- ¿Y qué piensas hacer?-preguntó Tom-.
Él y Nicole estaban en la biblioteca del internado,sentados a una mesa con vistas al exterior. Fuera, el sol brillaba en lo alto y la gente paseaba por los campos y bosques que rodeaban al internado.
- No lo sé. Nunca había visto algo como esto-dijo, desconcertada. Soltó una pequeña carcajada, como riendo pero sin hacerlo-. Es curioso, primero descubro que mi padre me ha enviado una carta, y momentos después la piedra que me enviaba con ella empieza a emitir una especie de pitido incesante e insufrible. Tiene que tener alguna relación, ¿pero cuál?-se preguntó-.
- Tal vez tu padre quería que la protegieras, por alguna razón que desconozco.
- Ya, pero aun así... ¿por qué ahora? Quiero decir, después de tanto tiempo... ¿Dónde habrán permanecido la carta, y la piedra los últimos catorce años?
Tom no tenía respuesta. Era una situación complicada. Nicole acababa de descubrir que sus padres, a quienes creía muertos en un accidente de tráfico, habían sido ambos espías en realidad.
- Tal vez...-empezó a decir Nicole-. Tal vez si averiguamos quién la ha estado guardando todo este tiempo... Puede que entonces nos diga algo más acerca de mis padres, y de lo que esta piedra significa.
- Estoy contigo, Nicole. ¿Pero por dónde piensas empezar?
- ¿Qué te parece por aquí?
Nicole señaló en la carta. Unas minúsculas marcas asomaban por entre algunas palabras, señalando éstas incluso letras. Era increíble que Nicole las hubiera visto, pues a Tom le costó varios minutos ver lo que su amiga le mostraba, y aún así no lo veía del todo claro.
- Un mensaje cifrado-acertó a decir Tom-.
- Exacto. Aunque necesitaré un tiempo para escribirlo entero. Tengo que encontrar la relación entre las letras, y averiguar qué significan. "de, a, efe...".
- Hija de espías-dijo Tom.
Nicole sonrió, sin duda contenta de haber recibido aquella carta, aunque impaciente por encontrar la siguiente pista, algo que le dijera más acerca de sus padres y de lo que todo aquello significaba.
En el fondo, y a pesar de lo que había leído en la carta, el hecho de que Nicole hubiese recibido una carta de su padre, a quien creía muerto, la alegró. Esperanzada, esperaba que al final de aquel extraño camino hacia lo desconocido pudiera reencontrarse con él.
Pero la frase, aquella frase en la carta...: " Me encantaría haber podido verte crecer, ver la maravillosa mujer en la que te estás convirtiendo, pero me temo que no va a ser posible". Aquella frase la desanimaba.
En cualquier caso, Nicole tenía claro que no se daría por vencida hasta haber llegado al final de aquello.
Estuvieron horas allí. Ni siquiera comieron. Sobre las seis o así tomaron algo en la cafetería y subieron a la habitación de Nicole, para poder seguir hablando sin temor de que el nuevo compañero de Tom los oyera.
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