lunes, 22 de julio de 2013

Falkenhom (XIX)

Cuando me desperté, Kyla estaba tirada en el suelo, con Jamie llorando sobre ella.

Me levanté y acerqué lo más rápido que pude para ver aquello. Unos ojos totalmente abiertos y un cuerpo sin el menor rastro de vida.

- No...-sollocé, agachándome junto a ella-. No, por favor. No puede estar pasando esto...

Jamie se apartó un poco, para que yo pudiera abrazarla.

- Lo mató-dijo Jamie, aunque la tristeza que lo invadía casi le impedía hablar de una manera clara-. Mató a Alec, Sam. Y fue él quien la convirtió, así que...
- Lo sé, he leído sobre vosotros, los vampiros. Pero...-intenté decir, aunque me costaba horrores controlarme para no romper a llorar-. No entiendo por qué lo ha hecho. Yo la quería, y estoy convencido de que ella a mí también. ¿Por qué lo hizo?
- Tuvo poco tiempo para pensar, y tomó una decisión. No había nada que ninguno de los dos pudiéramos hacer. Pero...joder, ¿por qué me has dejado, Kyla? ¡Ahora estoy SOLO!-gritó, golpeando con sus puños la pared más cercana, con tal fuerza que la atravesó-.
- Si al menos hubiera podido despedirme de ella...-sollocé, dejando caer mi cabeza sobre su vientre-.

De pronto, algo muy inesperado sucedió. Escuché un sonido. Uno muy característico.

- ¿Lo has oído?- pregunté a Jamie, para asegurarme de que no me lo había imaginado-.

Un latido.

- ¿Si he oído qué? ¿A qué te refieres?
- Lo he escuchado, su corazón. Ha latido.

Y entonces, una respiración.

- Kyla...¡Kyla!-grité, con la esperanza de que despertara de un momento a otro-.

Afortunadamente, lo hizo. Se levantó de golpe y me abrazó.

- Lo noto en mi pecho, Sam...-me dijo-. Lo noto...-dijo, justo antes de besarme-.
- Sabía que volverías-dije-. Sabía que no me dejarías, pero...¿cómo es posible? Yo...Leí que cuando un vampiro mata a aquel que lo apadrinó...
- Muere-intervino Jamie-. Y eso es justamente lo que ha sucedido. Aunque no de la manera en que esperábamos. Te has transformado en humana, Kyla. Acabas de ser condenada a muerte.
- Oh, dios mío. Jamie...

Se levantó del todo y se lanzó a abrazarlo. Él le devolvió el abrazo, casi llorando. No tardé en comprender lo que estaba ocurriendo.

Jamie pensaba que iban a juntarse de nuevo. Los tres, el trío original. Como en los viejos tiempos, mucho antes de que se convirtieran en vampiros. Luego, en cuestión de minutos, había perdido a sus dos amigos: las únicas personas a las que realmente conocía y en que confiaba. Las únicas a las que quería. Y justo cuando pensaba que había recuperado a su mejor amiga, se daba cuenta de que en realidad la acabaría perdiendo en unos años de todas maneras. Y entonces se quedaría solo en el mundo, sin nadie con quien compartir su vida y ninguna razón para vivir.

- Puede que ya no sea inmortal, Jamie-le dijo Kyla, mirándole a los ojos-. Pero aún así me quedan muchos años de vida. Podríamos pasar juntos décadas, sin pensar en el futuro.
- Para ti es fácil decirlo, Kyla. Estás enamorada. Tú y Sam sois humanos y viviréis vuestra propia vida. Puede que os caséis, y que tengáis hijos. Ambos envejeceréis y un día...simplemente se acabó. Morirás y yo me quedaré solo, Kyla.
- ¿Quieres oír una cosa, Jamie?-le dijo-. Por muy difícil o imposible que lo veas todo...SIEMPRE habrá algo por lo que vivir. De hecho, en los años que pasé sola estuve a punto de sucumbir a ese pensamiento, a esa idea en múltiples ocasiones. Pero no lo hice. ¿Quieres saber por qué?
- ¿Por qué?
- Por ti, Jamie-había lágrimas en sus ojos cuando lo dijo-. Sí, por ti. Tú eres la razón por la que aguanté, con la esperanza de que algún día pudiéramos volver a estar juntos.
- Yo...también quería eso, Kyla. Lo he estado deseando durante tanto tiempo...Joder, asco de vida inmortal-dijo mientras se limpiaba algunas lágrimas con las mangas de su chaqueta. Es que te quiero tanto, Kyla...Te quiero tanto que no puedo ni concebir la idea de...de que un día ya no estés.
- Escúchame, Jamie. Mírame a los ojos-Jamie lo hizo-. Cuando llegue el momento, habrá llegado. Y lo superarás, estoy segura de ello. Además, si quieres saber la verdad, siendo un tío tan increíble como eres...NUNCA estarás solo.
- Gracias, Kyla. Por ser mi amiga y...bueno, por todo.
- Gracias a ti, Jamie. Gracias a ti. Pero quiero que me prometas algo.
- Lo que sea.
- Que de ahora en adelante, a partir de hoy mismo nos preocuparemos única y exclusivamente de vivir cada día de nuestras vidas de la manera más satisfactoria posible. ¿De acuerdo? Y por supuesto...juntos.
- Me apunto-le dijo, al tiempo que ambos se abrazaban fuertemente-.
- Un momento-dijo Kyla, una vez se habían separado-. Sam, tu madre...
- Está bien. Bueno, recuperándose...Gracias a Jamie, por supuesto.

Ella lo abrazó una vez más.

- Bueno, y qué...¿qué hacemos ahora?-preguntó Jamie-.
- Podríamos ir a mi casa-dije yo-. Y seguir hablando allí.

Jamie empezó a andar el primero, con Kyla siguiéndole. Cuando ella llegó a mi altura, se detuvo. Ambos nos miramos a los ojos.

- ¡Oh, venga ya!-dijo Jamie desde la puerta más cercana-. Par de sosos...¡Besaos de una vez!

Reímos, para luego juntar nuestros labios y besarnos durante algunos segundos.

Una vez hubimos terminado, fuimos junto con mi madre (que estaba ya increíblemente recuperada) hacia mi casa.

1 comentario:

  1. Me parece que has sabido crear una buen trama y darle un buen final. Enhorabuena y a por el siguiente proyecto

    ResponderEliminar

Soy el número cuatro

Soy el número cuatro
Me encanta esta peli :)