jueves, 30 de junio de 2011

Tom y Nicole; la gran aventura (IX)

- ¡Nicole, espera!-jadeaba Tom-. Necesito... tomar aire.
- ¡No podemos pararnos, Tom!¡Si lo hacemos, ese hombre nos encontrará!
- Y si nos encuentra medio muertos, le habremos hecho la mitad del trabajo. Descansemos un poco, ocultos tras aquel matorral.
- Está bien, me has convencido. Hagamos un descanso.

Y ambos se sentaron, agotados.

- Pues vaya, Nicole. Tus padres debían estar metidos en algo muy gordo para que envíen a alguien así a por nosotros.
- No, Tom. No venían a por nosotros. Tan sólo vienen a por mí. Quiero averiguar la verdad, pero no quiero ponerte a ti también en peligro. Apenas te han visto, Tom. Podrías...
- ¿Estás de coña? El que vaya contigo no es opcional. No es tan fácil librarse de un Yelnats.

Nicole sonrió y, tras unos segundos, abrazó fuertemente a su amigo. Y éste le dijo:

- Sea lo que sea aquello en lo que nos hemos metido, lo superaremos juntos. Te lo prometo.

Permanecieron allí, abrazados, durante unos segundos. Hasta que algo los interrumpió.

- ¿Te vibra la chaqueta?-preguntó Tom a su amiga-.

Nicole se separó de Tom y buscó rápidamente en su bolsillo.

- Mi móvil... ¿Quién podría...? Oh, vaya. Esto sí que es raro.
- ¿Qué? ¿Qué es lo que pasa?
- Según mi móvil, me estás llamando ahora mismo.
- ¿Y cómo es eso posible si tengo el móvil...?-empezó a decir Tom-. Oh, mierda. Se me debió caer en nuestra huida de tu habitación.
- ¿Lo cojo? Sea quien sea, parece que no se rinde fácilmente.
- Cógelo, y ya si eso luego nos deshacemos de él por si nos siguen con la señal o algo.
- Esperemos no llegar a eso-dijo al tiempo que lo cogía-. ¿Sí?
- ¿Nicole? ¿Nicole,la amiga de Tom, eres tú, verdad?

Se trataba de una voz conocida.

- ¿Kevin?-preguntó Nicole-.
- Sí, soy yo. Si estás con Tom, escuchad. Me escondí en mi habitación, como me dijistéis. La policía ha llegado.
- ¿Y han detenido al hombre?
- Eso es lo raro, Nicole. Ese hombre ya no está.
- ¿Que no está? ¿Y si no nos ha seguido, y ha salido por otro lado, cómo es que nadie lo ha visto?
- No lo sé, pero la cosa está muy tensa por aquí. Al parecer, la culpa de todo este destrozo la tenéis vosotros. Yo en vuestro lugar me replantearía eso de volver.
- ¿Y qué hacemos entonces?-preguntó Tom-.

Nicole permaneció en silencio, pensativa, durante unos instantes. Tras lo cual dijo:

- Kevin, ¿podrías hacernos un favor?
- Eh..., sí, claro.
- Coge una mochila azul y negra que hay en mi armario y tráenosla.
- Vale, muy bien, ahora voy, ¿y dónde...?
- Nos vemos en el patio de atrás en cinco minutos.
- Muy bien,allí estaré.

Así que Nicole y Tom se desplazaron sigilosamente hasta el patio trasero.

Se veían luces encendidas por todo el internado. Con todo aquello lleno de policías y un destrozo como el que ambos habían dejado atrás, no podían quedarse allí demasiado tiempo. Y fue entonces cuando vieron a Kevin.

- Aquí tienes-dijo, entregando la mochila a Nicole-. ¿Y qué llevas en ella?

Nicole miró a Tom.

- Una chica siempre ha de estar preparada en situaciones de emergencia-dijo, a la vez que les ofrecía a ambos un vistazo rápido de lo que había en su interior. Comida, dinero, ropa...Había prácticamente de todo-. La preparé en cuanto supe que era hija de espías.
- Vaya-dijo Kevin-. Así que es esta tu mejor amiga.
- En efecto-respondió Tom-. No hay nadie como ella, ¿verdad?
- Eso espero-dijo Kevin, con cierto sarcasmo-.
- Muy bien, Kevin. Muchas gracias. Me alegro de haberte tenido como compañero de... ¿y esa otra mochila?

Kevin confesó rápidamente.

- Es que... pensaba ir con vosotros.
- ¿Qué,por qué?-dijo Tom. Si ni siquiera sabes adónde vamos, ni de qué va todo esto.
- Ni vosotros. Pero podría ayudaros a averiguarlo, si queréis.

Tom y Nicole se miraron. LLevaban tanto tiempo siendo amigos que casi habían conseguido aprender a comunicarse telepáticamente. Con una mirada, ambos llegaron a una misma conclusión.

- Está bien. Bienvenido al equipo-dijeron ambos-.

Y los tres juntos se embarcaron en la que sabían sería sin duda la mayor aventura de sus vidas, adentrándose de lleno en lo desconocido.

domingo, 26 de junio de 2011

Lady Gaga: Born this way



En este domingo, la opción escogida es la canción "Born this way", del álbum del mismo nombre de la cantante estadounidense Lady Gaga y que salió a la venta a finales del pasado mes. Su primer disco, "The Fame" y su álbum recopilatorio "The Fame Monster" salieron en 2008.

Yo mismo hice la foto de arriba en el concierto que ofreció en Madrid el pasado 12 de diciembre con motivo de su "Monster Ball Tour", al cual tuve la suerte de poder ir junto con mi hermana y dos de mis primos. A disfrutar y, como en su día dijo en el concierto,debería añadir "Pequeños Monstruos".Os dejo con el videoclip.

sábado, 25 de junio de 2011

El fenómeno del amor. Capítulo VIII : Destino Londres (1ª Parte)

- ¡Tío, esto es una pasada! Pero si hasta tenemos hasta un bar y todo...

Bradley había despertado casi ya en el avión, así que le tuvieron que hacer un resumen rápido de lo acontecido en las últimas horas.

- ¡Y mira! ¿Has visto esto? ¡Una play 3!
- Me alegro por ti, Bradley. Pero ahora mismo tenemos asuntos mas apremiantes.Por cierto, una vez lleguemos allí-dijo Will, dirigiéndose a Megan-, ¿qué haremos exactamente?

Pasaron unos instantes hasta que Megan habló.

- No creo que lo tengamos demasiado fácil para localizar a Alice, así que yo creo que lo mejor será que nos presentemos en el auditorio donde se dan los premios, en el centro de Londres. Nos dejarán pasar si vais conmigo. La buscaremos y le contaremos la verdad, y le advertiremos sobre Dan.
- Me parece un buen plan. ¿Y cuándo será?
- La ceremonia empieza esta noche sobre las nueve, horario europeo. Tranquilo, vamos bien de tiempo.
- Muy bien, entonces eso es lo que haremos. ¿Y qué os parece a vosotros...?-dijo Will, girándose para ver dónde estaban su hermano y su mejor amigo-.

Ambos estaban poniéndose las botas con los aperitivos del bar.

- Algo me dice que este va a ser un viaje algo más largo de lo previsto-dijo Megan-.
- Y que lo digas.

De pronto, el lugar entero empezó a tambalearse. Algo pasaba con el avión. Megan se dirigió a la cabina del piloto. A los pocos segundos, volvió corriendo y preguntó:

- Así, sólo por curiosidad... ¿alguno de vosotros tiene idea de cómo pilotar un avión?

martes, 21 de junio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XIX)

Zoey paró el coche. Sabía que era un riesgo, pero era necesario.

- ¿Por qué no me lo habías contado?
- Porque no te hacía falta saberlo, Zoey. Si no hubiera tenido esa maldita pesadilla...
- ¡Ey!-grito Zoey-. Siento mucho lo de Harry, Richard, en serio. Pero eso no te da derecho a ocultarme ese tipo de cosas. ¿O acaso no te conté yo lo que le sucedió a mi familia mientras yo no estaba,eh?
- Aquello era diferente.
- ¡No, Richard! ¡No lo era!-parecía enfadada de verdad-. Perdiste a alguien a quien querías, igual que yo, pero ignorarlo no te va a servir de nada.
- ¿Y qué quieres que haga, entonces?
- ¡Que seas sincero conmigo, eso es lo que quiero!
- Vale, lo siento.No sabía que era tan importante para ti. Lo seré a partir de ahora, te lo prometo.

Zoey miró al frente. A lo lejos, una gran ciudad se alzaba ante ellos. Salt Lake City.

- Richard,la confianza siempre ha formado parte de las relaciones. Pero un mundo donde ningún sitio es seguro y apenas te puedes fiar de nadie... La confianza es algo muy importante. Y si llega el día en que desaparezca... Nosotros lo haremos con ella, te lo puedo asegurar.
- Lo entiendo, Zoey, lo entiendo. Ah, y hay una cosa más...
- Está bien, ¿de qué se trata? ¿Fue antes o después de lo de Harry?
- Antes, verás, yo... Perdí una apuesta con Harry y me paseé en pelotas por todo el internado.

La cara de Zoey habría hecho que Freddy Krueger huyera aterrorizado. Richard captó el mensaje rápidamente.

- No queda casi gasolina-dijo Zoey-.
- Pongamos pues. Parece ser que hay una estación de servicio allí, detrás de aquella colina. O al menos eso es lo que dice este mapa-dijo Richard, sacándoselo del bolsillo y observándolo con más detenimiento.
- Muy bien, pues vayamos allá.
- Pero démonos prisa. Estar en las proximidades de una gran ciudad como Salt Lake City cuando haya anochecido es un riesgo innecesario.
- Lo sé, Richard, lo sé. Recuerda que me pasé meses huyendo por mi cuenta. También sé manejarme con los zombis, aunque no haya visto "Resident Evil".
- No me cabe duda, Zoey. No me cabe duda.

Y ambos se alejaron de allí en el coche, en dirección a la estación de servicio que Richard había localizado en el mapa.

- Tú vigila-le dijo Zoey a Richard-. Yo me encargaré de poner la gasolina.
- De acuerdo.

Ambos bajaron del coche, y Richard comenzó a caminar por los alrededores, para asegurarse de que no había ningún muerto viviente. Llevaban demasiado tiempo sin ver ninguno.

- Todo despejado, Zoey.

En aquel momento, los cristales de la tienda de la gasolinera se hicieron añicos por un balazo.


- ¡¡Zoey!!¡¡Escóndete!

No hizo falta que se lo repitiera, pues ésta se apostó detrás del coche en cuestión de segundos.

- ¡Seas quien seas, sería mejor buscar una forma de arreglar esto que no fuese a tiros!
- ¿Y eso por qué?-sonó una voz.

Lo extraño era que sonaba a una voz más bien de niño.

- ¡Porque estamos en una gasolinera, imbécil! ¡Por eso! ¡Y a no ser que tengas una perfecta puntería acabaremos todos volando por los aires!
- ¡No saldré hasta que no tiréis las armas!
- ¡Está bien, lo haré!
- Richard, ¿estás loco?

Richard ignoró a Zoey.

- ¡Ya está! ¿Lo ves? Ahora dinos quién eres, por favor.
- Me llamo Justin, Justin Cardman.
- ¿Y de dónde vienes, Justin?
- De Chicago. Me vine con mi familia desde allí, escapando de la infección, pero a mitad camino unos asaltantes muy parecidos a vosotros los mataron y se llevaron todo lo que teníamos. Sólo yo sobreviví.
- Pues como nosotros-dijo Richard-. Yo perdí a mi mejor y único amigo ante la infección, y la chica que hay detrás de aquel coche-dijo señalándolo perdió a sus padres y a su hermano.
- Vaya, lo siento.
- Escucha, Justin. No tienes por qué fiarte de nosotros, lo sé. La desconfianza puede resultar útil en ocasiones, y tienes el perfecto derecho a que nos vayamos de aquí y te dejemos en paz.

Richard se dio la vuelta.

- ¿Y la otra opción? -dijo el niño. Richard se giró-. ¿Cuál es la otra opción?

Richard vio que el niño salía de donde estaba escondido. Apenas tendría unos doce años. Era pelirrojo y de ojos marrones, y en su mirada se veía una mezcla de inseguridad y miedo.

- Venir con nosotros. Nos dirigimos a una especie de isla, libre de infección.
- ¿Y dónde está esa isla?
- Podrías...-dijo Zoey, saliendo de detrás del coche con las manos en alto-. Podrías ayudarnos a encontrarla si te apuntas.
- ¿Y cómo sé que decís la verdad?
- ¿Qué otra cosa crees que podríamos estar haciendo dos personas como nosotros en medio de ninguna parte, Justin?-preguntó Richard-.
- También es verdad. No tenéis pinta de malas personas. Está bien, iré con vosotros, pero con una condición.
- ¿En serio? ¿Y qué condición es esa?-pregunto Zoey, interesada-.
- Yo voy en el asiento del copiloto.
- ¿Qué?-dijo Richard-. Eso no, no podemos...

Otra vez aquella cara de cachorrito abandonado de Zoey.

- Está bien, pero no seas pesado y pórtate bien.
- Por favor, tengo doce años. No cuatro. Sé comportarme.
- Muy bien-dijo Zoey-. Entonces, Richard sube detrás. Justin, al asiento del copiloto. Yo conduciré.
- A la orden, My lady.

Una pequeña risilla se le escapó a Justin.

- ¿Y adónde vamos, entonces?-preguntó-.
- En cuanto llenemos el depósito de gasolina y cojamos algo de provisiones, pondremos rumbo a Vancouver-dijo Zoey-.
- ¿Vancouver? Pero eso está en Canadá, ¿no?
- Chico culto-dijo Richard-.
- Sí, lo está, Justin. Seguiremos unas señales de radio que oímos hace un par de días, en dirección a allí.
- ¿Y puedo preguntarte algo más?
- ¿Qué?
- ¿Cuánto falta?

domingo, 19 de junio de 2011

Katy Perry: Firework


Hoy le toca a la cantante, guitarrista y compositora Katy Perry. Ha sacado varios discos en sus diez años, entre ellos "Teenage Dream", al cual pertenece la canción de este domingo: "Firework". Personalmente, hace poco esta canción se convirtió en una de mis favoritas, así que espero que la disfrutéis. Os dejo con el videoclip:

martes, 14 de junio de 2011

AMIGOS EN MADRID (V)

- Y entonces...¿eres canadiense?-dijo Miguel-.
- Sí-dijo Amy-. Nacida y criada en Clarington, un pueblo al sudeste, no muy lejos de Toronto.
- Vaya, qué guay. La verdad es que siempre he querido ir a Canadá, pero entre los exámenes finales del instituto, las pruebas de acceso a la universidad y mi primer año en ella...¿Por cierto, y cómo es que hablas tan bien el castellano? Quiero decir, parece incluso que seas de aquí.
- Ah, bueno... Es que el mejor amigo de mi padre era español, y nos estuvo enseñando a hablar desde que éramos pequeños, a mi hermana Sophie y a mí.

Sí, de nuevo en el Retiro. Pero era el único lugar en el que Miguel se sentía lo suficientemente cómodo como para hacer lo que estaba haciendo.

- Y... ¿me dijiste en el metro que estudiabas...?
- Primero de interpretación. Podría haberlo hecho allí, en Toronto. La escuela es muy buena, pero... Bueno, no sé, es como si algo me hubiera inclinado a pensar "¿Y por qué no en Madrid?".

Miguel sonrió, y Amy también lo hizo. Unos segundos de silencio les permitió escuchar el casi imperceptible susurro de las hojas de los árboles moviéndose con el viento. Se anunciaba tormenta. Lo cual era lógico, teniendo en cuenta que según la previsión meteorológica aquel día haría un sol del copón.

- Y tú también estudias, ¿no? Me dijiste algo sobre...
- Informática, sí.Primero de informática. Siempre me ha gustado y se me da bastante bien.
- Pues en ese caso tal vez te reclute alguna vez en mi eterna batalla con la informática.
- ¿No te gusta?
- No es que no me guste, más bien es que somos... enemigos irreconciliables.
- Pues la próxima vez que tengas un problema, podría ayudarte, bueno... Tu sólo avísame y te ayudaré.
- Lo haré.

Amy notó que Miguel lo estaba pasando mal, así que procuró sacar algún otro tema.

- ¿Y tienes.. a alguien, ya sabes?
- Si te refieres a algo que se parezca a una novia, no. Nunca lo he tenido. He de confesarte que soy un desastre en lo que se refiere a hablar con chicas.
- Vaya, ¿en serio? Nunca lo habría adivinado-dijo Amy, medio en broma, medio en serio-.
- ¿Y a ti como te va? Quiero decir, tienes novio o...?
- No. La verdad es que nunca he tenido demasiado suerte en ese aspecto. Una vez tuve uno, pero supongo que aquello de que le pillase liándose con mi mejor amiga nos terminó separando.
- Vaya, lo siento. No pretendía...
- No, tranquilo, si es igual. Fue hace tiempo, y ya lo superado. Ya no soy la adolescente tímida e insegura que era antes. He madurado, y he cambiado desde entonces.

En un momento de lucidez, Miguel llevó a cabo uno de los consejos de su amiga Sara.

- Y... ¿aceptarías si te invito a algo de comer, o beber? Verás, creo que...
- No te preocupes-dijo Amy, notando lo nervioso que estaba el chico. Ella había sido como él no hacía mucho, y todavía recordaba lo complicada que podía llegar a hacerse una situación tan simple como aquella-. Acepto, pero con una condición.
- ¿Condición?¿Qué condición?
- Que no te preocupes por nada, Miguel, en serio. Hazlo por mí.
- Ehm..., vale. Lo intentaré.
- Así me gusta-dijo Amy, sonriendo-.

Y ambos se dirigieron a uno de esos pequeños bares perdidos del Retiro.

- ¿Sabes?-dijo Amy-.

Ambos estaban sentados, tomando cada uno una Coca-Cola.

- Es curioso-seguía-. Nunca antes había venido a España, ¿sabes? Y, exceptuando a mi tío, toda mi familia procede de generaciones y generaciones de canadienses. Y, sin embargo, siento como si parte de mí perteneciese a este lugar.
- Conozco esa sensación-dijo Miguel, sinceramente-.A mí me pasó lo mismo cuando fui de vacaciones a Suecia, con mi padre y mi hermano, hará un par de años.
- ¿Sí? ¿Y eso?-preguntó interesada-.
- Bueno, a mí siempre me han gustado los países del norte. Y me pasa como a ti, pertenezco a una familia que ha vivido siempre aquí, en Madrid. Pero aún así, cuando estuve allí... No sé, es como sentir que has estado antes en un sitio, aunque sepas que no es verdad. Fue raro, pero me sentí... No sé, como en casa.
- Sí, eso me pasa a mí también. Aunque prefiero Madrid a Suecia, pues el frío de allí me recordaría demasiado al gélido Clarington del que vengo.
- Oye, que conste que en Madrid también hace frío.
- ¿Tanto como 20 grados bajo cero? Porque esa fue la temperatura media el invierno pasado en mi pueblo.
- Bueno, estamos en España. Si quieres extremos de verdad, espera al próximo verano. Doblaré tus 20 grados por encima de cero, y aún me faltarán unos pocos grados más.

Amy rió, y Miguel se sintió el hombre más feliz sobre la faz de la Tierra.

- Ehm... ¿Has visto... el Palacio de Cristal? Si no lo has visto , podríamos continuar paseando por allí, si te apetece.
- Claro.

Aunque Amy ya lo había visto, la chica prefirió decir que no porque sabía que de lo contrario Miguel se habría puesto nervioso, y no quería que lo pasara mal. Veía algo especial en él, de eso no cabía duda. Qué era aquello tan especial, tan sólo el tiempo lo revelaría.

domingo, 12 de junio de 2011

Fito y Fitipaldis: Antes de que cuente diez


En esta ocasión disfrutaremos de la música de "Fito y Fitipaldis", el grupo español surgido en 1998 y con varios discos como "Los sueños locos" (2001),"Por la boca vive el pez" (2006) o "Antes de que cuente diez" (2009), al cual pertenece la canción de hoy, del mismo nombre.

En septiembre del año pasado,me encontré con unas inesperadas aunque geniales vacaciones familiares (lo de inesperadas porque pensaba que me había gastado todo el dinero en el mes de agosto que pasé fuera, en Canadá, y luego resultó que nos íbamos casi diez días de viaje por el norte de España: Cantabria y Asturias). Y fue en esta última comunidad, en un pueblo no muy lejos de Oviedo donde tuve la suerte de poder ver, junto con mis padres y mi hermana, un concierto de Fito y Fitipaldis de la gira de su último disco, "Antes de que cuente diez".¡Fue genial!

jueves, 9 de junio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XVIII)

Sábado, 30 de julio de 2011 (tercera parte)

Era genial. Harry y yo recorríamos toda la ciudad matando zombis y salvando gente. Teníamos nuestra "base secreta" en un hotel en el centro, el "JW Marriott", en una habitación del último piso.

Como era de esperar, la cuarentena de la ciudad cayó al poco de ser establecida. El aeropuerto y las autopistas habían sido cerrados horas antes, pero era demasiado tarde. La gente huía de la ciudad tan rápido como les era posible,y estaban dispuestos a todo por lograrlo, pero Harry y yo nos quedamos allí. Total, a dónde huir si la infección se había propagado ya fuera de la ciudad, puede que incluso a otros estados o países vecinos como Canadá o México.

- ¡Por aquí, Richard! Creo que he oído a alguien.

Harry y yo corríamos por las calles del centro.

La ciudad entera era un caos. Había zombis por todas partes, y la gente se defendía como podía. Nosotros ayudábamos a todos los que podíamos. Y no nos iba mal, pero la infección nos ganaba terreno.

Era 4 de abril,sobre las cinco y media de la tarde. Algunos de los edificios en la zona ardían sin control, oscureciendo el normalmente luminoso cielo de Los Ángeles y provocando varios derrumbamientos.

Harry y yo llegamos a un callejón sin salida. A pesar de mis advertencias, quiso llegar hasta el final de él para averiguar de dónde procedía el grito.

- Por favor...
- ¡Allí! ¡Allí, al final del todo, Richard! ¿No lo ves?
- Sí,lo veo,Harry. Pero esto me da muy mala espina,en serio-dije conforme íbamos andando, yo a unos pocos metros detrás de él-.
- ¿Señor?-preguntó cuando llegamos-. ¿Señor, necesita...?
- Pues ahora que lo dices, no me vendrían mal esas armas tan bonitas que llevais, y todo lo demás.
- ¿Qué?-dije yo-.¿Pero qué demonios...?
- ¿Ayudáis a la gente, no? Pues dadme lo que lleveis, si quereis seguir haciéndolo.
- ¿Harry?
- ¿Si?
- ¿Recuerdas el truco número 58?
- Pues resulta que sí.
- Escuchad, chavales, por mucho que habléis en clave, no conseguiréis...
- ¡¡¡Ahora!!!

Harry y yo le sacudimos cada uno con nuestra arma un buen golpe, mareándolo, para luego salir corriendo lo más rápido que pudiéramos.

- ¡Por aquí!-grité-. Si vamos por aquí, encontraremos un desvío y...

Pero llegaron allí, y no había ningún desvío.

- Oh, mierda. ¿Cómo puede habérseme olvidado? Cerraron este desvío hace días.
- No pasa nada, Richie, encontraremos alguna forma de...

Pero justo en ese momento se dieron cuenta de que una jauría de zombis, de al menos treinta o cuarenta, se les echaba encima. Quisieron retroceder, pero un grupo similar al anterior les cortó el paso.

- Vaya, ahora sí que la hemos cagado-dijo Harry-.
- No del todo, mira aquella polea.
- Sí, la veo, ¿y qué?
- Pues que podremos usarla para llegar hasta aquella escalerilla de incendios.
- Pero es demasiado ligera, no creo que podamos subir los dos a la vez.
- Pues sube tú primero, y luego ya pensaremos algún modo para que pueda seguirte.
- Vale, pero primero pensemos en ese modo.

Y lo hicimos, sin darnos cuenta de que los zombis empezaban a estar peligrosamente cerca.De pronto, comprendí algo que desearía no haber comprendido jamás.

- Harry, mira los enganches que sujetan la escalera de incendios. Apenas aguanta el peso de la escalera. Si subimos los dos, seguro que caerá.
- Muy bien, pues sube tú y ya encontraré alguna forma de...
- No, de eso ni hablar. O escapamos los dos o nada.

Harry sonrió,y me abrazó. A mí, Richard, su mejor amigo. Habíamos vivido tantas cosas desde que nos conocimos en el internado...

- Te quiero, tío.
- Y yo a ti, Harry.
- Prométeme una cosa. Bueno, mejor dos. Si me convierto en zombi,por favor, mátame. Y también quiero que lleves esto contigo siempre, así recordarás nuestra amistad-dijo, dándome una especie de amuleto que llevábamos los dos-.
- De acuerdo, lo prometo. ¿Pero no deberíamos pensar en cómo ponernos a salvo los dos antes de seguir charlando? No sé, tal vez...

Pero recibí tal cantazo con un ladrillo que me quedé sin habla. Estaba mareado y sentí que me desmayaba, y entonces noté como si alguien me hubiera levantado y lanzado tal cual, a las escaleras de incendio. Harry.

- ¿Pero qué haces, Harry? ¡Desde aquí arriba no podré ayudarte! ¿Y a qué ha venido lo del ladrillazo?
- Lo siento, Richie. Pero era la única forma, y ambos lo sabíamos. Sólo uno podría salvarse. Además, el mundo necesita más a tu superdotado cerebro que a un simple ligón como yo.
- ¡¡No digas estupideces!! Harry, pienso bajar de aquí y...-la escalerilla empezó a balanzearse ligeramente-.
- ¡Si lo haces moriremos ambos, Richard!
- ¡No pienso dejarte, Harry!
- Nunca lo has hecho-dijo, al tiempo que se giraba y decía-. Has sido el mejor amigo que nadie podría tener. Por favor, no me olvides. Porque yo jamás lo haré.
- ¡¡¡¡¡¡¡Harry!!!!!!!!-grité, desesperado-.

Pero ya nada ni nadie podría ayudarle. Yo no había querido aceptarlo, pero mi mejor amigo tenía razón. Sólo uno podía escapar, y él se había sacrificado por mí. Y todo por mi culpa.

Corrí e intenté como pude bajar para ayudarlo,pero en uno de esos intentos me di un golpe en la cabeza y me desmayé.

Desperté horas después, y seguí intentando encontrar un modo de bajar, pero cuando llegué ya era tarde. Apenas quedaban unos pocos zombis. Me cargué a todos los que pude y corrí hacia Harry, hacia su cuerpo.

Estaba muerto. Todo había terminado.

O al menos eso pensaba yo hasta que se levantó.

Era él, pero no lo era al mismo tiempo. Su aspecto era sin duda el de uno de esos asquerosos muertos vivientes contra los que habíamos estado luchando durante días. Sus ojos sin vida me miraron, y comenzó a andar hacia mí.

- Harry...-sollozé-. No. ¡No puedes hacerme esto!-dije con rabia-. ¡Ibamos a recorrer el mundo salvando gente y aniquilando zombis! No puedes hacerme esto...

Él siguió andando hacia mí, hasta tal punto que casi me había acorralado.

- ¡Harry, no des un paso más! Si lo haces,dispararé, lo prometo.

Pero el zombi ni se inmutó.

- Eres mi mejor amigo, Harry, y es por ello que voy a cumplir la promesa que te hice. Nunca te olvidaré-dije, casi llorando-. Hasta siempre, querido amigo.

Y un sonoro disparo sonó en el callejón.

Moví con cuidado el cuerpo de Harry y, con una pala, lo enterré bajo una montaña de arena en unas obras cercanas.

Me giré, y a solo unas calles de allí el gran hotel "JW Marriott" se alzaba imponente, haciendo que el resto de edificios en la zona parecieran minúsculos en comparación.

Eché un último vistazo a la tumba de mi mejor amigo y acto seguido me dirigí al hotel. Me mudé a la planta 19 y me encerré durante meses entre esas cuatro gigantescas paredes.

Y entonces apareciste tú.

domingo, 5 de junio de 2011

¡¡¡6 MESES!!!



Hoy, domingo 5 de junio del 2011, es un día especial en "Historias de un wildcat", pues no todos los días se cumple medio año, ¿no?

Y es que era un domingo 5 de diciembre de 2010 a las 1:26 de la madrugada cuando decidí publicar mi primera entrada, tan sólo unos minutos después de crear el blog.

Antes que nada, me gustaría dar las gracias a todo aquel que haya entrado alguna vez en mi blog, para leer alguna de mis Historias. Me alegra mucho el saber que hay gente a la que les gusta (creo que las ya sobrepasadas tres mil visitas lo demuestran).

La verdad es que jamás pensé que tener un blog me gustaría tanto, y es que hay tantas historias que quiero contaros...

Cada vez que me pongo a escribir,VIVO lo que escribo, en serio. Puedo estar en mi habitación haciendo una entrada para este blog o en medio de una mortal batalla contra zombis, o incluso volando por los cielos de todo el mundo, y todo ello en cuestión de minutos. Increíble, ¿verdad?

Cuando empecé el blog no tenía ni idea de que acabaría estableciendo aquí un "domingo musical", pero sin embargo el aniversario de medio año de blog coincide también con uno de estos domingos.

Hoy, en lugar de una canción de un grupo o cantante en particular, he decidido poner aquí un vídeo de la "competición estatal de Glee", del decimosexto episodio de la segunda temporada y titulado "Canción original". A mí me encantó, así que espero que os guste a vosotros también (se trata de la canción escrita y cantada por Rachel Berry,interpretada por Lea Michele).

jueves, 2 de junio de 2011

El fenómeno del amor. Capítulo VII : La salida (4ª Parte)

- No lo entiendo-decía Megan-. Si tú no lo has hecho, ¿quién podría haber...?
- Ey, Will, ¿me ayudas con Mates? Es que hay un par de problemillas que no sé hacer y...

Era Álex, el hermano pequeño de Will.

- Un momento, Álex, ahora estoy ocupado. Si te esperas un poco podré ayudarte.
- Ya, claro. Como siempre, tan servicial. Y encima encerrado en tu habitación con una chica cuya cara me suena bastante, a decir verdad, ¿tú eres...?
- Megan, Megan Yelnats. Y sí, es posible que me hayas visto por ahí alguna vez.
- Ya, bueno, pero de todas formas pienso contárselo a mamá y papá si no me ayudas. ¡Se supone que tenemos prohibido traer chicas sin permiso!
- Haz lo que quieras, Álex. Pero en este momento no puedo ayudarte. Lo siento.
- Ojalá no fueras tan muermo, y más como el amigo tuyo del otro día, ese sí que me cayó bien.
- Espera un momento-preguntó Will-. ¿Quién? ¿Qué amigo? ¿Es que estuvo alguien más aquí la otra noche aparte de Bradley?
- Ah, sí. Era un chico bastante bien vestido, y muy divertido...
- ¿Cómo se llamaba, Álex?
- No, Álex no. Era más bien como... Dan. Sí, Dan.
- Will, no es por alarmarte ni nada, pero el chico que intentó violar a Alice la noche en que os conocisteis se llamaba Dan.
- Así que él es el responsable de todo esto. Vaya, menudo cabrón. Si es que ni siquiera ha tenido la decencia de inventarse un nombre. ¿No tendrás alguna foto o algo Megan, para poder confirmarlo?
- A ver, si esperas un minuto puede que encuentre... Ajá, aquí está. El poder de Facebook a nuestra disposición. Mira.

Will,algo asombrado por la rapidez de Megan, cogió su móvil y le enseñó la foto de la pantalla a su hermano.

- ¿Este es tu "amigo" del otro día?

Álex se quedó mirando unos instantes.

- Sí, es él. ¿Por? ¿Es que ha hecho algo malo?
- Tenemos que localizar a Alice. Habla con ella, y dile lo que hemos averiguado. Seguro que a ti te escuchará.
- Lo intentaré, Will. Pero no te aseguro nada. Lo más probable es que esté ya en el avión de camino a Londres.
- ¿Quiere alguien contarme lo que está pasando?-intervino Álex, indignado.
- Megan, tengo un mal presentimiento. Ese tío estaba muy loco, en serio, y me da la sensación de que hizo lo de la foto para apartarme de ella y volver a intentarlo.
- Espera, ¿crees que va a volver a...?
- No lo sé, pero yo no me arriesgaría.Deberíamos ir.
- ¡Ya está bien, se acabó!-gritó Álex, cerrando la puerta-. ¡Nadie saldrá de esta habitación sin explicarme antes lo que está pasando!
- Vaya, qué carácter. Me huele a complejo de hermano pequeño. Pero en fin, qué más da. No tiene sentido ocultarle nada. Aquí tienes, Álex-dijo Megan, sacando una revista de su bolso y pasándosela al chico-.

En cuanto vio la portada alucinó.

- ¡Vaya! No fastidies! Mi hermanito por fin se estrena. Y con una famosa,además. No está mal, colega, choca las...
- No vendrás con nosotros, Álex-dijo Will, bien decidido-.
- ¿Qué? ¿Por qué no?
- Porque eres pequeño, y mañana hay clase.
- Para empezar, tengo doce años, ¡y no recuerdo que os hayan dado fiesta mañana en el instituto al que vas!
- Lo siento, tío, pero créeme cuando te digo que es lo mejor.
- ¿Y si cuento a la prensa todos tus secretitos? Ahora que sales con una famosa, me pagarán un pastón por ellos.
- No te atreverás.
- Lo mismo dijiste el verano pasado en aquella fiesta, y los dos sabemos cómo acabó aquello.
- Está bien, pero prométeme que te portarás bien durante el viaje.
- Lo prometo.
- ¿Sabes, Will? Me gusta tu hermano, es un buen negociador-dijo Megan-.
- Me alegro por ti. En cuanto acabe esto, podría prestártelo una temporadita, si quieres. Álex,por favor,despierta a Bradley.
- ¿Y cómo lo hago?
- Y yo qué sé. Prueba a abrirle los ojos y enseñarle aquella foto del último Halloween.
- Buena idea.
- Megan, ¿podrías mirar algún billete de avión para Londres en las próximas horas?
- Claro, aunque también podríamos... ir en mi avión privado-dijo, sonriendo-.
- Yo voto por el avión privado-dijo Álex-.
- Me parece bien-dijo Will-.
- ¿Alguien ha dicho patatas?-deliró Bradley-.

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)