domingo, 6 de marzo de 2011

AMIGOS EN MADRID (II)







No hubo comentario alguno del incidente de Álex con la chica. Él se limitó a sonreír y se fueron del bar. Para terminar el día, decidieron ir al cine. Y vieron "Resident Evil 4: Ultratumba". Al principio, a Miguel no le hacía mucha gracia.Pero como a Sara y a Carlos les apetecía, acabó cediendo. A Alejandro no le importaba demasiado, mientras pudiera comprarse una gran bolsa de palomitas acompañada de una no menos grande coca-cola.

Resultó que la peli le gustó bastante a Miguel (de hecho, bastante más de lo que se esperaba), pero una vez terminó se limitó a decir "no está mal". A lo cual Álex se levantó, ofendido, diciendo que era una gran película y que ojalá hicieran la quinta pronto. A Miguel le bastó una mirada de sus otros dos amigos, Sara y Carlos, para comprender lo que éstos pensaban sin necesidad de hablar. Se conocían muy bien."Otro para el club de fans de Alice. ¡Tendrás que acabar uniéndote!".

Por la noche, Miguel no tuvo fuerzas más que para unos pocos trozos de pizza y un par de episodios de "Cómo conocí a vuestra madre", a cuya serie le había viciado Álex. Por qué sería...

A la mañana siguiente, Miguel se levantó bien pronto. Terminó de preparárselo todo y se dirigió hacia la parada de metro "Conde de Casal", donde cogería el metro en dirección a la Facultad de Informática de Madrid.

Y lo hizo sin problemas. Pero a la altura de la parada de O'Donell, algo extraño sucedió. Miguel vio a una chica, corriendo hacia el tren,cuyas puertas estaban a punto de cerrarse,y no lo podía creer. Pero Miguel fue rápido de reflejos, y se puso a la altura de éstas, para que no se cerrasen.

La chica entró, y le sonrió a Miguel, aliviada.

- Vaya, gracias. No sabes cuánto te lo agradezco. Si hubiera perdido este tren, habría seguro perdido el siguiente, y...
- No te preocupes. Como suele decirse, para algo están los desconocidos en el metro.

Ella rió. Era aquella chica, sin duda. La chica que el día anterior había dejado a Álex en ridículo. Miguel sonrió, aunque lo hizo nerviosamente, cosa que la chica pareció notar.

- ¿Sabes?- le preguntó la chica-. Me suenas mucho. ¿Nos hemos visto alguna vez antes?

Caray, era increíble para lo que podían llegar a dar dos minutos en el metro.

- Me parece que sí, esto... Soy amigo de ese tío al que despachaste ayer, en el bar. ¿Recuerdas? Yo estaba...

- ¡Ah, sí! Lo recuerdo. Menudo elemento. Apuesto lo que quieras a que ese tío tiene un buen trauma. La verdad es que me dio algo de pena, pero yo soy de las que pienso que a la gente hay que dejarle las cosas claras desde el principio. Nada de mentiras.
- Totalmente de acuerdo-afirmó Miguel-.

Apenas fueron unos quince minutos, pero menudos quince. Miguel estuvo hablando con aquella chica de un montón de cosas. Averiguó que su nombre era Amy. Había venido realmente desde Canadá, de un pueblo a las afueras de Toronto cuyo nombre era demasiado raro como para que Miguel lo recordase con facilidad. Justo antes de que ella se bajara, le dijo:

- Amy, yo... Creo que podríamos vernos un día de estos, ya sabes para tomar algo o hablar, si... bueno, si te apetece.
- Claro, por qué no.
- El viernes termino pronto, podríamos vernos...
- ¿En las escaleras de esta parada? Me parece un buen sitio para quedar. Es fácil de localizar.
- Muy bien, vale. Pues, nos vemos..
- Termino sobre las doce. ¿Qué tal si nos vemos a la una?
- Perfecto, pues. Hasta entonces. Pero escucha, Amy. Me ha gustado mucho hablar contigo, y sabes...

Pero ya se había ido. Era lógico, teniendo en cuenta que estaba a punto de perder otro tren. Miguel suspiró, y se agarró de la barra del metro. "Madre mía"-pensaba para sus adentros- "He quedado con una chica". Ni él se lo creía. La verdad es que no era precisamente el típico tío que gusta a todas.

Pero aún así, pensó que aquella podía ser la definitiva, que tal vez, sólo tal vez, todo su arsenal de métodos románticos...

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Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)