Lunes, 1 de agosto (segunda parte)
Llegamos al hostal sobre las cinco de la tarde. Registramos el lugar y nos establecimos allí. Jugamos un par de partidas al Monopoly, y nos dispusimos a cenar.
- ¿Sabéis?-nos decía Justin-. Esto de ser un superviviente no está tan mal. Puedes hacer lo que quieras y coger lo que te apetezca, gratis. Y lo mejor de todo: no hay exámenes.
- Pues menudos profesores tenías si prefieres un apocalipsis zombi a uno de sus exámenes-dijo Zoey-.
- Si tú supieras...
Justin, como el día anterior, se cansó pronto y se durmió sobre las once.
- Es curioso-empezó a decir Zoey-. Hace apenas unos tres meses, mis mayores preocupaciones eran con quién iría al baile, si alcanzaría la nota suficiente para que alguna universidad me aceptase, y si tendría o no trabajo al acabar. Y ahora, todo eso no vale para nada.
- Zoey...
- No te das cuenta de lo que es realmente importante en tu vida hasta que te quedas sin ello, y la cantidad de banalidades por las que me preocupaba...
- Es humano.
- ¿El qué?
- Preocuparse, es humano. Nuestro cerebro necesita un motivo por el que estar alerta y funcionar. Y si no los hay, los inventa, o se conforma con cualquier cosa.
- Supongo que tienes razón-admitió, cabizbaja-.
- Tal vez no pueda ayudarte en lo de las notas o la universidad, pero hay algo...-dije, mientras me levantaba-. Señorita Zoey...
- Pierson, Zoey Pierson. ¿Pero adónde quieres ir a parar?
- Señorita Zoey Pierson-dije, al tiempo que me inclinaba, haciendo una especie de reverencia-. ¿Querría concederme este baile?
La mirada que vi en el rostro de Zoey fue similar, durante un par de instantes, a la que puso cuando huíamos del "Némesis" de la cocina del hotel y descubrí que había olvidado poner el móvil en silencio. Cosas que pasan.
Pero después,para mi sorpresa...
- Encantada, señor Richards. Pero sólo un baile.
- Hecho.
Había visto algunos vídeos de bailes en youtube, pero al parecer no los suficientes ya que...
- ¡¡Auu!!¡Me has pisado!
- Lo siento, es que no soy tan experto en baile como tú.
- No soy una experta, pero al menos sé más que tú. Tienes que procurar seguir mis pasos. Verás, uno, dos, tres...
La había cogido por la cintura, y nos encontrábamos bailando una especie de vals, aunque algo cutre.
- ¿Y si te elevo en el aire?-pregunté,retóricamente-.
- ¿Qué? No...
Pero lo hice. Agarré su cintura con las dos manos y la levanté todo lo que pude. Mi intención era dar una vuelta completa y volver a dejarla en el suelo cual grácil cisne, pero la fuerza de la gravedad hizo de las suyas y un tropiezo mío provocó que los dos cayéramos al suelo,riendo.
- ¡Idiota!-dijo, riéndose-. No me puedo creer que...
Nos dimos cuenta de que nuestras caras estaban, de nuevo, a sólo unos centímetros de distancia.
- Crees que deberíamos...-dije-.
- Sí-dijo ella-.
Acercamos nuestras caras. Nuestros labios casi se rozaban, cuando de pronto...
- ¿Hay un lugar por aquí donde pueda hacer mis cosas? Ya sabéis, necesidades mayores.
- Gracias por llamar, Justin-dije, mientras me levantaba-. Y por ser tan preciso-Zoey hizo lo mismo-.
- ¡Ah! Ya lo entiendo, he interrumpido algo importante.
- Qué chico más avispado, Richard-dijo Zoey-¿No crees?
- Bueno, es igual, sólo quería...
- Está allí al final, Justin. La primera y única puerta a la izquierda, no tiene pérdida.
Así que Justin fue a encargarse de sus asuntos, y Zoey y yo ocupamos nuestros respectivos puestos. Ella vigilaría hasta las cuatro, y me despertaría a mí entonces para hacer mi ronda. Decidimos que aquello sería lo mejor, ya que bajar la guardia durante un apocalipsis zombi no suele ser buena idea.
Aún así, me pregunto qué hubiera pasado si nos hubiéramos llegado a besar. Sinceramente, me apetecía mucho.
Pero quiero, y quería a Zoey. Y si ella prefería ir despacio no me importaba. Tenerla a mi lado era lo más importante, y me bastaba con que me dirigiera una sonrisa de vez en cuando. Lo sé, soy fácil.
Qué le voy a hacer.
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