miércoles, 9 de marzo de 2011
Desde el lago (IX)
- Muy bien. Entonces Max irá por este lado. Natalie lo cubrirá desde aquí.Michael, Seamus y Claire emprenderán la ofensiva, y Sam y yo avanzaremos hacia aquel montículo, para tratar de colarnos en su cuartel. El resto-dijo, dirigiéndose a un grupo de unos quince-, repartíos por el campo de batalla e intentad sorprender a las tropas enemigas.
- ¿Y yo? -sonó la voz de una chica, que parecía realmente ofendida-¿Qué se supone que tengo que hacer yo?
Aquella chica era Rachel. Jake (que era como descubrí que se llamaba aquel siniestro tío con el que me había encontrado días antes en la cafetería del instituto) era el capitán de nuestro equipo de paintball.
Todavía hoy recuerdo aquella escena con tanta nitidez como si la estuviera viviendo de nuevo. Jake explicaba el plan de ataque a todos los miembros de nuestro equipo, entre los cuales estábamos Rachel y yo. Pero, al parecer, Jake no había contado con ella en sus planes de invasión, lo cual me dio algo de lástima. Me acerqué a Jake y le dije algo al oído.
- Está bien. Tú vigilarás nuestro cuartel, Rachel. Si ves a algún desconocido acercarse, dispara sin piedad.
- Hecho-dijo, sonriendo-.
Realmente tenía miedo de lo que pudiera pasar. Nunca había jugado al paintball, pero al parecer el resto sí. ¿Acaso era el único que pensaba en aquello como algo para pasar el rato, y no una guerra de verdad?
En mi opinión, aquello parecía más uno de esos campos de entrenamiento intensivo del ejército que un sitio de juego. Era algo así como aparecer de repente en uno de esos juegos de "Call of duty", sin haber disparado un arma en tu vida. Y, aunque fuera con balas de pintura, estaba seguro de que un disparo también dolería.
La cuestión es que sonó la señal, aquella que indicaba el comienzo del juego. La verdad es que me daba algo de rabia que Remy no estuviera en nuestro equipo, que prefiriera ir con Riley antes que conmigo. Habíamos hecho tantas cosas juntos...
Entonces empecé a oír disparos,vi a varios de los nuestros internándose en el campo de batalla y a Jake llamándome. Preparados para entrar en acción.
- No te preocupes, Sam-me dijo Rachel, tras lo cual me dio un beso en la mejilla-. Te cubriré desde arriba, no te perderé de vista. Y ya verás cómo los machacaremos.
No sabía cómo sentirme, si acosado, querido, entristecido o acojonado. Así que me quedé con una mezcla de todo, y avancé corriendo junto con Jake. Dispuestos a vencer al enemigo. O a pringarnos en el intento.
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