Antes de nada os aviso de un, según cómo se mire, pequeño cambio de planes. Después de terminar con "Desde el lago", "Diario de un superviviente" y "Poderes", me he dado cuenta de que mi estilo de escritura ha cambiado mucho. Se podría decir que hay ciertas historias que, aunque me alegro de haberlas empezado a escribir, no me inspiran demasiado. Es por ello que he decidido de momento dejarlas aparcadas, aunque es posible que un futuro vuelva a ellas para terminarlas.
Esta va a ser la última entrada de "Tom y Nicole: la gran aventura" en bastante tiempo, ya que quiero dedicarme a otras muchas historias que os quiero mostrar y que espero os gusten. Os diré cuál será la primera de estas historias en el próximo domingo musical.
- Ya está, todo arreglado-dijo el hombre que les acababa de abrir la puerta mientras se sentaba en un sillón-.
Los tres estaban anonadados con la belleza de aquella habitación. Su decoración era impresionante, el techo y sus pinturas, los cuadros colgados en las paredes... Sentados frente a él, los tres amigos escucharon al hombre.
- Llevo...dieciséis años esperando este día. Mi nombre es Steve Park, y aunque tú no me conozcas yo a ti sí. Tu padre era mi amigo, y me pidió que te hiciera llegar esta carta cuando estuvieras lista.
- Espera un momento-dijo Nicole-. Entonces, ¿fuiste tú quien me lo envió?
- No comprendo.
- Es que no me dijo nada de ningún amigo y no sé, pensaba que él...
- Nicole, lo siento. Pensaba que tu padre te lo había dejado escrito en la carta. Él... me pidió que te la enviara... poco antes de morir.
Nicole sintió que le faltaba el aire. En cuestión de segundos, todas sus esperanzas se habían destruido.
- Siento ser tan directo, Nicole. Pero tenemos poco tiempo y necesito que lo comprendas.
Pequeñas lágrimas brotaron de los ojos de la joven. Tom la abrazó.
- No lo entiendo-dijo Kevin-. Acaba de decir que tenemos poco tiempo. ¿Poco tiempo para qué?
- Nicole-dijo Steve-. Si no es indiscreción, ¿te envió tu padre algo más en el sobre?
La chica le mostró la piedra.
- ¿Me la dejas, por favor?
Nicole le dio la piedra a Steve.
- Vaya-dijo, tras pensárselo unos instantes-. Si te soy sincero, desconozco la razón de que tu padre te enviara esto. ¿Tienes alguna idea de lo que es?
- No, pero sabemos que tiene un extraño poder. La primera vez que la tuvimos nos afectó de tal modo que sentíamos que nos iba a explotar la cabeza.
- Interesante...Así que tiene el mismo efecto de la propia máquina. No sé quién ni cómo, pero ha conseguido trasladar el poder de la máquina a este pequeña piedra.
- ¿Máquina? ¿Qué maquina?
- Verás, Nicole...
"Hace unos dieciséis años, en marzo de 1997, tus padres y yo trabajábamos al servicio de una agencia secreta no gubernamental, dedicada a la defensa de la población ante ataques que muchos hubieran calificado como... paranormales. Éramos muchos más trabajando allí, y uno de nuestros compañeros, que trabajaba como científico en nuestro principal laboratorio, descubrió algo.
Investigaba la física de partículas en relación a la mente humana, y aunque en un principio los fines no eran malvados pronto se corrompió. Empezó a darse cuenta de que nuestra mente no es tan poderosa como muchos piensan, y de que un simple chorro de esas partículas sería capaz de neutralizar hasta al más poderoso de los ejércitos. Casi sin quererlo, había creado un arma.
Él quería utilizarlo como arma de guerra, llevarlo allí donde se necesitara para acabar con cualquier conflicto bélico de un sólo golpe. Todos nosotros nos negamos, pero el verdadero problema llegó cuando empezó a tomarse la justicia por su mano.
Intentamos detenerlo, utilizamos todo lo que teníamos en nuestras manos para hacerlo, pero sus mercenarios eran mucho más poderosos que cualquiera de nosotros. En los primeros días tras el descubrimiento perdimos a mucha gente, y entre los últimos que quedamos éramos tus padres y yo. Cuando tu madre murió, tu padre me hizo prometer que te llegaría esta carta si algún día le pasaba algo, y el día que pasó...
Te envió lo más lejos que pudo, te cambió de país e incluso de continente... Para que no pudieran encontrarte. Yo le prometí que haría todo lo que estuviera en mis manos para explicártelo todo y protegerte.
Y ahora que sabes toda la verdad acerca de tu vida y de tus padres... Ha llegado la hora de que vayamos a por ellos."
Nicole permaneció unos instantes en silencio. Tenía tanto que asimilar, tanta información en apenas un par de minutos...
- Tu padre me hizo prometer que te mantendría al margen y a salvo de todo este embrollo hasta que fueras lo suficientemente mayor para entenderlo. Y aunque lo he intentado, apenas he avanzado nada desde que ellos murieron. Pero si me ayudas estoy seguro de que lo lograremos. Tengo unas pocas pistas para empezar. ¿Qué me dices, te apuntas?
- Dalo por hecho-dijo Nicole, más segura de sí misma de lo que lo había estado en mucho tiempo-.
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