lunes, 18 de julio de 2011

DIARIO DE UN SUPERVIVIENTE (XXII)

Lunes, 1 de agosto (tercera parte)

- ¡Allí!¿Lo ves? La frontera con Canadá está a solo un par de kilómetros-dije, emocionado-.

Y tenía motivos,pues estábamos a punto de conseguirlo.

- ¿Y qué se supone que haremos en cuanto lleguemos?-dijo Justin-.Quiero decir, tendréis un plan, ¿no?
- Buscaremos pistas sobre las señales que escuché-dijo Zoey-sin adentrarnos demasiado en la ciudad. Con un poco de suerte, en unas pocas horas estaremos definitivamente a salvo de cualquier amenaza mutante.

Obviamente, no tuvimos esa suerte. De lo contrario habría sido demasiado fácil, ¿no creéis?

-Ya está, ahí delante lo tenemos. Giramos, y en un par de cruces...-dije-.
-Oh, no-dijo Zoey, que era la que conducía-.

Y con razón. De un momento a otro, nos vimos rodeados por cientos de zombis.
Pero no eran como en Los Ángeles.

Para empezar, sabían perfectamente que éramos humanos, y empezaron a acercarse al coche a una velocidad bastante alarmante. Zoey aceleró, y atropelló a unos cuantos en dirección a la frontera.Y fue entonces cuando nos dimos cuenta.

Estaba cerrada, pero con un inmenso muro que ni de coña podríamos atravesar con el coche. Y era tarde para buscar otro camino.

Y, para colmo, el coche se detuvo.

- ¡¡¿Qué!!??¡Vuelve a arrancar, maldito cacharro de mier...!

En aquel momento, un zombi rompió una de las ventanas traseras, e intentó morder a Justin. Por suerte, es un crío con reflejos. De un tiro, lo devolvió al asfalto.

- No es por nada-decía-. Pero sería mejor si tuviéramos algún plan secundario, ya sabéis, para salir de esta con vida.
- Yo sí lo tengo-dije-. Pero es un poco complicado.
- ¡Sea lo que sea, dilo ya!-gritó Zoey-.
- Está bien, iremos al edificio más cercano, aquel de atrás-dije, señalando un edificio casi en ruinas donde imaginé, en tiempos atrás, fue usado como puesto de control de la guardia fronteriza-. Subiremos a su azotea y veremos desde allí hay algún modo de pasar el muro.
- Me parece una locura, pero aún así la mejor opción-dijo Zoey-.¿Y cómo lo haremos?
- Iremos corriendo los tres juntos, ¿de acuerdo? Subiremos por la escalerilla de incendios hasta la azotea y buscaremos algún modo de cruzar al otro lado. ¿Alguna pregunta?
- ¿Y si nos arrinconan arriba y no hay modo alguno de cruzar?
- No hay necesidad de ponerse tan negativo, Justin. Tú solo corre y sube al edificio.

Los tres corrimos. El plan era sencillo, siempre y cuando ninguno de los cientos de zombis que nos rodeaban en aquel momento se acercase demasiado.

El problema era que aquellos zombis eran diferentes. No eran tontos, y mucho menos lentos.

Íbamos corriendo los tres. Zoey primero, abriendo paso con la escopeta de su padre. Justin en medio y yo cubriendo la retaguardia. Un montón de muertos vivientes caían fulminados a nuestro alrededor, pero muchos montones más empezaban a acercarse peligrosamente.

Y llegamos, justo a tiempo. Zoey alcanzó la escalera y la bajó, tras lo cual subió a Justin a ella y lo siguió. De un salto, agarré la escalera y Zoey, con todas sus fuerzas, me agarró la mano y me subió arriba.

- Caray-me dijo, una vez estábamos a salvo, al menos temporalmente-. No te lo tomes a mal, Richard. Pero podrías plantearte adelgazar un poco un día de estos.

Siempre con ese humor tan oportuno. Los tres llegamos finalmente hasta la azotea del edificio. Sorprendente e inesperadamente, alguien o algo (depende de cómo lo veáis) nos esperaba allí.

- No puede ser-dije, impresionado-.

Eran perros, perros mutantes. Y llevaban una cadena rota colgando del collar, lo cual quería decir que alguien los había tenido atados a saber cuánto tiempo y los había soltado. Eso, añadido a su desesperada necesidad de devorar carne humana... En resumen, no eran los típicos cachorritos con los que alguien querría ponerse a jugar.

Y no tenían pinta de estar de buen humor.

Pero para cuando quisimos retroceder era imposible, pues más de esos perros nos cortaron el paso. Debían de ser unos catorce o quince, en total. Y nos tenían acorralados.No nos daría tiempo a disparar más que una o dos veces, antes de que uno de ellos se abalanzara sobre alguno de nosotros y terminara el juego.

- ¿Sabéis?-dijo Justin-. En circunstancias como estas echo de menos uno de mis exámenes de mates.
- ¿Y ahora qué, Richard? ¡Nos tienen acorralados!-dijo Zoey, ignorando a Justin-. Jamás lograremos salir de aquí con vida.
- No lo sé, pero francamente estoy anonadado. Estos bichos parecen sacados también de una de las películas de "Resident Evil". En cualquier caso, no tenemos más que esperar y ver si alguien aparece en el último instante y nos rescata, como en la película-dije, medio en broma medio en serio-.

Zoey y Justin se miraron, llegando a una clara conclusión: estoy como un cencerro.

Los perros mutantes se lanzaron al ataque,pero algo sucedió.

En aquel momento, y como si de una de esas entretenidas aunque físicamente incorrectas películas de acción se tratara, un helicóptero apareció de la nada y ametralló a todos los perros.

Al principio pensaba que después iría a por nosotros, pero en lugar de eso aterrizó a pocos metros. De él salió una figura humana.

Llevaba un traje de las fuerzas aéreas, y la cara tapada con una especie de máscara. Bajó del helicóptero con toda tranquilidad, y anduvo unos pocos pasos con sus botas, también del ejército, hacia nosotros. Ninguno nos atrevíamos a decir nada, al menos hasta que esa figura se quitó la máscara, revelando su rostro y por tanto su identidad.

- ¿¿¿¡¡¡Milla Jovovich!!!???-grité, alucinando en colores-.

1 comentario:

  1. ¿Milla Jovovich? Salvo por el pequeño detalle de estar rodeado de zombies, que suerte. Aunque bien pensado, que suerte encontrárosla rodeados de zombies. Espero la continuación.

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Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)