jueves, 23 de mayo de 2013

Falkenhom (XVIII)

- ¡¡¡ JAMIE!!!- grité, desesperada-.

Me abalancé sobre Alec y lo tiré al suelo.

-Te mataré. ¡Juro que te mataré por esto! Jamie...

No pude evitarlo. Las lágrimas me resbalaban de los ojos sin control.

-¡Así me gusta! Esto es justo lo que quería. Esto es precisamente lo que andaba buscando. La vieja Kyla ha vuelto.
-No, no lo ha hecho- sollocé mientras me levantaba-.

Intenté tranquilizarme, todavía sin creerme que acabara de perder a mi mejor amigo. Asesinado ante mis propios ojos.

-Entiéndelo, Kyla. Siento haber acabado con Jamie.- por un momento incluso me pareció que estaba siendo sincero-. Pero era necesario.
-No lo entiendo Alec- dije -. ¿ Por qué no seguiste por tu cuenta simplemente? ¿ Por qué no seguiste tu propio camino en lugar de invadir el mío?
-Porque te quiero, Kyla- esta frase me destrozó por dentro-. Te quiero y te necesito para seguir adelante.
-No me vengas con cuentos, Alec. Puede que nos lleváramos muy bien en el pasado, puede que significaras mucho para mí en algún momento, en otros tiempos... y quizás sea esa la razón por la que no soy capaz de matarte. Pero Jamie... Jamie me entendía, Alec. Se esforzó por abandonar su antigua vida y no solo lo consiguió, sino que salvó la mía también.
-Kyla... Por favor, te lo ruego. Vuelve conmigo. Iremos a donde tú quieras.
-Tú mismo me has traído aquí para ponerme a prueba. Y yo te digo que no pienso pasar por ella. Y te pido por favor que te vayas, que me dejes en paz y me dejes vivir junto Sam, un chico increíble del cual, por cierto, estoy perdidamente enamorada.
-Ni de coña. No te saldrás con la tuya Kyla. Te he dado a elegir, y vas a a elegir. O elegiré yo por ti.

En aquel momento apuntó con su arma hacia donde estaba Sam.

-¿ Pero qué...?

Pero ya no estaba. Alguien, aprovechando la distracción de Alec con nuestra conversación, lo había liberado.

-¡Eh, tú!-gritó una conocida voz dirigiéndose a Alec-. Fuimos amigos durante más de cien años, me ofende que ya no recordaras... que mi corazón está en el otro lado, ¡imbécil!

Jamie estaba bien.

- Ah y por cierto soy bastante más fuerte de lo que piensas.

Dicho esto Jamie golpeó a Alec y lo tiró al suelo. En aquel momento, Alec se dio cuenta de que la madre de Sam tampoco estaba.

-Esto no cambia nada, Kyla- dijo mientras se levantaba.
-Desde luego que cambia algo ¡Lo cambia todo!
-Kyla...
-No. Sencillamente no me creo que no recordaras después de más de cien años de amistad en qué lado del pecho tenía el corazón tu mejor amigo.
-Pues creételo. Ha sido un pequeño fallo de cálculo, nada más.
- No, seguro que no ha sido eso. No querías matar a tu mejor amigo y no lo hiciste. Podrías haber matado a la madre de Sam, pero no lo hiciste, igual que tampoco querías matarlo a él. Por eso necesitas que yo tome la decisión. Quieres que te detenga, que acabe con tu maldad.
- Eso es absurdo. ¿ Acaso hace falta que te recuerde cómo asesiné a aquella chica el otro día? ¿ Cómo la torture y le provoqué tal dolor que incluso estuvo a punto de suplicar su propia muerte?
- Esa es justamente la razón por la que has montado todo esto. Es como...como un gran grito de socorro. Crees que has llegado a un punto de no retorno y que solo yo soy capaz de salvarte.
- Está bien , se acabó. O eliges o te llevas esta bala de regalo.
- Por encima de mi cadáver- dijo Sam-.
- Como quieras. Que conste que os he dado tiempo más que suficiente.

Convencido de que no tendría ni la oportunidad de defenderse, Alec se enfrentó a Sam. Pero sorprendentemente, le paró. Le quitó la pistola y se lanzó sobre él.

- Digno hijo de un cazavampiros- dijo Alec-. Eres bueno, pero nunca llegarás a mi nivel.
Alec cogió a Sam y lo lanzó por los aires. Aterrizó a varios metros de distancia.

- ¡¡¡ Sam!!! grité mientras me acercaba allí.
- No querías que lo matara ¿eh?- dijo Alec-. No pensabas que fuera capaz, ¿no? Pues voy a hacerlo.
- No tienes por qué, Alec. Por favor, detente...
- No, Kyla.
- Escúchame, Alec. Sólo por un momento, demuéstrame que todavía queda en ti algo del chico que conocí en aquel callejón, hace 109 años.
- Kyla...

Creía que no lo haría, pero se detuvo a sólo un par de metros de Sam.

- Es cierto, Alec, que has hecho cosas horribles. Pero yo también las hice, y estoy saliendo adelante. Por muy convencido que estés de lo contrario, hay vuelta atrás. Siempre la hay.
- No, no siempre- se giró hacia mí- Mírame Kyla. Tú misma lo has dicho. Soy un monstruo.

Por un momento parecía que Alec estaba a punto de llorar.

- No, Alec. No eres un monstruo. Sólo eres... un hombre que tuvo mala suerte hace algún tiempo. Te dieron algo que pocos en tu situación habrían sido capaces de controlar. Pero no es tarde para tratar de hacerlo, Alec. Podemos intentarlo...juntos.
- No es que no quiera hacerlo, Kyla. Es que el deseo es tan fuerte...
- Alec, te lo suplico. Dame una oportunidad. Puedo ayudarte. Ayudarte a cambiar. Sé que hasta ahora te he dicho lo contrario pero... podríamos reunir el trío. Podríamos andar juntos, sin hacer daño a nadie más el resto de nuestra eterna vida vampírica. ¿Qué me dices?
- A mí me parece una buena idea-intervino Jamie-.
- Nadie ha pedido tu opinión, Jamie. Y lo siento, Kyla. De verdad que quiero intentarlo, pero sencillamente no soy capaz. Nunca lo he sido. Jamás he sido tan fuerte como tú.
- Podemos arreglarlo.
- Te quiero, Kyla. Siempre te he admirado. Y no, no quiero perderte...- dijo sollozando. Lo siento tanto... Todo por lo que te hecho pasar...
- No importa, Alec. Saldremos de esta los dos juntos, ¿vale?

Me acerqué a él, con intención de abrazarle. Pero algo en su interior me lo impidió.

- ¡No! ¡ No te acerques a mí! ¡ Acabaré con esto ahora!- me gritó girándose hacia Sam, el entonces inconsciente Sam-.
- Alec, por favor. No...
- He dicho que lo sentía mucho. Pero sigo sin tener opción.

Se separó de mí y antes de que me diera tiempo a reaccionar acortó las pocas zancadas que le separaban de Sam. Cuando estaba a tan solo medio segundo de romperle el cuello, sintió un dolor punzante en su pecho. A la altura de su corazón.

En solo unos segundos que parecieron toda una eternidad, se llevó una mano al pecho, descubriendo la punta de una bala de madera sobresaliendo de él. Se giró hacia mí, sonrió y con una mirada agradecida dijo su última palabra.

- Kyla...

Y desapareció. Se convirtió en millones de motas de polvo. La bala cayó al suelo. Me derrumbé entre lágrimas y me desplomé. Jamie corrió a abrazarme.

- Kyla... pero qué has hecho.
- Lo siento, Jamie, pero no tenía opción. Iba a matarlos, lo habría hecho tarde o temprano. Tenía que detenerlo...- dije, sollozando-.
- Kyla... Has matado a Alec.
- Lo sé, yo...
- No, no me entiendes, Kyla. Has matado a tu padrino, al vampiro que te convirtió.

Lo abracé con más fuerza. A solo medio metro de nosotros, Sam seguía inconsciente. Lo sabía. Atravesé el pecho de Alec totalmente consciente de que, desde el momento en que muriera y su cuerpo se desintegrara, yo estaría condenada. No me quedarían más de uno o dos minutos de vida.

- Estaba dispuesta, Jamie. Estaba dispuesta a sacrificarme. Por Sam, su padre, Marley... La humanidad ha sufrido mucho nuestra existencia. Por mucho que me duela admitirlo, el mundo será un lugar mejor cuando yo no esté.
- Por favor Kyla... Sabes que eso no es cierto. Joder, ojalá pudiéramos volver a los principios de nuestra amistad, antes de aquella horrible guerra. Con lo fácil que era todo entonces...
- Lo estoy sintiendo, Jamie. Lo siento por dentro.
- No...-dijo, dejando escapar sus primeras lágrimas-. Por favor, Kyla... No me dejes solo. Kyla...

Y era cierto, lo sentía. Entonces llegó el momento. Perdí el control de mi cuerpo, me caí al suelo de golpe y noté como todo mi ser empezaba a temblar. Aproveché para decir una última cosa.

- Por favor- dije, ya casi sin fuerzas-. Dile a Sam que le quiero. Y respecto a ti, Jamie... has sido el mejor amigo que nadie hubiera podido tener.
- Kyla...¡ Kyla!

Mi vista empezó a nublarse y empecé a oír la voz de Jamie como algo más lejano a cada segundo que pasaba. Cada vez veía menos claro hasta que, sencillamente, dejé de ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)