lunes, 4 de febrero de 2013

Falkenhom (XI)

No podía creer lo que estaba pasando, ni quería hacerlo.  El cuerpo de la única persona en la que había podido confiar en años yacía inerte justo enfrente de mí.

En sólo unos minutos, la policía llegó y con ella lo hicieron los responsables de investigar la escena de aquel atroz crimen y averiguar quién había sido el autor.

Fui la primera persona a la que interrogaron, como es lógico, ya que había sido la última en verla con vida. Resultaba muy difícil para mí recordar lo sucedido, lo cual me hacía todavía más sospechosa. Ni siquiera yo estaba segura de que no fuera quien la había matado. Tal vez hubiera perdido el control. Tal vez me hubiera pasado con las copas, y...

Pero entonces caí. Alec. Cómo podía haber sido tan estúpida.

- ¡¡¿Por qué coño lo has hecho?!!-dije mientras lo levantaba en el aire y le golpeaba contra la pared-.

Me costó horas encontrarlo. Estaba escondido en un hostal abandonado a varios kilómetros del pueblo.

- ¡¿Por qué has matado a esa chica?!-repetí, todavía más enfurecida-.

El que fue durante décadas uno de mis mejores amigos me miró con sonrisa burlona.

- Lo siento, Kyla, pero tendrás que ser más específica.
- Ella era...iba a ser...-decía mientras unas pequeñas lágrimas brotaban de mis ojos-... mi amiga. 
-¡ Venga ya! ¿Pero tú te has visto? ¡Si estás llorando! Por una chica que conoces desde hace sólo dos días. No se puede ser más patética.
- ¿Cuántos...?-empecé, ignorando lo que él había dicho-.¿¡¡Cuántos inocentes piensas matar para convencerme?!!
- Los que hagan falta. Los que sean necesarios para recuperar a la vieja Kyla y acabar con esa idiota llorica en la que te has convertido.

Le solté, por lo que cayó al suelo.

- Dame una sola razón por la que no debería matarte en este mismo instante-le dije-.
- ¿Matarme? Jamás serías capaz, créeme. Te conozco mejor que tú misma. Y aunque lo fueras... quedaría un pequeño problema por resolver.
- ¿Qué?
- Lo que oyes. Hay una cosa más que probablemente no sepas sobre los vínculos entre vampiros.
- ¿Ah, sí? ¿Y cuál es?
- Un vampiro, sea cual sea, no puede matar a aquel que lo apadrinó. Si lo hace, muere con él. Es una de las reglas básicas de nuestra condición.
- No te creo, no tiene ningún sentido.
- Si quieres arriesgarte, allá tú. Aunque si lo intentas, da por hecho que me defenderé.

Quería hacerlo. Quería terminar con su vida y acabar así con todos mis problemas, pero simplemente no pude hacerlo. Alec tenía razón. No sabía si lo que decía era verdad, pero lo que sí sabía con certeza es que nunca sería capaz de matarlo.

Prácticamente me había criado con él. Me había enseñado un montón de cosas sobre la vida y había velado por mi seguridad desde el momento en que nos conocimos, en aquel callejón... Aparte del vínculo vampírico y en contra de mi propia voluntad, algo mucho más fuerte me unía a él.

- Tienes 48 horas, Kyla-dijo Alec mientras se levantaba, y se dirigía a la puerta de salida-. 48 horas para unirte a mí o mataré a todo aquel que alguna vez se haya cruzado contigo. Empezando por ese chico tan mono que conociste ayer.
- Alec...
- Y por cierto, según he oído, el funeral se celebrará mañana por la mañana si no descubren al "asesino" antes. Cosa que, por supuesto, no harán. A las once y cuarto, creo.
- Hijo de...

Pero ya se había ido. Yo, sin embargo, me quedé allí por mucho tiempo. No quería volver, pero sabía que tenía que hacerlo. Pasaron las horas y anocheció. A la mañana siguiente, el cielo se despertó tormentoso.
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- Hijo...

Oí a mi madre detrás de mí, en la puerta de mi habitación.

- Mamá, ¿qué quieres? Estoy ocupado, te he dicho mil veces que llames antes de...

Me detuve al reparar en su rostro lleno de lágrimas.

- Mamá, ¿qué...?
- Sam, se trata... Se trata de Marley.
- ¿Qué...? ¿Qué le ha pasado? ¿Está bien?

No contestó, pero no hacía falta. Comprendí la terrible verdad que cambiaría mi vida para siempre.

- No, no...

Sentí que me ahogaba. Empecé a tener nauseas, acompañadas de un mareo que casi me hizo caerme al suelo. Mi madre lo evitó, tomándome entre sus brazos.

- No puede...-dije, llorando-. No puede estar pasando esto, mamá. Dime que no es cierto, por favor. Marley...

Pero lo era. Pude comprobarlo con mis propios ojos sólo un par de horas después, en el tanatorio del pueblo.

Mi madre insistió en que no hacía falta que pasara por aquello, que todavía era muy joven para grabar una imagen así en mi memoria. Pero aun así, merecía la pena arriesgarme, por ella. Necesitaba verla, al menos una última vez.

Y allí lo tenía. El cuerpo de mi mejor amiga con cientos de heridas que me niego a describir. Con los brazos cruzados, preparada para abandonar nuestro mundo.

Aquella noche no dormí. Me pasé horas tratando de elaborar un discurso para el funeral de la mañana siguiente, y pensando en lo último que le había dicho a Marley... Le dije que necesitaba pensar si quería que siguiéramos siendo amigos. Cómo pude decirle aquello...

Ella había sido desde siempre la razón de mi existencia, la razón por la que me levantaba cada mañana sonriente sin importar lo que tuviera que hacer. La razón de que la vida en este mundo de locos pareciera incluso fácil.

Aquel era justamente el problema. No sabía si alguna vez podría concebir una vida sin ella. Ni siquiera estaba convencido de que valiera la pena intentarlo.

"Marley. Qué puedo decir de ella. Todos en este pueblo la conocíamos. Yo, personalmente, empecé a formar parte de su vida desde el mismo comienzo. Tuve la gran suerte de que me eligiera como su mejor amigo. Ella era..."

No podía seguir, no pude detener aquel torrente de lágrimas que inundaba mi rostro. Mi madre se acercó a mí, me abrazó y se ofreció a continuar con el discurso.

"Ella... era una persona excepcional. Tenía una inaudita fe en la bondad de la humanidad, incomprensible dados los tiempos en que vivimos. Cuando alguien le pedía ayuda o consejo, no dudaba ni por un instante en proporcionarlos. Su principal preocupación era la felicidad de los demás. Y su sonrisa...

Una sonrisa dulce y tan llena de amor que nunca olvidaré. Recordaré por siempre todos y cada uno de los momentos vividos a tu lado, Marley. La chica más increíble que he conocido nunca. Tienes y tendrás por siempre jamás un hueco en mi corazón. Gracias por todos estos años. Te... quiero."

Mi madre tampoco pudo evitar que unas pocas lágrimas recorrieran su rostro. Marley había sido mucho más para ella que la mejor amiga de su hijo, casi como la hija que nunca tuvo.

Pero lo peor de todo era la expresión de su padre: lo había perdido todo en la vida, ya no le quedaba nada por lo que luchar. Primero su mujer, y luego su pequeña. La desesperanza que mostraban sus ojos hubieran partido el corazón hasta al ser más insensible.

Justo cuando levantaban al ataúd, empezó a llover. Primero chispeaba, pero poco a poco empezaba a llover más y más. Lo depositaron junto al hoyo donde Marley descansaría el resto de la eternidad.

La gente dejaba pequeños detalles, recuerdos relacionados con Marley a su alrededor. Yo dejé una foto, de apenas unos dos meses de antigüedad: el día en que nos graduamos. Los dos sonriendo, vestidos con togas de color azul oscuro y un diploma entre nuestras manos, preparados para comenzar una nueva vida. Una vida que jamás existiría.

Fue entonces cuando los vi, y mi tristeza se transformó repentinamente en rabia.

A aquellos malditos hijos de... los habría matado allí mismo, si hubiera tenido algo con que hacerlo. Si no hubiera sido por ellos, en aquellos momentos mi mejor amiga hubiera estado conmigo viendo alguna serie de televisión, y no a punto de ser enterrada a metro y medio bajo tierra.

Me despedí de ella. Abracé su frío cuerpo por última vez, consciente de que jamás volvería a ver a mi mejor amiga. Unos momentos después, todo había acabado. Cuando la gente empezaba a marcharse, me arrodillé sobre su lápida y rompí a llorar.

- Hijo...-me llamó mi madre-. Creo que estaría bien que te dejara en casa.
- ¿Dejarme en casa? ¿Y adónde vas tú?
- Sam, cariño, yo... Soy la jefa del Departamento de Policía de este pueblo. Por duro que pueda resultar de oír Marley fue asesinada, y no descansaré hasta averiguar quién lo hizo.
- ¿Ni siquiera...-sollozé- ...el mismo... día de su entierro?
- Sam, ¿quieres o no quieres que te deje en casa?
- No, mamá. No quiero ir a casa. Quiero quedarme aquí.
- Hijo, insisto, creo que te vendría bien.
- Es mi decisión, mamá. Y te pido por favor que la respetes.
- No mientras haya un asesino suelto, cariño. No dejaré que...
- ¡¡¡¡He dicho que te largues!!!!-grité, enfurecido-.

Me sorprendió haber sido capaz de una reacción tan agresiva. Jamás le había hablado así a mi madre, pero las circunstancias me forzaron a hacerlo.

Marley me había dejado, y me importaba una mierda el resto del mundo. Permanecería allí el tiempo que creyera necesario, hubiera o no asesinos sueltos. Mi madre pareció comprenderlo y sin decir nada, se dio la vuelta y se marchó. Me sentía fatal por haberle hablado así, pero estaba tan triste...

Me acurruqué junto a la lápida, dejando que la lluvia empapara los ya pocos rincones de mi ropa que todavía permanecían secos.

"Marley Lindberg. 19/10/1994-3/8/2013. Amada hija y amiga. Descansa en paz.".

Me desplomé una vez más, sintiéndome incapaz de volver a levantarme. No tenía fuerzas para seguir viviendo... Fue entonces cuando me pareció oír algo, y alcé la vista para verlo. O mejor dicho, verla.

- ¿Kyla?-pregunté, aunque sabía que era ella-.
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Intenté ocultarme, pero no pude evitar que me viera.

- ¿Kyla?-repitió-.

Me acerqué a él, bajo la intensa lluvia que en pocos momentos se transformaría en un auténtico diluvio. Se levantó, anduvo hacia mí unos pasos y me abrazó. No pude evitar sentirme feliz durante un par de instantes.

- Sam, yo... No sabes cuánto lo siento, de verdad.
- Me siento tan mal, Kyla. Siento como si..., como si me hubieran arrancado medio corazón de cuajo.
- Puedo... imaginarme por lo que estás pasando, yo... No sólo perdí a mis padres, sino también a mis dos mejores amigos, años después. Ha pasado tiempo, pero... Ese tipo de heridas son de las que dejan cicatriz.
- Siento mucho lo de tus amigos, Kyla. Pero yo...
- Sé que es posible que te enfades conmigo, pero por lo poco que sé de ti eres una buena persona que superará esto. Pero por mucho que te empeñes, no podrás hacerlo si no dejas que la gente que se preocupa por ti te ayude. Gente como tu madre o...
- ¿O tú?

Me quedé sin habla, ya que no me esperaba que él lo dijera tan rápido.

- Perdona, soy un presuntuoso. Ya me lo dejaste bastante claro la última vez que nos vimos.
- El hecho de que dijera aquello no significa que no pueda ayudarte. Quiero ayudarte.
- Te lo agradezco mucho Kyla, pero a no ser que quieras hacerme algo de compañía mientras lloro a moco tendido y pienso en las formas más rápidas y menos dolorosas de suicidarme... No creo que puedas ayudarme.
- Me apunto.
- ¿Qué? ¿En serio?
- Claro. Serán sólo unas horas, nada más. Hasta que logre borrarte esas absurdas ideas de la cabeza.
- No te importa, ¿de verdad? Es que temía que resultara violento. Sé que sonará algo patético, pero mi madre no está mucho en casa, y con lo que ha ocurrido...
- Ya está. Ahora mismo me indicarás el camino a tu casa y te haré la compañía que haga falta.

Sé lo que estaréis pensando: "¿Estás loca? Su mejor amiga acaba de morir por tu culpa, y él también lo hará si no te vas enseguida del pueblo. ¿Es que acaso estás dispuesta a arriesgar tanto por ese chico?".

Y la respuesta a estas preguntas: no, no estaba loca. La muerte de su amiga era justo la razón por la que debía quedarme. Le había destrozado la vida, y le debía aquello al menos. Ya me ocuparía de Alec más tarde.

- Deprisa, o pillaremos una pulmonía-le dije, sonriendo, intentando que él también lo hiciera-.

Pero no lo hizo. Aunque para mí tuvo su gracia, ya que unas de las más conocidas ventajas de ser un vampiro es justamente la ausencia de enfermedad: ni uno solo de los microbios que afectan a una persona normal nos ocasiona el más mínimo daño a nosotros. Es uno de los misterios de nuestra inmortalidad. 

1 comentario:

  1. Ciertamente dramático. Por favor no tardes tanto con las siguientes entradas.

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Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)