellos un recopilatorio para celebrar su décimo aniversario, en 2009). La canción que he escogido para este domingo pertenece al disco que salió en 2008 (titulado "Allenrok"). Su nombre: "Hemicraneal".

También diré que, volviendo a casa de un viaje y esperando en la sala VIP de una estación de trenes en Madrid, mis padres, mi hermana (a quien le gusta mucho la música) y yo nos los encontramos hace poco más de un par de años. Los saludamos y le firmaron un autógrafo a mi hermana. Desde luego, una grata sorpresa. Os dejo con la canción:

http://www.youtube.com/watch?v=jBaLc-0mI3E

jueves, 14 de abril de 2011

Desde el lago (XVIII)

- Remy-le dije, mientras andábamos-. Me ha alegrado mucho volver a verte, y quiero que sepas que lo de la otra noche...
- Lo sé, Sam-dijo ella-. Sé por qué lo hiciste. Y no importa.
- Pero lo del vestido y...
- No importa, en serio. Pero hay otra cosa que tal vez...-dijo, parándose y girándose hacia mí-. Voy a hacerte una pregunta, y quiero que la contestes con sinceridad ¿Tú me quieres?
- Ehm, yo... Bueno, eres mi mejor amiga y...
- Sabes a lo que me refiero, Sam.
- Sí. Te quiero.

La respuesta no pareció sorprenderle. Así que me sinceré del todo.

- Remy, estando aquí, al lado del lago donde me salvaste la vida... Me acuerdo de todo. Sólo hacía unos días que te conocía, pero ya lo tenía claro. Y al tenerte a mi lado desde entonces... yo, me di cuenta de que...
- Tranquilo, no te pongas nervioso. Dime lo que tengas que decir. Sin presiones.
- De que, en realidad, no sólo me salvaste la vida en el lago, Remy. Desde entonces me has salvado la vida a diario, y por eso no quería decírtelo y arriesgarme a perderte.
- Pero estoy aquí.
- ¿Cómo?
- Sigo aquí,después de todo,¿no? lo cual quiere decir que no me has perdido. Y además...-dijo, acercándose más a mí- yo también te quiero.

miércoles, 13 de abril de 2011

Tom y Nicole; la gran aventura (VI)

- ¿Y qué piensas hacer?-preguntó Tom-.

Él y Nicole estaban en la biblioteca del internado,sentados a una mesa con vistas al exterior. Fuera, el sol brillaba en lo alto y la gente paseaba por los campos y bosques que rodeaban al internado.

- No lo sé. Nunca había visto algo como esto-dijo, desconcertada. Soltó una pequeña carcajada, como riendo pero sin hacerlo-. Es curioso, primero descubro que mi padre me ha enviado una carta, y momentos después la piedra que me enviaba con ella empieza a emitir una especie de pitido incesante e insufrible. Tiene que tener alguna relación, ¿pero cuál?-se preguntó-.
- Tal vez tu padre quería que la protegieras, por alguna razón que desconozco.
- Ya, pero aun así... ¿por qué ahora? Quiero decir, después de tanto tiempo... ¿Dónde habrán permanecido la carta, y la piedra los últimos catorce años?

Tom no tenía respuesta. Era una situación complicada. Nicole acababa de descubrir que sus padres, a quienes creía muertos en un accidente de tráfico, habían sido ambos espías en realidad.

- Tal vez...-empezó a decir Nicole-. Tal vez si averiguamos quién la ha estado guardando todo este tiempo... Puede que entonces nos diga algo más acerca de mis padres, y de lo que esta piedra significa.
- Estoy contigo, Nicole. ¿Pero por dónde piensas empezar?
- ¿Qué te parece por aquí?

Nicole señaló en la carta. Unas minúsculas marcas asomaban por entre algunas palabras, señalando éstas incluso letras. Era increíble que Nicole las hubiera visto, pues a Tom le costó varios minutos ver lo que su amiga le mostraba, y aún así no lo veía del todo claro.

- Un mensaje cifrado-acertó a decir Tom-.
- Exacto. Aunque necesitaré un tiempo para escribirlo entero. Tengo que encontrar la relación entre las letras, y averiguar qué significan. "de, a, efe...".
- Hija de espías-dijo Tom.

Nicole sonrió, sin duda contenta de haber recibido aquella carta, aunque impaciente por encontrar la siguiente pista, algo que le dijera más acerca de sus padres y de lo que todo aquello significaba.

En el fondo, y a pesar de lo que había leído en la carta, el hecho de que Nicole hubiese recibido una carta de su padre, a quien creía muerto, la alegró. Esperanzada, esperaba que al final de aquel extraño camino hacia lo desconocido pudiera reencontrarse con él.

Pero la frase, aquella frase en la carta...: " Me encantaría haber podido verte crecer, ver la maravillosa mujer en la que te estás convirtiendo, pero me temo que no va a ser posible". Aquella frase la desanimaba.

En cualquier caso, Nicole tenía claro que no se daría por vencida hasta haber llegado al final de aquello.

Estuvieron horas allí. Ni siquiera comieron. Sobre las seis o así tomaron algo en la cafetería y subieron a la habitación de Nicole, para poder seguir hablando sin temor de que el nuevo compañero de Tom los oyera.

martes, 12 de abril de 2011

Desde el lago (XVII)

La semana siguiente pasó rápido. Las clases habían terminado,y los alumnos de último año del instituto del pueblo empezamos a recibir nuestras notas, la mayoría bastante buenas. Mientras, parecía que el pueblo entero se movilizaba para la llegada de la graduación. Nuestra graduación.

"Enhorabuena a los graduados de la clase de 2011. Vuestro futuro os espera"-leí en el cartel que estaba decorando algunos compañeros del instituto,a la entrada del mismo.

Pero mi futuro quedaba algo más lejos. Nuestro tutor me había encargado hacía un par de días que me encargase del discurso de graduación. Al parecer, el 100% de la clase pensaba que yo era el más adecuado para ello. Y en qué momento. Como si lo de Remy no hubiera sido suficiente, además tendría que leer en apenas un día y delante de cientos de personas un discurso que todavía no había ni empezado a pensar. Mi mente estaba ocupada en otras cosas, como la ausencia de Remy.

No la había visto en toda la semana. Me pregunté si habría pasado algo, o si todavía seguía enfadada conmigo. En cualquier caso, pasé casi toda la semana encerrado en mi casa, esperando que ella llamara o contactara conmigo de alguna forma, pero nada de aquello sucedió. Hasta que llegó el día del baile de fin de curso, también conocido como el baile de graduación, ya que era el día (o mejor dicho, la noche) previo a la misma.

Viernes, 24 de junio. El día del baile.


Aquel día me levanté cansado, y bastante desanimado. No tenía ningunas ganas de salir de casa, y mucho menos después de abrir mi armario y ver el traje que Remy me había prestado y que, al parecer, nunca me pondría. Pero, aun así, decidí pasearme un poco por el instituto y alrededores para ver si veía a alguien conocido. Eran las siete de la tarde, y el baile estaba a punto de abrir sus puertas a los nerviosos alumnos que aguardaban en la entrada, algunos ya junto a su pareja.

- ¿Sam?-preguntó una voz femenina. Pero no era Remy. Era Rachel.
- Hola, Rachel.

Llevaba un vestido de lo más extraño, que curiosamente no le quedaba mal. La verdad es que, de hecho, estaba muy guapa. Iba junto a Riley, quien la acompañaba vestido con un esmoquin en plan James Bond, con pajarita y todo.

- Hola, Sam-me dijo él, también-.
- Hola, chicos ¿Habéis visto a Remy últimamente?-pregunté-. Es que no sé nada de ella desde hace días.
- Oh, ya- dijo Rachel-. Respecto a eso... Creo que deberías seguirnos.

Si supierais lo mal que lo pasé en los momentos siguientes... Rachel y Riley no querían decirme nada, y durante unos insufribles minutos de preocupación me llevaron hacia el parque de enfrente del instituto, cerca del lago donde años atrás Remy me había rescatado.

- Aquí-dijo Rachel-. Sam, espera aquí. Nosotros nos iremos al baile.
- No te preocupes-dijo Riley, al tiempo que una cuarta figura salía de detrás de un árbol-. No te dejamos solo.

Era Remy. E iba vestida con un vestido todavía más bonito que el que ella me había enseñado días atrás, también de color azul. Riley y Rachel se fueron.

Conforme Remy se acercaba, tuve la impresión de que estaba soñando,e incluso llegué a pellizcarme para comprobar que no era cierto. Porque, hasta la fecha, todavía no había visto ningún ángel en la realidad.

- Hola, Sam-me dijo con su dulce y encantadora voz.
- Hola, Remy. He visto a Riley con Rachel. ¿Tú y el no estáis...?
- No.
- Entonces..., ¿Cómo es que vas... ya sabes, vestida de gala?
- Las parejas tenemos que ir vestidas así, ¿sabes?
- ¿Tenemos? ¿Y con quién vas a ir tú entonces?
- Contigo.

No podía creer lo que estaba oyendo. Remy me cogió la mano izquierda con su derecha, y ambos comenzamos a caminar por un hermoso sendero.

domingo, 10 de abril de 2011

Desde el lago (XVI)

Era un 13 de noviembre de 2005 cuando Remy y yo nos tomamos aquella foto. Hacía sólo unos días que me había salvado de mi inmersión en el lago, y todavía estábamos empezando a conocernos. Bueno, más bien ella a mí. Yo ya la conocía.

Con cuidado, Remy sacó aquella foto de la primera página del álbum. Se nos veía muy felices a los dos, desde luego. No todos los días aprendes a esquiar por primera vez.

Sonriendo, recordó la siguiente foto antes de verla. Durante la primera clase, ella había resbalado y, aunque yo intenté sujetarla, lo único que conseguí es que ambos cayéramos rodando montaña abajo. Sin duda montamos un buen espectáculo. No hubo heridos (excepto Remy y yo, que tuvimos que acabar vendándonos un brazo cada uno, ella el izquierdo y yo el derecho).

Y sonrió todavía más recordando aquella otra noche, en su casa viendo nosotros dos un maratón de Buffy Cazavampiros. Nos tiramos casi veinte horas delante de la televisión, hinchándonos a palomitas, Coca-Cola y papas, y nos lo pasamos genial haciendo las típicas bromas sobre los "caballeros" de Buffy, Anya, la estrella de la muerte dibujada en la furgoneta de aquel trío de frikis malévolos... Sin duda, una de las mejores noches (y mañanas, a decir verdad) en nuestra vida.

Ya en la última página, se fijó en una tarjeta, de esas que se suelen regalar en los cumpleaños, dedicada por mi parte y exclusivamente para ella, que le había regalado unos meses atrás.

"Felices 17-ponía- disfrútalos, y recuerda que siempre me tendrás a tu lado cuando necesites a alguien. No cambies nunca. Te quiere, tu mejor amigo y fan número uno de los dónuts del Tim Hortons, Sam".

Riley tenía razón. No se había dado cuenta hasta entonces, pero empezaba a verlo claro. Sam siempre había estado enamorado de ella, pero no se lo había dicho por miedo a perderla. Un miedo comprensible.

Pero Remy ya no estaba tan insegura. En realidad, Sam siempre había estado allí, dispuesta a ayudarla y a quererla pasara lo que pasara, y lo seguiría estando en el futuro fuera cual fuese la decisión de Remy.

Pensó en todos los momentos que había compartido con él, en todos los sentimientos que la invadían a cada instante a su lado, y fue entonces cuando lo comprendió.

Ella también estaba enamorada de mí. Acababa de descubrirlo, a pesar de que tenía la sensación de que aquel sentimiento, en el fondo, llevaba años allí.

Esperando que no fuera tarde para decírmelo, se acostó, inquieta, pensando en lo que haría cuando me viera.

Kelly Clarkson: My life would suck without you


Para hoy he decidido escoger una canción de la cantante, compositora y actriz estadounidense Kelly Clarkson. Se trata de "My life would suck without you", perteneciente a su cuarto disco,titulado "All I ever wanted". Kelly comenzó su carrera musical en 2002, año en que ganó el programa televisivo "American Idol" y sacó su primera canción ("A moment like this"). Meses después, en abril de 2003, sacó su primer disco ("Thankful"), empezando una trayectoria musical que en la actualidad protagoniza su quinto disco, el cual saldrá a la venta a lo largo de este año.

Así pues, os dejo con un vídeo de la canción cantada en directo en uno de sus conciertos,"My life would suck without you". ¡Espero que lo disfrutéis!

viernes, 8 de abril de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XIV)

- ¿Sabes? La verdad es que, ahora que he escapado de la muerte por vigésima vez en sólo unas horas, he llegado a una conclusión-dijo Zoey.
- Ah, ¿sí? ¿Y cuál es?
- El mundo ya era una mierda antes de la infección, los zombis y todo eso. En realidad,habríamos acabado igual de todas formas, simplemente se ha acelerado el proceso. De hecho, puede que incluso haya servido de algo.

Richard miró a Zoey como si acabara de confesarle que en realidad era un tío.

- No, en serio-decía mientras conducía por una carretera desierta en dirección al norte-. Piénsalo: cambio climático, superpoblación, crisis... Todos esos problemas ya no existen.
- Ya, pero hay otros peores. El hecho de que vengamos de un hotel de cinco estrellas no te da derecho a decir eso.
- Ya, bueno. Es que he supuesto que a la humanidad tampoco le venía tan mal un nuevo comienzo, y podamos así empezar a hacer las cosas bien desde el principio.
- Visto desde ese lado...

Hubo unos minutos de silencio. La adrenalina del momento los había dejado sin ningún tema de conversación.

- ¿Qué tal si ponemos música?-dijo Zoey, de pronto.
- Ehm..., vale, espera que mire en el cajón... Vaya, me gusta-dijo, mientras sacaba unos cuantos discos del cajón delante del asiento del copiloto-. Sin duda hemos escogido el coche adecuado. Me encantan todos estos discos,Paramore,Green Day, Lady Gaga, Glee...
- ¿Has dicho Glee?
- Sí, eso he dicho. ¿Te apetece?
- ¿Bromeas? ¡Claro que me apetece!
- Vale, pues la pondré.

"Just a small town girl...".

- ¿No te gusta?-preguntó Zoey a Richard, al ver que éste no cantaba. Puso el disco en pausa.
- Sí, claro que me gusta. Está en mi lista de mis series favoritas.
- ¿Entonces, por qué no cantas?
- Es que... Verás, hace muy buen tiempo, y no quiero estropearlo. No canto lo que se dice muy bien.
- Vamos, canta conmigo. Será divertido, ya verás. Tú de Rachel y yo de Finn.
- De nuevo muy graciosa, Zoey, pero...-Richard no pudo resistir demasiado ante aquella expresión que tanto le recordaba a un perro abandonado- prefiero cantar la parte del chico.
- Muy bien, pues empieza.

Y lo hizo,aunque no sabía muy bien por qué. Pero estaba realmente feliz por haber conseguido escapar con Zoey, y estar allí con ella,a su lado.

"Don't stop believing. Hold on to that feeling. Streetlight people..."

- ¡¡Don't stop!!-acabaron los dos la canción-.

Mientras el resto del disco sonaba, decidieron pensar en cuánto les costaría recorrer unos tres mil kilómetros en coche, cuántas veces tendrían que parar a cambiar la gasolina o el coche, o simplemente para descansar...

- Y necesitaremos armas-dijo Zoey-. Gastamos una gran parte de la munición en nuestra última huida.
- ¿Y dónde las conseguiremos? Quiero decir, no creo que vayamos a encontrarlas en cualquier gasolinera...
- Richard-dijo Zoey, girándose hacia él-. Estamos en Estados Unidos, no en Suecia y todavía no en Canadá. Aquí hasta los conejitos van armados. Algo encontraremos.
- De todas formas, Zoey-dijo Richard- recuerda que, por mucho que te mole disparar, lo mejor será que vayamos por carreteras secundarias.
- Me parece buena idea.

Al cabo de un par de horas, Richard empezó a ver cansada a Zoey y le cambió el sitio. La chica se durmió casi al instante, lo cual hizo pensar a Richard que tarde o temprano acabarían teniendo que parar a descansar. No se iban a estar turnando desde allí hasta Vancouver...

Así que condujo durante unas tres o cuatro horas, tras la cuales la visión de una especie de motel a pocos kilómetros de allí lo inclinó hacia la opción de parar. No llegarían mucho más lejos sin poner más gasolina al coche, y quedarse sin ella en un lugar tan remoto no era la mejor opción.

Y además, tenía que ir al baño urgentemente, pues con las prisas y tal no había tenido tiempo de hacerlo durante la escapada de su anterior hogar. Y hay cosas que no pueden esperar.

miércoles, 6 de abril de 2011

Desde el lago (XV)

Pero no era Remy, sino su hermana pequeña,Willow. Según me había contado ella en una ocasión, sus padres le pusieron ese nombre porque eran grandes fans de Buffy Cazavampiros.

Tenía entonces ocho años. Cuando abrió y me reconoció, se me echó en brazos diciendo "¡¡¡Sam!!!". La abracé y le dije:

- ¡Hola, Willow! ¿Qué tal? Me alegro mucho de verte.
- Tenías que haber estado el otro día en clase-me decía, realmente contenta- ¡Me pusieron un sobresaliente en el examen con el que me ayudaste!
- ¡Vaya, qué guay! Haces que me sienta muy orgulloso.

Ella sonrió, y volvió a abrazarme. Haz cualquier cosa por un niño pequeño, y te querrá tanto que fundará un club de fans de ti. Aunque la verdad es que, para Willow, yo era más bien como una especie de hermanito mayor.

- Por cierto, Will, ¿está tu hermana?
- Me ha dicho-dijo,hablándome al oído en voz baja- que si alguien preguntaba por ella dijera que no estaba, pero en realidad está encerrada en su cuarto.
- Oh, vale. Bueno, pues... ¿podrías... podrías decirle algo de mi parte?
- ¡Claro!
- Muy bien, dile por favor que me equivoqué, que no debería haberle mentido, que hacerle daño era lo último que quería. Y dile... dile que siento mucho lo del vestido. Que si puedo hacer algo, cualquier cosa para compensarlo, que me lo diga. Pero sobre todo, Will, no te olvides de decirle...-dije, haciendo una pequeña pausa-... que la quiero. Que la quiero muchísimo.
- Vale, Sam, ahora se lo digo.
- Muchas gracias, Willow,¡y a ver si hacemos otra de esas carreras a caballito un día de estos!
- ¡Sí!-dijo, gritando de alegría-.
- Hasta luego, Willow.
- Adiós, Sam. ¡Vuelve pronto!

Y me fui. Estaba claro que no podía confesarle a Willow mi amor por Remy. Aquello habría sido demasiado raro. Así que empecé a andar de vuelta hacia mi casa.

Lo que yo no sabía, y que me contó Remy tiempo más tarde, era que había escuchado mi declaración de principio a fin, escondida tras la escalera del recibidor, que llevaba hacia el segundo piso de su casa. Tampoco sabía que, momentos despues de mi marcha, llegó Riley.

- Hola, Remy-.
- ¡Hola, Riley! ¿Qué tal? Siento mucho lo de la cena, es que estaba muy enfadada y...
- No, es igual. No te preocupes. No he venido por eso. Es que... necesitaba contarte algo, algo importante. No puedo seguir engañándote.

No me digáis que esta última frase no os suena de algo, ¿eh?

- No lo entiendo-dijo ella-. Entonces, lo de que yo te gustaba, el hecho de que aceptaras ir conmigo al baile, los paseos...¿todo eso era para poner celosa a Rachel?

Riley afirmó la pregunta, avergonzado. Remy se sentía rara. No es que estuviera enfadada, sino más bien triste y sorprendida. Era un sentimiento extraño.


- Bueno-dijo Riley, tras unos instantes de silencio-. Siempre podrías ir con Sam. Lo suyo sí que es amor del de verdad, no hay más que verle.
- ¿Qué?-preguntó Remy, confusa-. ¿Qué quieres decir con eso?
- Sam te quiere, Remy. Y no precisamente como amiga. Está tan enamorado de ti como lo estaba Romeo de Julieta. Según se dice por el instituto, lo está desde el día en que os conocisteis.

Riley y Remy se despidieron el uno del otro. Ella, por su parte, vivía el dilema de su vida. Y era comprensible, teniendo en cuenta que acababa de enterarse de que su mejor amigo, el chico en el que más confiaba en el mundo, había estado enamorado de ella desde siempre. Y ella nunca se había dado cuenta, después de tanto tiempo... Como mínimo, impactante.

Pensativa, se dirigió a su cuarto. Se sentó en la silla del escritorio y cogió de él una foto en la que salíamos ella y yo, abrazados, en una excursión a la playa haría un par de años.

Remy no sabía qué hacer. Nunca había pensado en su mejor amigo como algo más que eso. Confiaba muchísimo en él, y lo quería mucho, pero... Pero no estaba segura de querer eso. Sentía algo muy fuerte por Sam, de eso no cabía duda, pero no tenía la certeza de que fuera esa clase de amor.

De pronto, reparó en su estantería, en un viejo álbum en el último estante. Era alta, así que no tuvo problemas para alcanzarlo. Lo abrió, y fue entonces cuando empezó a revivir todos y cada uno de los momentos que en su día había inmortalizado junto a mí.Su mejor amigo.

martes, 5 de abril de 2011

El fenómeno del amor. Capítulo VII : La salida (2ª Parte)

Megan iba tras su amiga, pero aun así ésta llegó a la casa de Will mucho antes. Tocó la puerta, y quien ella esperaba abrió.

- ¿¡Cómo has podido hacerlo!?-dijo, gritando-.

Will estaba confuso.

- ¿Qué? ¿El qué?-preguntó.
- Sabes perfectamente de lo que hablo, Will. La foto, ¿cuánto te pagaron por ella?
- Te prometo que yo no he hecho nada, Alice, en serio...
- Ah, ¿no? Entonces, ¿podrías explicarme por qué la foto está hecha en tu cuarto?
- ¿Qué? Yo no sé nada de eso. Yo jamás habría hecho algo así, al igual que cualquiera que viva bajo este techo. Todos somos buenas personas.
- Puedes negarlo cuanto quieras, Will, pero nadie más que tú ha podido hacer esto. Sólo tú sabías que vendría aquella noche, y nadie más tuvo la oportunidad. Sabía...-dijo, casi llorando- sabía que algo tan maravilloso no podía ser verdad. Adiós.
- Alice, espera, espera, yo...

Pero Alice se marchó a tal velocidad, que Will no tuvo tiempo de alcanzarla. No comprendía lo sucedido. Alguien tenía que haberse colado en su cuarto y ocultado la cámara, y llevársela una vez hecha la foto. ¿Pero quién?

lunes, 4 de abril de 2011

GUILFORD (X)

- Eres el elegido.
- ¿Qué?-preguntó Alan, atónito.
- Bueno, en realidad, uno de los elegidos. Hay muchos con poderes, pero muy pocos como tú. A decir verdad,seis: uno por continente.
- Espera un momento, no lo entiendo, ¿estás diciéndome que tengo... poderes, o algo así?
- Eso es. Puede que aún no los hayas desarrollado del todo, pero créeme, pronto lo harás.
- ¿Y por qué debería creerte? Quiero decir, acabo de conocerte y me estás diciendo cosas sin sentido. ¿Cómo voy a tener poderes? Eso es imposible.
- Ya, bueno. Es cierto que la gente normal tiene visiones en vez de sueños de vez en cuando.

Tampoco es que fuera escéptico del todo, así que Alan consideró como bueno aquel argumento y le preguntó más a aquel hombre sobre aquellos extraños poderes.

- Tan sólo hay unos pocos con poderes como los tuyos en el mundo, pero hay mucha gente con poderes menos destacados.
- ¿Y cómo es eso posible? Digo yo que alguien debería de haberse dado cuenta si alguien se hace invisible, lanza fuego o trepa el Empire State a lo Spiderman, ¿no?
- La gente con poderes suele preferir el anonimato, Alan. No le gusta el público. Prefieren ocultarse u ocultar sus poderes al menos, pero pocos lo aceptan como algo bueno.
- Ah, vale-dijo Alan. En un arranque de curiosidad, preguntó:-¿y cuáles son, o serán mis poderes?
- No tengo ni la más remota idea, Alan. Cada caso es único. Pero lo sabremos pronto, en cuanto llevemos un tiempo con las sesiones de entrenamiento.
- ¿Qué? Espere, yo...
- Hoy ya has sufrido bastante, Alan. Pero mañana mismo comenzamos. Te espero a las cinco en la puerta de atrás del instituto. No te retrases.
- Espere, pero yo no he dicho que vaya a ir a ningún sitio con usted-Alan acababa de conocer a ese tío, y todavía no se fiaba del todo de él, a pesar de que lo hubiera librado del policía-.
- Lo he dado por hecho-dijo, mientras se levantaba y se iba-.

Alan se quedó sentado en el banco. A los pocos pasos, aquel hombre se giró y dijo, por fin, su nombre.

- Por cierto, me llamo Chris.Chris Berry.

Y se alejó andando. La verdad es que a Alan aquella conversación lo había dejado bastante pensativo, aunque le preocupaba bastante más el hecho de cómo volver a casa y, sobre todo, cómo explicarle a su madre lo sucedido.

Pero resultó que un coche patrulla se ofreció para llevarlo a casa. Le pidió al polícia que lo conducía que lo dejara al final de la calle, para que su madre no viera el coche y se preocupara.

Podría inventarse cualquier historia sobre el instituto, pero lo que más esperó es que nadie conocido lo hubiera visto cuando la explosión. Y, afortunadamente, así fue.

domingo, 3 de abril de 2011

FELIZ CUMPLEAÑOS

Voy a dedicar esta entrada a mi serie y a mi saga de películas favorita: Buffy Cazavampiros y High School Musical.


Porque el pasado 10 de marzo hizo catorce años desde el estreno en Estados Unidos de una serie que sin duda daría paso a muchas otras. Una de las más grandes de todos los tiempos, "Buffy Cazavampiros", cuyo útimo episodio fue emitido en Estados Unidos en mayo de 2003. Sin embargo, actualmente se siguen publicando cómics oficiales que continúan con la historia donde su creador, Joss Whedon (que también participa en la realización de estos cómics)lo dejó, al igual que en el caso de su spin-off, "Ángel".

Nuestra cazavampiros favorita (con perdón de Faith), Buffy Summers, nos ha hecho y todavía sigue haciéndonos disfrutar con cada uno de sus episodios, ya sea en televisión o en cómic, viviendo con ella y sus amigos sus aventuras, que ya se han hecho inmortales. Tan inmortales como el fuego:





Y ahora le toca a High School Musical, la mejor saga de películas que haya visto. Fue un 20 de enero de 2006 el día en que la primera de las tres películas, "High School Musical", fue estrenada. Hace ya cinco años de aquello y, a pesar de ello, cada día me gusta más. Canciones, risas, bailes y amor. Probablemente hayáis deducido ya, entre otras cosas por el nombre de blog, que me encanta High School Musical. Es lo que más me gusta, y el hecho de que hicieran la última película hace dos años y medio no quiere decir que haya acabado, porque nunca lo hará. Y si no, que se lo digan al reparto de High School Musical:

REM: Shiny happy people



Estaba pensando en qué canción poner hoy, y de pronto me acordé de que esta sería la séptima canción, y que a principios de esta pasada semana hizo siete meses desde que me volví de mi fantástico viaje a la ciudad de Vancouver (al sudoeste de Canadá), en la cual pasé un mes. Ya había ido un par de años antes a Toronto (en el sudeste de Canadá), y me gustó mucho, así que quise repetir. Esta vez, la experiencia fue aún mejor porque fui capaz de pedir las direcciones de correo en mis clases de allí, y gracias a ello mantengo el contacto con compañeros de lugares tan remotos como Japón, Brasil o China. Y con mis compañeros españoles, por supuesto.

Hay una cosa que siempre recordaré de mi viaje a Vancouver, lo que en la academia a la que yo iba llamaban los "Happy Friday". Vengas de donde vengas, el significado es bastante obvio. Así que uno de esos viernes nos pusieron en mi clase de listening una canción muy bonita, que ya había escuchado alguna otra vez pero cuyo título nunca había averiguado, hasta entonces.

Se trata de "Shiny happy people", una canción de la banda de rock estadounidense REM procedente de Georgia, y perteneciente a su álbum "Out of time", publicado en 1991. Por aquel entonces, el grupo estaba formado por Michael Stipe, Peter Buck,Mike Mills y Bill Berry. Kate Pierson (cantante del grupo B-52) intervino también, cantando en esta canción. Así como una foto del grupo, os pondré también un par de Vancouver(aunque, por problemas técnicos, tendré que ponerlas de Internet).

En cualquier caso, os dejo con "Shiny happy people". Como diría Robin Scherbatsky (Cómo Conocí a Vuestra Madre), "¡Bienvenidos al gran norte blanco!".


viernes, 1 de abril de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XIII)

Zoey y Richard fueron hacia el coche. Ella iba a meterse en el asiento del conductor, aunque Richard no lo veía tan claro.

- Un momento, ¿por qué tú?

Zoey lo miró, extrañada.

- ¿Qué?-repitió, sin entender lo que Richard había dicho-.
- Digo que por qué no puedo conducir yo. Tú has hecho todo lo que mola: disparos, explosiones, cubrirme... Además, me saqué el carnet el invierno pasado.
- Hacemos una cosa: ¿qué te parece esto? Yo conduzco el coche, le doy a aquel interruptor para que se abra la puerta del aparcamiento y salimos a toda velocidad de aquí.
- ¿Y qué hago yo?
- Ten. Coge mi escopeta. Cuesta más utilizarla, pero lo tiros suelen ser más certeros.
- ¿Suelen?
- ¿No querías hacer algo que molara? Pues ahí lo tienes. Encárgate de disparar a todo aquel que se acerque, o mejor dicho que apunte, a nuestro coche. ¿Entendido?
- Del todo.
- A por ellos, pues.Y quién sabe, puede que incluso hasta tengas un par de helicópteros de los buenos para ti solito-decía, mientras salía por la rampa del aparcamiento a las desiertas aunque ya no tan oscuras calles (pues estaba amaneciendo) de la ciudad de Los Ángeles-.

Y, en cuanto giraron, allí estaban. Dos gigantescos helicópteros apuntándolos con unas metralletas no menos grandes.

- Esto me pasa por hablar-dijo Zoey, mientras apretaba el acelerador y pegaba un volantazo al mismo tiempo, derrapando y evitando un nuevo ejército de balas, cada una de ellas del tamaño de un puño-.
- Zoey, supongo que a estas alturas ya estará clara la respuesta, pero antes de hacer lo que voy a hacer necesito preguntártelo: ¿confías en mí?
- Miedo me das. Pero sí, confío en ti.
- Muy bien, entonces. Conduce hacia los helicópteros, en zig zag.
- Sí,hombre. Y ya de paso me cargo los helicópteros a puñetazos.
- Te lo he preguntado, y me has dicho que sí.
- Muy bien, muy bien... Pero que conste que no me parece muy buena idea.
- Tú acelera, y no dejes de hacerlo hasta que yo te lo diga. Ah,y agáchate. La cosa se va a poner chunga.

Zoey lo hizo todo. Ya a aquellas alturas, una locura así tampoco era tanto para ella. Estaban a punto de conseguirlo, y no iban a detenerse por un par de helicópteros gigantescos disparándoles con armas mortíferas.

Zoey se agachó y aceleró hacia donde Richard le había dicho. Éste se puso en posición. Mientras, los helicópteros acribillaban el coche, pero áun no alcanzaban a sus ocupantes.

Observando a sus enemigos por el retrovisor derecho, Richard encontró el momento exacto para disparar. Por fin, aquellos malditos adornos festivales que colgaban por las calles servirían de algo. Una sola bala salió de la escopeta de Zoey,la cual fue a dar justo en medio de los adornos. Éstos se desplomaron sobre las aspas de los helicópteros, que perdieron el control y se estrellaron contra las ventanas de un edificio. "Y esto es lo que pasa..."-pensaba Richard para sus adentros,sonriendo- "cuando te metes con Richard Richards".

En realidad, Richard no había tenido más que calcular mentalmente la velocidad inicial de la bala, la longitud horizontal y vertical a la que se hallaban los helicópteros, los adornos, y las distancias entre todos ellos en unos pocos segundos.

Para su enorme decepción, no hubo explosión alguna.

Zoey volvió al asiento y sonrió aliviada, tras lo cual dio media vuelta, hacia la carretera que los llevaría fuera de la ciudad.

- ¿Y qué hacemos ahora?-preguntó Zoey-.
- Es obvio, ¿no?-dije-. Pongamos rumbo a Vancouver.
- ¿En serio?-preguntó Zoey, sonriendo-. Quiero decir, si te apetece ir a otro sitio...
- No, nada de eso. Ahora que mi antiguo hogar se encuentra reducido a cenizas me parece una buena idea cambiar de aires.
- Ya verás cómo mola, una amiga mía estuvo allí hace un par de años y...¡¡¡ahhh!!!

Un zombi trepó por la ventana del conductor, y agarró a Zoey, quien perdió el control del coche. Éste empezó a dar vueltas y vueltas, mientras Zoey gritaba:

- ¡¡Cárgatelo!! ¡¡Vamos, cárgatelo!!
- No, no puedo... No puedo, si no paras de moverte...
- ¡¡Vamos!!

De un disparo, Richard le voló la cabeza a aquel zombi, librando a Zoey por los pelos de una muerte segura. El muerto viviente cayó a la carretera.

- Gracias...-respiró Zoey, de nuevo aliviada-.
- No hay de qué-dijo Richard-. ¿No era justo que tú mataras todos los zombis, verdad? Alguno tenía que matar yo, de lo contrario no habría estado bien.

Zoey miró a Richard y sonrió,a la vez que recuperaba totalmente el control del coche.

- Rumbo a Vancouver-dijeron ambos, casi al unísono, mientras dejaban atrás uno de esos carteles a la salida de la ciudad-.

"Está usted saliendo de Los Ángeles. Buen viaje, y vuelva pronto".

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)