viernes, 8 de abril de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XIV)

- ¿Sabes? La verdad es que, ahora que he escapado de la muerte por vigésima vez en sólo unas horas, he llegado a una conclusión-dijo Zoey.
- Ah, ¿sí? ¿Y cuál es?
- El mundo ya era una mierda antes de la infección, los zombis y todo eso. En realidad,habríamos acabado igual de todas formas, simplemente se ha acelerado el proceso. De hecho, puede que incluso haya servido de algo.

Richard miró a Zoey como si acabara de confesarle que en realidad era un tío.

- No, en serio-decía mientras conducía por una carretera desierta en dirección al norte-. Piénsalo: cambio climático, superpoblación, crisis... Todos esos problemas ya no existen.
- Ya, pero hay otros peores. El hecho de que vengamos de un hotel de cinco estrellas no te da derecho a decir eso.
- Ya, bueno. Es que he supuesto que a la humanidad tampoco le venía tan mal un nuevo comienzo, y podamos así empezar a hacer las cosas bien desde el principio.
- Visto desde ese lado...

Hubo unos minutos de silencio. La adrenalina del momento los había dejado sin ningún tema de conversación.

- ¿Qué tal si ponemos música?-dijo Zoey, de pronto.
- Ehm..., vale, espera que mire en el cajón... Vaya, me gusta-dijo, mientras sacaba unos cuantos discos del cajón delante del asiento del copiloto-. Sin duda hemos escogido el coche adecuado. Me encantan todos estos discos,Paramore,Green Day, Lady Gaga, Glee...
- ¿Has dicho Glee?
- Sí, eso he dicho. ¿Te apetece?
- ¿Bromeas? ¡Claro que me apetece!
- Vale, pues la pondré.

"Just a small town girl...".

- ¿No te gusta?-preguntó Zoey a Richard, al ver que éste no cantaba. Puso el disco en pausa.
- Sí, claro que me gusta. Está en mi lista de mis series favoritas.
- ¿Entonces, por qué no cantas?
- Es que... Verás, hace muy buen tiempo, y no quiero estropearlo. No canto lo que se dice muy bien.
- Vamos, canta conmigo. Será divertido, ya verás. Tú de Rachel y yo de Finn.
- De nuevo muy graciosa, Zoey, pero...-Richard no pudo resistir demasiado ante aquella expresión que tanto le recordaba a un perro abandonado- prefiero cantar la parte del chico.
- Muy bien, pues empieza.

Y lo hizo,aunque no sabía muy bien por qué. Pero estaba realmente feliz por haber conseguido escapar con Zoey, y estar allí con ella,a su lado.

"Don't stop believing. Hold on to that feeling. Streetlight people..."

- ¡¡Don't stop!!-acabaron los dos la canción-.

Mientras el resto del disco sonaba, decidieron pensar en cuánto les costaría recorrer unos tres mil kilómetros en coche, cuántas veces tendrían que parar a cambiar la gasolina o el coche, o simplemente para descansar...

- Y necesitaremos armas-dijo Zoey-. Gastamos una gran parte de la munición en nuestra última huida.
- ¿Y dónde las conseguiremos? Quiero decir, no creo que vayamos a encontrarlas en cualquier gasolinera...
- Richard-dijo Zoey, girándose hacia él-. Estamos en Estados Unidos, no en Suecia y todavía no en Canadá. Aquí hasta los conejitos van armados. Algo encontraremos.
- De todas formas, Zoey-dijo Richard- recuerda que, por mucho que te mole disparar, lo mejor será que vayamos por carreteras secundarias.
- Me parece buena idea.

Al cabo de un par de horas, Richard empezó a ver cansada a Zoey y le cambió el sitio. La chica se durmió casi al instante, lo cual hizo pensar a Richard que tarde o temprano acabarían teniendo que parar a descansar. No se iban a estar turnando desde allí hasta Vancouver...

Así que condujo durante unas tres o cuatro horas, tras la cuales la visión de una especie de motel a pocos kilómetros de allí lo inclinó hacia la opción de parar. No llegarían mucho más lejos sin poner más gasolina al coche, y quedarse sin ella en un lugar tan remoto no era la mejor opción.

Y además, tenía que ir al baño urgentemente, pues con las prisas y tal no había tenido tiempo de hacerlo durante la escapada de su anterior hogar. Y hay cosas que no pueden esperar.

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Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)