domingo, 23 de enero de 2011

El fenómeno del amor. Capítulo III : Tal y como lo había imaginado (2ª Parte)

- Era Donovan.
- ¿Quién?
- Aquel chico del que te hablé. Me salvó de que aquel cerdo de la fiesta de tu primo. Estuve hablando con él durante prácticamente toda la noche, y me lo pasé muy bien. Era un chico muy agradable y divertido.
- Oye, primero, yo no había visto en mi vida a aquel tipo, y ya me he disculpado mil veces por lo que te hizo pasar. Y segundo… ¿de qué chico hablas?
- ¿No lo recuerdas, Megan? Aquel chico del Instituto San Francisco Oeste.
- Espera, entonces… ¿no es famoso?
- Pues supongo que lo será en su calle, pero…
- Sabes a qué me refiero, Alice.
- No, no lo es.
- ¿Y cómo consiguió colarse en la fiesta?
- Tenía un pase especial, supongo, de esos que sortean a diario. Pero la cuestión no es esa, Megan. La cuestión es… que he vuelto a quedar con él.
- ¡¿Qué has quedado?! ¿Acaso te has vuelto loca? ¿Tienes idea de lo desgraciadas que podrían llegar a ser vuestras dos vidas si los medios de comunicación se enteraran?
- Tranquilízate, Megan. Pasé un muy buen rato con él y me apetece mucho volver a verlo. Nada más. No es que me haya enamorado, ni nada de eso. Además- dijo Alice, cambiando a un tono de voz algo más triste y de arrepentimiento- le mentí. Le dije que me llamaba Alyson, no le di mi verdadero nombre.
- Pero sí tu número.
- Oye, Megan, ya está bien. Que tengo dieciséis años, y sé arreglármelas solita.
- Bueno, como quieras, Ali, pero si de verdad te importa ese chico yo de ti iría pensando en abandonar la mentira, decirle la verdad y llegar a un acuerdo con él, dándole alguna salida a esta situación lo menos dolorosa posible para ambos.
- ¡Megan, cariño!- se trataba de la madre de Megan, la cual empezó a llamarla con una nerviosa insistencia-.
- Lo dicho, Ali- dijo Megan, tras lo cual se levantó y, tras haber dado algunos pasos hacia delante, se giró- la mascarilla no podrá durar siempre.

¿Cómo podía Megan saber lo de la mascarilla? Aunque, en cualquier tenía razón. En el fondo, siempre la tenía. Prolongar aquella mentira no serviría de nada, y a la larga todo se acabaría descubriendo, de una forma u otra, y ambos saldrían perjudicados. Y todo por su culpa. Estaba decidido, el viernes por la noche, en su quedada (que no cita) con Donovan le contaría todo, y seguro que, fuera como fuese, podrían seguir siendo amigos. Seguro que podrían conseguirlo.

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Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)